‘Entre cuentos’, el programa que durante estos días se desarrolla en la Biblioteca Pública Municipal ‘David Hernández’ como propuesta de la Concejalía de Cultura para ocupar el tiempo de las vacaciones escolares, continuaba esta mañana. Las emociones se convertían en el hilo conductor de las dos sesiones, la que impartía Yoana Izquierdo responsable de la Sala Infantil con los niños de 1º a 3º de Infantil y la que realizaba Marian Pérez, encargada de la Sala de Adultos, con los escolares de 1º y 2º de Primaria.

A las 10,00 horas arrancaban, por cuarto día, las sesiones en las que los pequeños han trabajado, igual que ayer, con el libro ‘El Monstruo de colores’ como ya lo hicieran hace semanas los pequeños de la Escuela Infantil Municipal. Colores y sentimientos se convertían en el instrumento de trabajo de las emociones.

En esa misma línea, los más mayores trabajaban los sentimientos con el libro ‘Emocionario’ y con un taller en el que los niños eran los encargados de diseñar sus propios ‘emoticonos’ a base de ojos, orejas y multitud de elementos. “Es un taller en el que los niños aprenden a trasladar las emociones a los propios rasgos físicos”, apuntaba Mariam Pérez para quien este taller “esta resultando muy enriquecedor”. Esta actividad se sumaba también a la realizada ayer en la que los participantes más mayores de ‘Entre cuentos’ conocieron el trabajo de ilustradores japoneses y después realizaron un original trabajo de ilustración. “Me ha sorprendido lo bien que dibujan muchos de ellos”, explicaba la responsable de este grupo y de la Sala de Adultos de la Biblioteca.

LECCIONES DE TRADICIÓN DE MANO DEL JUEGO

Jugar al ‘pañuelo’, a los ‘calderes’ o rayuela, a las tabas o a los hilos se convertía esta mañana en toda una lección de tradición que de mano de Mercedes Martín, Beatriz García y Noelia Rivas recibían el medio centenar de chicos que estos días participan en el programa impulsado por a Concejalía de Cultura, ‘Divierteté en Semana Santa’.

El Parque de La dehesa se convertía en el escenario elegido para disfrutar del entorno y a la vez conocer algunos de los juegos que fueron en otras épocas el modo de divertimento de muchas generaciones. “Hemos querido aprovechar esta salida al campo para disfrutar de juegos tradicionales”, explicaba la animadora sociocultural del Centro cultural, Mercedes Martín. “Curiosamente muchos de ellos ya los conocían aunque alguno ha conocido algún juego del que no tenía conocimiento”, explicaba.

Distribuidos en varios equipos los escolares han disfrutado de una jornada excepcional de vacaciones que han podido terminar practicando cada uno el juego que más les ha gustado o incluso inventando alguno juego nuevo. “Con dos hilos y una piña hemos creado este juego para saltar”, explicaban alguno de los pequeños inventores sin ser conciente de que estaban poniendo de manifiesto cómo los juegos tradicionales incentivan la creatividad, la autonomía y el conocimiento del medio, y son una muestra más de nuestra cultura.