Marta Maroco, enfermera.
Maroco (24 años), enfermera, sobre la sanidad española: "Atiendo sola a 12 pacientes, en Noruega serían cinco"
Explica que cada enfermera tiene asignado un número demasiado alto de pacientes y esto complica la asistencia.
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Cuando no nos queda más remedio que pasar por el hospital, el personal de enfermería es el que se suele recordar con más cariño. Su trabajo exige mucho contacto con el paciente y, por lo tanto, amabilidad y paciencia a pesar de tener condiciones no siempre agradables.
El colectivo de las enfermeras ha explicado en muchas ocasiones que cada vez las condiciones son más hostiles para realizar su trabajo. Una de ellas pasó recientemente por el estudio de La Ventana de la Cadena SER para hablar de su día a día.
La enfermera de 24 años Marta Maroco escribió una carta a la directora del periódico El País denunciando una situación que no parece tener fin en su trabajo. Debido a la repercusión que tuvo su carta, Maroco fue invitada a la radio a hablar de su realidad.
"Llevar una media de 12 pacientes al mismo tiempo y que se te pongan malos varios es algo que no desearía a nadie en su turno. Queremos que se nos proporcionen los medios necesarios para poder ejercer la profesión que tanto nos gustó cuando quisimos empezar".
La vocación es, sin duda, un requisito para esta profesión que se basa en la atención a los demás. Tal y como explica la enfermera en su carta, las malas condiciones por falta de personal pueden llegar a atacar esa vocación tan necesaria.
En la radio, esta enfermera contó que lleva queriendo ejercer esta profesión desde que era una niña: "Cuando me regalaron el primer Nenuco con estetoscopio, ya sabía que quería ser enfermera", explica la joven, que ya lleva dos años trabajando.
Maroco confiesa que desde sus años en la universidad ya era consciente de que la Enfermería no atraviesa su mejor momento en España. Que existe una falta de personal en todo el país y que los salarios no son los más competitivos.
Presión en el trabajo
Cuando llegó al hospital, se confirmaron estas advertencias. "Los compañeros que llevan más tiempo me dicen que esto ha sido siempre así desde hace mucho tiempo", asegura la enfermera. Desde el principio, el panorama no ha sido muy esperanzador.
"En mi primer día de prácticas, que fue en Urgencias, estaba esperando una silla y un enfermero me preguntó si era estudiante de Enfermería. Le dije que sí y él me dijo: 'Vete. Antes de que empieces, vete'", cuenta Maroco.
La enfermera explica que, en ese momento, se lo tomó como una broma, pero que ahora, aunque no se arrepiente de seguir en su trabajo, entiende el desánimo de sus colegas. "Hay aspectos en los que estoy contenta, como el contacto con el paciente", sostiene.
Ahora bien, explica que nunca se imaginó que el trabajo conllevase tanta presión. "Una media de ocho a 10 pacientes y, en fin de semana, unos 12. En mi planta somos dos personas, y nos tenemos que hacer cargo. La ratio ideal serían ocho como máximo".
Por desgracia, la cantidad de pacientes a los que asistir siempre es superior. "Con 12 se hace pesado porque no te da la vida. Hay momentos donde he tenido que llamar a la supervisora diciéndole que no podemos más", asegura.
La solución a la que muchos compañeros enfermeros llegan es la emigración. Sin embargo, a pesar de las mejores condiciones y sueldos, Maroco lo descarta porque prefiere vivir en su país. "A veces, lo emocional puede a lo económico", resume.
"Pero puede llegar un momento en el que nos tengamos que ir. Tengo una amiga que se fue a Noruega y dice que la experiencia está siendo fantástica a pesar de no tener la misma cultura. También hace de auxiliar, pero lleva a cinco pacientes", señala.