La AMOC circula entre la región subtropical del Atlántico Norte y el océano Ártico.

La AMOC circula entre la región subtropical del Atlántico Norte y el océano Ártico.

Ciencia

El colapso de la corriente atlántica está mucho más cerca de lo que se creía: la científicos alertan de qué pasará en España

Un estudio realiza una nueva estimación y observa que la probabilidad de que la AMOC se frene es del 25% en el mejor de los escenarios y del 67% en el peor.

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Hace cuatro años, los científicos detectaron señales de que el calentamiento global podría frenar la corriente oceánica que transporta agua desde la región subtropical hasta latitudes árticas, con consecuencias potencialmente catastróficas para Europa.

Modelizaciones climáticas posteriores relativizaron ese riesgo. Sin embargo, un nuevo análisis, más completo, revierte las previsiones optimistas: concluye que existe una alta probabilidad de colapso de la convección oceánica incluso si se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero.

La 'circulación de retorno meridional del Atlántico', conocida como AMOC por sus siglas en inglés, es un movimiento circular del agua en la mitad norte del Atlántico que influye poderosamente en el clima a ambos lados del océano.

El agua caliente es menos densa que la fría. Por tanto, la que se encuentra en latitudes más al norte acaba hundiéndose en la profundidad del océano y es sustituida por la que procede de regiones subtropicales.

Esta, al enfriarse, se hunde y regresa a la zona subtropical para cubrir el hueco dejado por el agua caliente que viajó al norte, generando un movimiento continuo.

Las temperaturas de la masa de agua tropical suavizan el clima de la región norte y favorecen las lluvias. Pero el aumento global de la temperatura media hace que el agua se enfríe más lentamente, ralentizando este movimiento circular.

Ya hay pruebas empíricas de que la AMOC se ha ralentizado en la pasada década y los científicos sostienen que está en su punto más débil de los últimos 1.600 años.

El impacto de un posible frenazo es total: la falta de ese recambio de agua caliente puede volver frío y seco el clima de Europa occidental, incluida España.

Las temperaturas en la península ibérica podrían descender entre 2 y 5 ºC, marcando diferencias entre regiones aún mayores que las actuales.

Aunque esto podría compensar el calor producido por las emisiones de gases contaminantes, empeoraría las sequías hasta el extremo, por lo que tendría un profundo impacto en sectores económicos clave del país.

A nivel más general, los expertos creen que el nivel del mar en las regiones afectadas puede subir hasta 50 centímetros, si bien España no parece que vaya a verse especialmente afectada por ello.

Cerca del punto de inflexión

El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) consideraba improbable que esto ocurriera en lo que resta de siglo.

Sin embargo, un nuevo estudio liderado por Sybren Drijfhout, del Real Instituto Meteorológico de los Países Bajos, no es tan optimista.

El trabajo se centra en los modelos de predicción climática a más largo plazo, que alcanzan el año 2300 o 2500, y observa que las probabilidades de un frenazo son bastante altas.

Y lo son incluso en un escenario de bajas emisiones, como el establecido en el Acuerdo de París de 2015, cuando los países firmantes se comprometieron a no elevar la temperatura global por encima de 1,5 ºC respecto a tiempos preindustriales.

Incluso cumpliendo con las restricciones de este acuerdo (que ya han sido superadas), la probabilidad de que la AMOC acabe colapsando es del 25%.

En un escenario de emisiones medias, el riesgo aumenta al 37%, y en uno de emisiones altas, se eleva hasta el 67%.

En el trabajo, publicado en la revista Environmental Research Letters, los autores concluyen que "el riesgo de parón de la AMOC es mayor de lo que se pensaba".

Las cifras que arrojan los modelos, advierten, "no se corresponden con un evento de baja probabilidad y alto impacto, como se ha solido definir al hablar del colapso de la AMOC".

Además, advierten que, aunque el evento ocurra en un futuro lejano, el punto de inflexión está cerca.

"La convección profunda, en muchos de los modelos analizados, se frena entre la próxima década y la siguiente, y esto es un punto de inflexión que empuja a la AMOC a un declive terminal del que tardará siglos en recuperarse, si es que lo hace", advierten.

Es importante tener en cuenta que no hay que esperar a que la AMOC se detenga por completo para observar su impacto en el clima.

Cuando se habla de colapso y de umbrales o puntos de no retorno, puede parecer que el apocalipsis llega si se cruzan, pero esto no es así: las consecuencias se desarrollan a medida que el entorno cambia. Solo al mirar atrás, se puede ver que es demasiado tarde.

En declaraciones al diario The Guardian, Drijfhout señala que "incluso en escenarios de emisiones intermedias y bajas, la AMOC se ralentizaría drásticamente para 2100 y se detendría completamente poco después".

Esto, añade, "muestra que el riesgo de parón es más serio de lo que mucha gente piensa".