Anna Roig, de Proyecto Zebra.

Anna Roig, de Proyecto Zebra.

Ciencia

Anna Roig, ex niña prodigio que aprendió a leer sola con 3 años, sobre su colegio: "Me tuve que cambiar en 7 ocasiones"

La experta explica que las niñas con altas capacidades tienden a intentar pasar desapercibidas con más frecuencia que los niños.

Más información: Carlos Blanco, ex niño prodigio y matrícula de honor en egipcio antiguo a los 12 años, sobre Dios: "No renuncio a su existencia"

J. Rodríguez
Publicada

Las claves

Anna Roig, que aprendió a leer sola a los 3 años, tuvo que cambiar de colegio hasta siete veces debido a la falta de adaptación escolar a sus altas capacidades.

Roig denuncia los mitos sobre las altas capacidades, señalando que no todos los niños superdotados destacan en matemáticas ni tienen dificultades sociales.

Explica el impacto del sistema educativo poco flexible, que puede llevar al fracaso escolar en niños con altas capacidades si no se atienden su curiosidad y necesidades específicas.

Roig destaca que las niñas con altas capacidades suelen pasar desapercibidas y no son tan diagnosticadas como los niños, además de tender a socializar con personas mayores.

Crecer con altas capacidades no fue una experiencia sencilla para Anna Roig, que ahora trabaja en el proyecto Zebra. Esta iniciativa busca identificar niños con altas capacidades y con neurodivergencias y acompañarles durante su desarrollo de la mejor manera.

Roig estima que fue a los seis años cuando se dio cuenta de su naturaleza diferente y de cómo le estaba penalizando en su entorno social. Dice que era la rarita, no solo para sus compañeros, sino también para sus profesores, y recuerda la soledad de aquellos días.

Sin embargo, su madre ya se había dado cuenta de lo especial que era unos años antes. La niña había aprendido a leer sola con nada más que tres años y, por supuesto, esto encendió las alarmas de su madre en cuanto a que su hija podía tener habilidades sobre la media.

Roig explica a La Voz de Galicia que "cuando dices que tienes altas capacidades parece que eres una superheroína, que sabes hacerlo todo, que siempre sacas dieces y nada que ver". Esta joven denuncia que, realmente, existen muchos mitos acerca de lo que implica.

"Las personas con altas capacidades no tenemos nada que ver unas con otras" y señala que, probablemente, la creencia más extendida es que a todos se les da mal la parte social. Sin embargo, Roig asegura que muchos de ellos son personas muy sociales.

Tampoco todas las altas capacidades destacan en Matemáticas, sino que también puede ser en materias de letras. El problema que observa esta experta en altas capacidades es que muchos terminan fracasando debido a que el sistema educativo no está preparado.

"Si no se trabaja desde la curiosidad personal ni desde los retos, eso hace que se cree un caldo de cultivo para el fracaso", señala Roig. "He cambiado siete u ocho veces de colegio y eso que me ahorré dos años, no hice ni tercero de Primaria ni tercero de la ESO".

Socialización

En ese momento, Roig recuerda la falta de apoyo por parte de los profesores y de una educación emocional que le permitiera entender todo lo que estaba atravesando. "El rechazo empezó muy pronto, entonces eran cosas de niños. El acoso fue creciendo", dice.

"No tenía opción de huir de ahí, todos los días tenía que ir tantas horas al colegio y estar con esa misma gente" y, por esta razón, Roig explica que aprendió a pasar desapercibida entre sus compañeros. Intentó salir de sus puntos de vista para evitar el acoso.

"Según los datos del Ministerio de Educación, hay un 70% de niños con altas capacidades frente a un 30% de niñas. Eso no es porque sean menos inteligentes ellas, sino porque las niñas no son diagnosticadas", y explica Roig que las niñas tienden a pasar desapercibidas.

Esta experta sostiene que el comportamiento social de las niñas tiende a ser diferente. "Los niños suelen manifestar más esa inquietud, esa ruptura, mientras ellas suelen sacar buenas notas y son excelentes académicamente", expone en pocas palabras.

Las personas con altas capacidades, además, tienden a relacionarse con personas más mayores, con las que se identifican en mayor manera. También tienden a ser personas más sensibles, tanto en lo que tiene que ver con los sentidos como con las emociones.

Roig defiende que las personas con altas capacidades sí que son personas sociables, pero que necesitan encontrar otras personas con las que les apetezca tener una conversación. "A mí básicamente los temas de conversación de los niños de mi edad me parecían muy banales", explica.