Unos investigadores realizan distintas mediciones en el glaciar del Aneto.

Unos investigadores realizan distintas mediciones en el glaciar del Aneto. UPV

Ciencia

Los científicos que prevén la desaparición del hielo en los Pirineos en menos de diez años: "Es el canario en la mina"

Un estudio del Instituto Pirenaico de Ecología del CSIC concluye que en 2034 habrán desaparecido los glaciares de la cordillera.

Más información: Así pierde España sus últimos glaciares: "Están en fase terminal. Podrían quedarles 10 años"

Publicada

A Jesús Revuelto le gusta ver fotos antiguas de los Pirineos, "de hace 50 o 100 años". En esas imágenes, las montañas se alzan majestuosas y de un blanco imponente y perpetuo en sus picos.

"Es algo que yo no he podido observar, esos glaciares inmensos". A Revuelto, investigador del Instituto Pirenaico de Ecología, perteneciente al CSIC, le entristece que sus hijos no tendrán la oportunidad de ver glaciar alguno.

Porque en menos de diez años desaparecerán de forma inevitable.

Desde 2011, Revuelto y su Grupo de Investigación de la Criosfera en los Pirineos acuden cada septiembre para observar la evolución de estas masas de hielo, cartografiándolos mediante el uso de drones y otras tecnologías.

A nadie le pilla por sorpresa que los glaciares —'ríos' helados que fluyen lentamente montaña abajo— están desapareciendo como consecuencia del aumento global de temperaturas producto del cambio climático.

"En el tiempo que llevamos con esta campaña, el de Monte Perdido ha reducido su espesor una media de 15 metros, el tamaño de un edificio de tres plantas", cuenta a EL ESPAÑOL.

En 1850, a finales de la llamada 'Pequeña Edad de Hielo', había 52 glaciares en los Pirineos. En 2020, solo quedaban 19.

Pero nadie estaba preparado para lo que vino después. "La reducción estaba siendo progresiva y pensábamos que podían durar décadas, pero 2022 nos hizo ver que iban a tener menor duración de lo que esperábamos".

Ese año y el siguiente fueron extremos, con muy poca nieve en el invierno y unas temperaturas muy altas en verano, que aceleró la pérdida de hielo de forma inusitada.

Por eso, el grupo rehizo sus cálculos. Observando la evolución de los tres mayores glaciares de los Pirineos (Aneto, Monte Perdido y Ossoue), plantearon tres escenarios de futuro. En ninguno de ellos, los glaciares sobreviven más allá de 2034.

El primero de estos escenarios se basa en la evolución media de temperatura y precipitación para los próximos años elaborada por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC).

Para 2030, el glaciar de Monte Perdido habrá perdido el 94% de su hielo; el de Ossoue, el 91%, y el del Aneto, el 79%.

El siguiente escenario se basa en el promedio de temperaturas y precipitaciones que el propio Grupo de Investigación de la Criosfera ha ido registrando.

La pérdida de hielo en este escenario sería menor que en el primero pero, aún así, también impacta: Monte Perdido pierde el 83%, Ossoue pierde el 72% y Aneto el 57%.

Un año extremo

El último de los escenarios reproduce qué pasaría si un año extremo como 2022 se reproduce en bucle. En este caso, el fin de los glaciares se produciría en tan solo tres o cuatro años.

Revuelto hace un apunte. "Que demos por extinto el glaciar no quiere decir que no haya hielo en la zona, sino que este no se mueve, no se desplaza: no tiene suficiente masa para continuar deslizándose hacia abajo".

Pero este hielo no será ni la sombra de lo que es ahora. El paisaje pirenaico cambiará completamente.

"Nosotros no tenemos dependencia hidrológica de los glaciares, pero el patrimonio paisajístico se va a perder, es inevitable. Incluso hoy en día se puede escalar el Aneto —el pico más alto de la península, con 3.404 metros— en verano sin que haga falta pisar el hielo".

Francisco Navarro, catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid e investigador principal de glaciología del Grupo de Simulación Numérica en Ciencias e Ingeniería, apunta que la desaparición de los glaciares pirenaicos tendrá "escasos efectos más allá de las connotaciones emocionales y culturales de desaparición de patrimonio geológico".

Recuerda que lo que queda en la actualidad es "prácticamente residual, menos de dos kilómetros cuadrados", y que vivimos en un periodo interglacial, por lo que estos "tenderían a desaparecer por causas naturales".

Si le añadimos el "calentamiento antropogénico, está claro que en breve nos quedaremos sin hielo en los Pirineos". Navarro no ha participado en el estudio pero apunta que es "difícil predecir con exactitud que esto ocurra en 10, 15 o 20 años".

"Pero está claro que, de aquí a mediados de siglo no quedarán sino heleros residuales".

Para Revuelto, la desaparición de los glaciares pirenaicos —los únicos que quedan en el sur de Europa— hacen la función de "canario en la mina" para avisar de lo que espera a otras zonas.

"Lo que pasa en los Pirineos hoy sucederá en los Alpes en treinta o cuarenta años". La cordillera europea por antonomasia ha perdido más de la mitad de los 5.000 glaciares que contabilizaba a finales de los años 80.

De hecho, se están llevando a cabo medidas desesperadas como usar nieve artificial para engordar los glaciares y cubrirlos con tela blanca para ralentizar el derretimiento del hielo.

Francisco Navarro recuerda que, en Suiza, los glaciares no solo tienen valor turístico sino que "son una fuente de agua potable también importante, adicional a la de fusión de la nieve, y las descargas súbitas de glaciares pueden ser un factor de riesgo a la población en los Alpes. El impacto será mucho mayor".

Jesús Revuelto se muestra pesimista sobre la posibilidad de que el hielo pirenaico sobreviva. "Necesitaríamos varios años con nevadas muy importantes y que en verano no hubiera una temperatura tan elevada".

Él está acostumbrado a ver las montañas con hielo y nieve y se le hará duro verlas desnudas de su manto blanco. "Es un poco triste ver lo que está ocurriendo".

Lo más importante para él, con todo, no es eso. "Es un efecto clarísimo del cambio climático. Es nuestro canario en la mina, nos enseña un efecto inequívoco del aumento de las temperaturas".

El canario está ahí. Otra cosa es que el mundo mire para otro lado.