Eduard Punset es uno de los divulgadores científicos más recordados de España.

Eduard Punset es uno de los divulgadores científicos más recordados de España.

Ciencia

La divulgación científica vive su edad dorada pero la televisión le cierra la puerta: "Cuando hablo es porque hubo una catástrofe"

La ciencia pierde espacio en TV mientras crece en redes con divulgadores que acumulan millones de seguidores y transforman la comunicación científica.

Más información: La misión imposible de ser divulgador científico en España: "Si tuviera que vivir de esto, no comería"

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Si usted tiene cierta edad, recordará el enorme éxito que tenía, en los años 70, Félix Rodríguez de la Fuente. Si es algo más joven, citará a Manuel Toharia, en España, o a Carl Sagan, a nivel internacional.

Si se identifica con la etiqueta millennial, es posible que haya imitado innumerables veces el acento de Eduard Punset.

Pero... ¿a quién citaría como rostro popular de la ciencia en los últimos años?

Hace unos días, el bioquímico y divulgador Pere Estupinyà comentaba en el programa radiofónico A vivir que son dos días que el programa que presentaba en La 2, El cazador de cerebros, no iba a tener continuidad.

Este programa era, junto a 'Órbita Laika' (también en La 2), el único de la televisión española dedicado a la divulgación científica.

Las alarmas saltaron y muchos investigadores expresaron su indignación, sintiéndose ninguneados.

Sobre todo, por la justificación que habían dado los directivos de TVE para cancelar el programa: "Los científicos importantes no dan audiencia".

La ciencia es un pilar de la sociedad y prácticamente desaparecía del medio de comunicación de masas por antonomasia, ese que llega a todo el mundo, sin importar edad ni condición.

Estupinyà matizó después sus palabras y apuntó que están buscando nuevos formatos para divulgar la ciencia en la televisión.

La crisis parece superada, pero ha dejado un poso amargo. Salvo los tres meses al año en que se emite 'Órbita Laika' (a razón de un capítulo semanal) o la minisección de experimentos de 'El Hormiguero', una actividad fundamental para entender la sociedad actual no tiene presencia en las pantallas.

Bueno, en 'esas' pantallas. Desde la del smartphone, la divulgación científica está viviendo un momento dorado, con físicos, biólogos o comunicadores científicos acumulando millones de visualizaciones en sus contenidos.

Javier Santaolalla, José Luis Crespo o Alba Moreno tienen millones de seguidores encantados de ver cómo les explican los misterios más profundos de la física.

Boticaria García (quizá el rostro más popular de la divulgación en España actualmente) o Deborah Ciencia hacen lo propio con la salud y la química. Francesc Gascó combina la paleontología con el crossfit, y Un geólogo en apuros nos adentra en los secretos de las profundidades del planeta.

Pero la mayoría son rostros desconocidos para la televisión.

"La ausencia de ciencia en televisión transmite la idea de que es algo accesorio, que solo aparece cuando hay un problema complejo que hay que explicar", afirma Gascó, también conocido como Pakozoico, que tiene más de 300.000 seguidores en Instagram.

Son los momentos de crisis, como la pandemia o el volcán de La Palma, los que demandan expertos: "pero, cuando no vivimos esas catástrofes, la ciencia desaparece del primer plano y eso hace que el espectador la perciba como algo secundario", lamenta.

Gascó comenzó casi sin pensarlo: "desde la licenciatura ya me había ido acercando a la divulgación. Empecé con un blog, participé en muchas actividades, daba charlas, talleres..."

Cuando terminó la tesis, "y no tuve opción de continuar con un contrato postdoctoral, lo vi claro: podía dedicarme a tiempo completo a algo que ya formaba parte de mi vida, la divulgación, y hacerlo como freelance".

Tiempo para experimentar

Aunque él es biólogo y se dedica a la paleontología, su referente era Carl Sagan. "Marcó a toda una generación". Además, "yo crecí consumiendo documentales en los que veías a científicos y científicas trabajando, y eso me inspiró mucho".

Gascó no cree que a la televisión no le guste la ciencia, sino que el problema "está en el momento social en que vivimos, que lo impregna todo". Se busca la inmediatez y los likes.

"Contar la ciencia, en cambio, necesita tiempo y margen para experimentar con formatos y dejar que evolucionen. Por eso muchas veces se reduce a una sección de cinco minutos en un plató o a la intervención puntual de un científico".

Opinión similar sostiene Nahúm Méndez, que se dio a conocer con su canal 'Un geólogo en apuros' y es colaborador en 'Órbita Laika' y fuente habitual en noticieros.

"Durante la erupción del volcán de La Palma estuve todos los días en 'Al rojo vivo' haciendo un esfuerzo no solo por contar la noticia, sino por divulgar por qué pasaba todo... Pero claro, no todos los días hay esas noticias".

Méndez lamenta que sus apariciones televisivas "suelen estar asociadas a una catástrofe que ha tenido víctimas mortales", pero cree, al igual que Gascó, que la televisión puede ser un excelente medio para la divulgación.

Sobre todo porque el público no está tan segmentado como en las redes sociales. El geólogo sostiene que la ciencia no debe importar solo a aquellas personas inmersas en el ciclo educativo (colegio, instituto, universidad), sino ser transversal a toda la población.

Ese es un hueco que las redes sociales, por mucha gente que las siga, no pueden cubrir. La consecuencia es que mucha gente no sabe qué hacen los científicos "y, por tanto, ¿cómo van a confiar en ellos?"

De ahí, apunta, que estemos viviendo un momento crítico. "La ciencia ha dejado de tener esa credibilidad en el público general y han calado mensajes realmente graves, como el movimiento antivacunas".

Rocío Vidal, que tiene casi un millón de suscriptores en su canal de YouTube 'La gata de Schrödinger', no cree que la ciencia no triunfe en televisión. "Hemos tenido *Redes* durante 18 años y fue un éxito, con más de 600 episodios".

El programa presentado por el mítico Eduard Punset terminó hace una década, pero el mundo ha cambiado mucho desde entonces.

"Quizá no se encuentra el formato adecuado, que combine la forma de hacer contenido más espontánea de las redes sociales con figuras juveniles que hablan de tú a tú. Se tiene mucho respeto a la ciencia y hay que romper esa barrera".

Vidal recuerda unas recientes palabras de la presentadora de televisión Mariló Montero, en las que pedía la vuelta de las corridas de toros a la televisión pública, para lanzar su alegato:

"La parrilla televisiva tiene que cubrir la diversidad del entretenimiento y la cultura que nos constituye como sociedad. En una televisión pública que se precie, la ciencia es fundamental en una cultura constructiva y no el entretenimiento basado en el maltrato a un ser indefenso".

No se trata solo de cubrir un hueco. "La ciencia es divertida, los científicos y sanitarios son las profesiones más valoradas en las encuestas... La divulgación científica no es un nicho, sino un contenido que gusta a la gente".

De no ser así, "no habría divulgadores con millones de seguidores y de visitas en cada vídeo".