En solo cuatro años ha pasado de declararse bisexual el 13,2% de las personas entre 18 y 24 al 24,1%.

En solo cuatro años ha pasado de declararse bisexual el 13,2% de las personas entre 18 y 24 al 24,1%.

Ciencia

El 'boom' de la bisexualidad en España: por qué casi el 40% de las mujeres entre 18 y 24 declaran serlo según el CIS

El porcentaje de mujeres jóvenes que se consideran bisexuales, además, cuadruplica el de hombres de la misma edad que afirman serlo.

Más información: El auge de la bisexualidad: el número de personas atraídas por ambos sexos se ha triplicado en 30 años

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Cada vez más jóvenes españoles se declaran bisexuales. En solo cuatro años han pasado de declararse bisexuales el 13,2% de la población de entre 18 y 24 años a hacerlo el 24,1%, casi uno de cada cinco, según los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

Pero esto no es lo más llamativo.

El último estudio sobre relaciones sexuales y de pareja del centro concluye que, si entre los hombres de dicha franja de edad el 9,4% se declara bisexual, en las mujeres esta cifra se eleva al 39,6%.

Es decir, que el número de mujeres jóvenes que se declaran bisexuales cuadruplica el de hombres jóvenes.

Las cifras, en ambos casos, son mayores que las de hombres y mujeres que se declaran homosexuales. En el caso de los chicos, son el 3,3%. En el de las chicas, el 2,5%.

Observándolo desde otro prisma, los últimos datos del CIS muestran que solo el 58% de las chicas de entre 18 y 24 años se declaran heterosexuales, por el 84,9% de los chicos.

El fenómeno es incluso más llamativo si se reformulan los resultados con otras franjas de edad. El científico de datos Victoriano Izquierdo apuntaba en la red social X que, en la franja de edad de 15 a 20 años, el 46,4% de las mujeres se declaran bisexuales. Contando también la opción homosexual, serían el 50%.

En el caso de los chicos se daría lo contrario: el 100% de aquellos entre 15 y 20 años sería heterosexual, mientras que entre los 20 y los 25 se declararía bisexual el 13,7%.

Si hablamos del total de la población, el 5,9% sería bisexual: el 4,1% de los hombres y el 7,6% de las mujeres. Sin embargo, solo el 1,1% de las mujeres se declararía lesbiana, por el 4,6% de hombres son gays.

El porcentaje de hombres y mujeres que se declaran bisexuales disminuye con la edad, tanto en hombres como en mujeres.

"Sí, ha aumentado el número de jóvenes que se declaran bisexuales", afirma Marta Aparicio, profesora de Psicología del Máster en Estudios LGTBIQ+ de la Universidad Complutense de Madrid.

"Esto puede deberse a que ha aumentado la visibilización de personas LGTBIQ+ en nuestro país y eso hace que, especialmente las personas jóvenes, tengan más referentes cerca con los que se pueden identificar, así como en redes sociales".

Por esa misma razón, las personas de más edad optarían por esta etiqueta en menor porcentaje. "Han tenido, o menos referentes como para autodenominarse bisexuales, o han tenido miedo o vergüenza a contar a su entorno que lo eran".

Aparicio abunda en esto. "Muchas mujeres de rangos de edad más amplios, cuando hablas con ellas, señalan que les gustan las mujeres pero nunca han tenido una relación con otras por diferentes motivos: no se han dado las circunstancias, no sabían cómo empezar una relación con otra mujer, miedo a ser señaladas, etc.".

En cierto sentido, también sirve para explicar las diferencias en los porcentajes de hombres y mujeres jóvenes. "Que el que las mujeres expresen más sus emociones puede influir en que se permitan más explorar otro tipo de relaciones y sean más francas y abiertas con su sexualidad", apunta la psicóloga.

"Y, claro, los hombres, en una sociedad machista, tienen más difícil decir que les gustan otros hombres,aunque de hecho les gusten. Ni siquiera en una entrevista, que es como recoge datos el CIS". Y añade: "Seguramente, ni siquiera se lo van planteando nunca, se han quedado con lo que es normativo".

Muchos estudios, pocas conclusiones

Tras décadas de investigaciones, los orígenes de la orientación sexual siguen siendo un misterio. Si en los años 60 y 70, los psiquiatras planteaban que tanto la hetero como la homosexualidad era algo adquirido, no innato. La bisexualidad formaría parte de ese eje en el que los otros conceptos definirían los extremos.

Ya en los 80, experimentos con gemelos mostraron que la homosexualidad tenía algo de innato: la probabilidad de que un hombre gay tuviera un hermano de la misma orientación era mayor si se trataba de gemelos idénticos (monocigotos) que si eran gemelos no idénticos, y en estos a su vez la proporción era mayor que en la población general.

