Imagen promocional de Buscando a Dory.

Imagen promocional de Buscando a Dory. Disney

Investigación Animales

¿Es cierto que los peces tienen mala memoria? La asombrosa verdad tras el mito

17 octubre, 2018 09:29

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Cuando hablamos de la memoria de pez, a muchos les vendrá a la memoria el entrañable personaje de Dory. La coprotagonista de la película Buscando a Nemo sufre "pérdidas de memoria a corto plazo" como ella misma dice en el film de Pixar.

Este pez cirujano azul olvida constantemente todo lo que sucede a su alrededor. La idea de que estos vertebrados olvidan rápido evita los problemas éticos que podrían surgir de mantenerlos en acuarios, jaulas de cristal, ya que nunca llegarían a ser realmente conscientes de su encierro de por vida. Pero la realidad es que la idea de que los peces tienen mala memoria es falsa.

Se cree popularmente que los peces tienen una capacidad de memoria de sólo 30 segundos, pero científicos canadienses han demostrado que esto está lejos de la realidad. De hecho, estos animales pueden recordar el contexto y asociaciones hasta 12 días después, recoge Europa Press.

Estos investigadores estudiaron los cíclidos africanos (Labidochromis caeruleus), una especie popular de los acuarios. Estos peces demuestran muchos comportamientos complejos, entre ellos agresividad, llevando a los investigadores predecir que podrían ser capaces de realizar avanzadas tareas de memoria.

Cada pez fue entrenado para entrar en una zona concreta del acuario para recibir un premio de comida, con cada sesión de entrenamiento con una duración de unos 20 minutos. Después de tres días, se dio a los peces un tiempo de descanso de 12 días y luego se les reintrodujo en su área de entrenamiento y se grabaron sus movimientos.

Los investigadores vieron que los cíclidos mostraron una clara preferencia por el área asociada con la recompensa de comida, lo que sugiere que recordaron las experiencias anteriores del entrenamiento. Por otra parte, los peces fueron capaces de revertir esta asociación después de nuevas sesiones de formación en las que el premio de la comida se vinculó con un estímulo diferente.

Para los peces que viven en estado salvaje, la capacidad de asociar lugares con la comida podría ser vital para su supervivencia. "Los peces que recuerdan dónde se encuentra la comida tienen una ventaja evolutiva sobre aquellos que no", afirma el científico principal de este trabajo, Trevor Hamilton.

"Si son capaces de recordar que cierta área contiene los alimentos sin la amenaza de un depredador, lograrán volver a esa zona. Disminuciones en la disponibilidad de alimentos podría promover la supervivencia de las especies que pueden recordar la ubicación de las fuentes de alimentos", añade.

Los cíclidos silvestres tienen una dieta variada que incluye caracoles, peces más pequeños, insectos y plantas, y se cree que aprenden a relacionar ubicaciones con su fuente preferida de alimentos. Los investigadores ahora están analizando si la fuerza de los recuerdos de los peces se ve afectada por las condiciones ambientales o los fármacos.

La memoria no es la única virtud de los peces

Un estudio que recoge EL ESPAÑOL reveló que no sólo son capaces de recordar un lugar concreto, sino que también memorizan formas, colores, sonidos e incluso la cara de sus cuidadores.

Esto es lógico, ya que los peces que viven en libertad tienen un rango muy grande de depredadores, sin tener en cuenta también las redes de pesca, por lo que una buena memoria, que les haga recordar por dónde no deben volver a pasar o a qué no se deben acercar, es un factor esencial para la supervivencia.

Esto se pone también de manifiesto en otros experimentos que demuestran que, además de una gran memoria, tienen un tiempo de atención, sin distracciones, de nueve segundos, un segundo por encima del de los seres humanos.

Memoria de elefante 

En general suele relacionarse al elefante con la buena memoria, y estudios realizados por la Universidad de Sussex en Kenia, dirigidos por la doctora Karen McComb publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, parecen confirmarlo.

Estudiando las comunicaciones entre elefantes del Parque Nacional Amboseli, en Kenia, los investigadores llegaron a la conclusión de que estos animales eran capaces de reconocer la llamada de más de 100 individuos diferentes. Al parecer, estos sonidos, que son muy similares a un gruñido agudo, pueden servir para identificar a los demás individuos y formar parte de una red social relativamente compleja.

Otros estudios, dirigidos también por la misma investigadora, confirmaron la capacidad de los elefantes de reconocer los restos de cadáveres de su misma especie, prestando especial atención a los correspondientes a miembros de su manada, que al parecer distinguen por su olor. Así, cuando se encuentran con estos restos parecen rendirles un particular homenaje póstumo, tocándolos con sus trompas y pezuñas. Sin embargo, ante huesos de otras especies su indiferencia es total.

Además, mucha gente piensa que los elefantes tienen miedo a los ratones. En realidad, lo que ocurre es que los elefantes tienen una mala visión: sus ojos están a los lados de la cabeza, lo que hace que no puedan distinguir con claridad cualquier cosa pequeña que se mueva delante de ellos. Esto hace que no soporten las sorpresas o los movimientos bruscos, temiendo amenazas como las serpientes que, con su mordisco venenoso, pueden causarles infecciones en sus patas con consecuencias fatales. Por eso se ponen nerviosos y un poco agresivos.