Juan del Val y Nuria Roca disfrutando de la playa en Cádiz. EP

Juan del Val y Nuria Roca disfrutando de la playa en Cádiz. EP

Ciencia

Juan del Val (54), sobre cómo perdió 14 kilos en 6 meses sin este alimento: "Nuria Roca se comía su ración y la mía"

El escritor y comunicador logró una impactante pérdida de peso mediante ejercicio, disciplina y una dieta cuidadosamente planificada.

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P. Fava
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Las claves

Juan del Val perdió 14 kilos en seis meses siguiendo una dieta alta en proteínas y baja en carbohidratos, eliminando el pan de su alimentación.

La transformación física de Del Val fue acompañada por un régimen de ejercicios que incluye caminatas diarias y entrenamiento de fuerza para combatir la sarcopenia.

El escritor y comunicador adoptó el ayuno intermitente de 16-8, ajustando su horario de comidas para terminar de comer a las 6 p.m. y retomarlas a las 9 a.m.

Juan del Val, célebre por su participación como cáustico tertuliano en programas como El Hormiguero o La Roca, es el flamante ganador de la 74.ª edición del Premio Planeta con su novela Vera, una historia de amor. Pero más allá de su éxito como comunicador y escritor, también es conocido por su impactante transformación física. Del Val fue capaz de perder catorce kilos de peso en solo seis meses mediante hábitos saludables como el ejercicio y una dieta cuidadosa.

Según explicaba él mismo, Del Val tomó la decisión de recurrir al asesoramiento para perder peso cuando alcanzó los 95 kilos. "Me sentía mal físicamente, no me gustaba estéticamente y estaba débil". El nutricionista que escogió le recomendó una dieta alta en proteína -indispensable para reemplazar la masa grasa por muscular- y baja en carbohidratos. Al seguirla estrictamente, eso implicó renunciar a un alimento muy común en España: el pan.

La "damnificada" con esta situación fue su esposa, la presentadora Nuria Roca, que admitió en televisión que era ella la que se terminaba comiendo la ración de carbohidratos de su cónyuge. "Ha sido tan escrupuloso, se lo ha tomado tan en serio, que nos íbamos a cenar y yo me tomaba su pan y el mío, solo tomaba yo postre... A mí me ha hecho el efecto rebote que él no ha tenido", relató en El Hormiguero.

“He perdido 14 kilos controlado por un nutricionista, pero pasando hambre, y con bastante esfuerzo me he puesto en forma”, celebraba. Desarrollar el hábito deportivo fue difícil, confesaba: su primer día de gimnasio terminó de mala manera. “A los 20 minutos de empezar, tuvieron que atenderme en el suelo por una bajada de tensión", relató. Desde entonces, entrena con regularidad y camina junto a Roca una media de seis a siete kilómetros al día.

Su rutina de gimnasio también incluye ejercicios de fuerza y aeróbicos. Se trata de un entrenamiento especialmente importante para personas de mediana edad, momento en el que empieza a producirse la sarcopenia -pérdida de masa muscular debida al envejecimiento- que se debe compensar con la actividad física. Esto no es solo una opción estética, sino que reduce el riesgo de fragilidad al envejecer y aumenta tanto la salud general como la calidad de vida.

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El nutricionista Pablo Ojeda explicaba así que "a partir de los 40 nuestro cuerpo empieza a perder masa muscular, y eso afecta a todo: metabolismo, energía, huesos y hasta el ánimo". Su recomendación pasaba por realizar 3-5 sesiones de fuerza a la semana, con beneficios que se extienden a la prevención de la osteopenia -la pérdida de músculo también por el envejecimiento- y la quema de grasas al aumentar el metabolismo basal.

Realizar el ayuno intermitente puede no resultar sencillo, pero hay una modalidad que tiende a adaptarse mejor a las jornadas habituales. "El ayuno intermitente que más beneficio tiene es el 16-8, es decir, dejo de comer a las seis de la tarde y la siguiente ingesta la hago sobre las 9 o las 10 de la mañana", explicaba Ojeda. En las ocho horas en las que se permite comer, haremos todas las comidas del día, y en las 16 restantes solo tomaremos bebidas o infusiones.

Este modelo se conoce como 'alimentación restringida en el tiempo', y obliga a realizar algunos cambios en nuestra agenda diaria, como reconocía Del Val. Principalmente, irnos a la cama pronto, porque en España se tiende a cenar mucho más tarde y trasnochar más que en el resto del planeta. Y no es lo ideal: "El ser humano está diseñado para comer de día y no comer durante la noche", recordaba Ojeda.