En 1993, con el auge de la genética a raíz del Proyecto Genoma Humano, el descubrimiento de lo que parecía el 'gen gay' fue toda una sensación. El problema es que no se trataba de un gen propiamente dicho sino de una región del cromosoma X.

Esto implicaba una pregunta: si el ADN se expresa mediante genes que codifican proteínas, ¿qué tipo de proteína codifica un gen contenido en Xq28 (que así se llama el marcador genético) que desarrolle una orientación sexual determinada?

A día de hoy, la pregunta sigue sin respuesta y este trabajo ha sido fuertemente criticado.

En los últimos años, el abaratamiento de la secuenciación genómica y el aumento de la capacidad de procesado de datos han popularizado los llamados estudios de asociación de genoma completo (GWAS por sus siglas en inglés), en los que se analiza una amplia población para buscar variantes genéticas asociadas a rasgos concretos.

Así, un estudio publicado en Science en 2019 que analizó el genoma de casi 480.000 individuos observó un buen número de marcadores genéticos asociados al comportamiento homosexual, algunos más relacionados con hombres y otros con mujeres.

Nuevamente, los hallazgos eran insuficientes para explicar el origen de la homosexualidad. En todo caso, la genética podría determinar hasta un 25% del comportamiento homosexual, como máximo.

La inmensa mayoría de estudios sobre el origen biológico de la orientación sexual se han centrado en la homosexualidad masculina. La femenina y la bisexualidad siempre han estado en un segundo plano.

Dilatación de pupilas

En 2024, por primera vez, un trabajo se centraba en las variantes asociadas a la bisexualidad... en hombres. Se hizo en 450.000 personas en Reino Unido y encontró variantes genéticas más comunes en hombres bisexuales que explicarían hasta el 23% de su orientación. Estos estudios, no obstante, han sido fuertemente criticados porque ofrecen una relación, pero no una causa.

A día de hoy, no hay un solo gen que se conozca que esté implicado en la orientación sexual. No hay consenso sobre los orígenes de la heterosexualidad, la homosexualidad o la bisexualidad (así como de otras orientaciones más minoritarias), pero se cree que hay numerosos factores implicados, tanto genéticos, hormonales y ambientales. Además, no serían los mismos en cada persona.

Para complicar más las cosas, hay estudios que afirmarían que ninguna mujer es exclusivamente heterosexual. Investigadores de la Universidad de Essex mostraron a 345 mujeres imágenes de hombres y mujeres desnudas y analizaron la excitación sexual a través de medidas como la dilatación de la pupila.

Mientras que las mujeres que se declaraban lesbianas mostraron una mayoría de respuestas sexuales solo ante las imágenes de mujeres, el resto respondieron de forma más variopinta, incluso aquellas que se identificaron como puramente heterosexuales.

Aparicio recuerda que las categorías de hetersexualidad, homosexualidad y bisexualidad "no son compartimentos tan estancos para todo el mundo. La orientación sexual sería una categoría global, pero es diferente por quién sientes algo que con quiénes tienes después relaciones. Digamos que la sexualidad es más amplia que solo la práctica sexual".

El aumento en el número de personas que se declaran bisexuales es un fenómeno generalizado en países desarrollados. En Estados Unidos, entre 1989 y 2021 se triplicó su número, pasando del 3,1% al 9,6%.

La cifra es menor que en España, cuyo porcentaje es mayor también que el de países de nuestro entorno como Italia o Portugal. Aparicio apunta que esto "depende de las leyes que rijan en cada país. Países como Italia, por ejemplo, aún tienen situaciones de discriminación al colectivo LGTBIQ+ mayores que en España, por lo que es más difícil que las personas puedan vivir abiertamente su sexualidad. En otros, donde las leyes acompañan más, sí hay más visibilización de las personas LGTBQI+ en general, y bisexuales en particular".

A pesar de esta apertura, el colectivo bisexual sigue enfrentándose al estigma y mitos tales como que son más promiscuos, inmaduros o incapaces de comprometerse. "En un estudio que publicamos en 2020 encontramos que las mujeres bisexuales tenían peores indicadores de salud mental", apunta la psicóloga.

Otros estudios afirman con tienen peor salud, menor autoestima y peor percepción de su propia salud que el resto de colectivos, y son más propensas a sufrir desórdenes alimentarios o depresión.

"Esto se debe al estigma sufrido por su orientación sexual, puesto que se enfrentan a mayor discriminación que las mujeres heterosexuales". También es mayor que la que sufren los hombres bisexuales ya que se suman "las discriminaciones propias de ser mujer y las de ser mujer bisexual".