Valentín Fuster, cardiólogo y presidente del CNIC.

Valentín Fuster, cardiólogo y presidente del CNIC. Efe

Ciencia

Valentín Fuster (82), cardiólogo, sobre el sueño: "Me acuesto a las 23.00h y me levanto a las 4.30h, lo crucial es dormir profundo"

Aunque la recomendación general es dormir un mínimo de siete horas cada noche, los especialistas coinciden en que la profundidad y la calidad del sueño son más importantes que su duración.

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Las claves

El cardiólogo Valentín Fuster destaca que la calidad y profundidad del sueño es más importante que la cantidad de horas dormidas, respaldado por estudios científicos.

Fuster mantiene una intensa rutina profesional entre Nueva York y Madrid gracias a un sueño breve pero reparador y una actitud de avance constante, evitando la jubilación mientras se sienta capaz.

Defiende la importancia de la motivación, el trabajo con jóvenes y la transmisión de valores éticos para una vida activa y con propósito.

Su equipo investiga la detección precoz de daños arteriales en personas jóvenes y promueve la educación en salud desde la infancia para prevenir enfermedades cardiovasculares.

El Dr. Valentín Fuster, director del Mount Sinai Fuster Heart Hospital de Nueva York y del CNIC en Madrid, se ha convertido en un referente de longevidad activa. En una entrevista en RAC1, el popular cardiólogo explica que la clave de su energía diaria no es cuántas horas duerme, sino la profundidad del descanso.

Fuster mantiene un ritmo de trabajo excepcional que incluye un viaje semanal entre Nueva York y Madrid. Sale hacia media tarde, aterriza en Madrid a primera hora de la mañana, trabaja hasta media tarde y regresa ese mismo día. Afirma que esta disciplina es posible gracias a una rutina que combina horarios estables y un sueño breve pero intenso.

En su intervención, confirma que sigue levantándose “a cuartos de cinco de la madrugada” para ir al hospital. Calcula que se acuesta “sobre las once” y que duerme “de cuatro a cinco horas, pero muy profundamente”. Respalda esta práctica con un dato claro: “La calidad del sueño es mucho más importante que la cantidad de sueño”.

Para reforzar su tesis, el cardiólogo hace referencia a un estudio con “4.000 individuos” que mostró que “el sueño intermitente es mucho más problemático que el número de horas que uno duerme, si se duerme intensamente”. Su propia rutina encaja con esa evidencia y explica parte de su capacidad para sostener una actividad médica y científica que abarca dos continentes.

La evidencia científica respalda esa prioridad por la profundidad del sueño. La Clínica Mayo insiste en que la calidad del descanso influye tanto como la duración y advierte de que un sueño fragmentado puede resultar más dañino que dormir pocas horas. Para la población general recomienda siete horas o más, pero subraya que la continuidad nocturna es determinante.

La Fundación Española del Corazón también relaciona un descanso reparador con un menor riesgo cardiovascular y recuerda que dormir mal altera la función endotelial, un paso temprano en la arteriosclerosis. En la misma línea, un estudio con reclutas militares, publicado en Sleep, muestra que dormir poco pero profundamente preserva mejor la salud que dormir más horas de forma irregular.

El poder de la motivación

Además de esa disciplina en sus pautas de sueño, Fuster defiende una actitud de avance constante incluso ante los fracasos y evita hablar de jubilación. En la entrevista explica que solo se detendrá cuando dos personas de su máxima confianza le digan que “su cerebro ya no funciona”, algo que, por ahora, no contempla.

Su motivación para mantenerse activo, explica, está en impulsar la investigación y acompañar a los jóvenes. En el CNIC trabaja con unos 400 investigadores y sostiene que su papel es ayudarles a identificar su talento. En un Desayuno de Trabajo organizado por la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE) resumió su filosofía vital en dos grupos de principios éticos encaminados a vivir con propósito y responsabilidad.

Las 4T se orientan a la misión: tiempo para reflexionar, talento para descubrir para qué servimos, tutores que acompañen esa búsqueda y transmisión de positividad, con un mensaje rotundo: “¡Dejemos de quejarnos!”. Las 4A se centran en la persona: aceptar quién eres, autenticidad, vida activa y altruismo, que define como esencia del liderazgo.

Aunque es pionero en el uso de tecnología avanzada, advierte del riesgo de deshumanización en la práctica clínica. Lamenta que “el médico está perdiendo la empatía con el enfermo”, absorbido por los datos. Recuerda que “el 50% de lo que la persona manifiesta es absolutamente psicológico” y alerta de que la digitalización no puede sustituir el vínculo humano.

El futuro comienza antes de los 10 años

Hace más de una década decidió “cambiar completamente el foco de investigación hacia la salud”. Explica que la enfermedad arterial, principal causa de mortalidad, “empieza a los 30 años” de forma silenciosa, por lo que su equipo trabaja con tecnologías económicas que permiten detectar lesiones tempranas en personas jóvenes antes de que aparezcan síntomas.

El objetivo es identificar daño arterial incipiente y promover cambios de conducta basados en evidencia. Recuerda que “el 50% de los fumadores no desarrollan la enfermedad” y que mostrar directamente la afectación arterial impulsa a reaccionar. En esta línea, destaca la polipíldora, que “reduce la mortalidad en un 30%” en pacientes con infarto.

También señala el avance de terapias inyectables, como el tratamiento del colesterol con “dos inyecciones al año, subcutáneas”, un modelo que anticipa para la hipertensión. Aun así, insiste en la prevención primordial y defiende actuar antes: “Puedes entrar con los niños y niñas antes de los diez años e inculcarles que la salud es importante”.

Su equipo trabaja ya “con 50.000 niños en todo el mundo, con estudios aleatorizados, controles, etcétera” para medir el efecto de la educación temprana en salud. Recuerda además que “alrededor del 80% de las enfermedades cardiovasculares mortales se producen en países de ingresos bajos y medios”, un reto que aborda desde su Fundación SHE.