Ana Redondo, durante la sesión de control de este miércoles en el Congreso.

Ana Redondo, durante la sesión de control de este miércoles en el Congreso. EFE

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Ana Redondo, la hija política de dos ‘Óscar’, casada con un juez escritor y reprobada por la polémica de las pulseras

Compañera de Universidad de García Ortiz, aunque cuenta con el respaldo del Gobierno, su futuro se nubla. Aspira a ser la candidata a la alcaldía de Valladolid de la mano de Puente.

Más información: Castilla y León acumula 204 pulseras antimaltrato pero mal repartidas: “Apenas las conceden, ni en casos graves”

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En el centro de todas las miradas. Llegó para apagar un incendio y ha desatado otros. Así se encuentra en estos momentos Ana María del Carmen Redondo García, es decir, Ana Redondo. Vallisoletana, de la generación de 1966, y actual ministra de Igualdad.

El Congreso de los Diputados ha reprobado este miércoles a la ministra de Igualdad por su gestión en los apagones de las pulseras a los condenados por violencia de género.

La iniciativa del PP contó con 170 votos a favor, ya que Vox les respaldó, frente a 163 de PSOE y Sumar. La abstención de Junts y ERC fue clave.

Durante la sesión de control, celebrada por la mañana, Ana Redondo mostró su indignación con la posible reprobación.

Licenciada en Derecho Constitucional y militante socialista de larga trayectoria. Siempre quiso ser maestra, y lo consiguió, siendo profesora titular de Derecho Constitucional en la Universidad de Valladolid.

Su perfil se percibió como una apuesta de Pedro Sánchez por el sosiego frente al estilo combativo de Irene Montero, de Podemos, y que llevaba a sus espaldas el escándalo de la ley del "sí es sí". Ahora todo se ha vuelto en contra. Su última polémica por los fallos en las pulseras anti maltratos puede ser la puntilla.

La nueva ministra se presentó en su día como una mujer de partido, acostumbrada a la discreción y al trabajo municipal, con más de una década como procuradora en las Cortes de Castilla y León y ocho años como concejala en el Ayuntamiento de Valladolid, pero el agua no ha ido por los cauces adecuados.

"No ha estado cómoda, le falta un perfil político nacional", señalan fuentes socialistas a este medio. Como dato, viaja la mayoría de las veces de Valladolid a Madrid intentando pernoctar en la capital lo menos posible. 

Casada con Ignacio Martín Varona, magistrado de la Audiencia Provincial de Palencia desde mayo, y madre de dos hijas mayores de edad. Su marido, nacido en 1966, es miembro de la Asociación de Jueces para la Democracia, en la que ha desempeñado diversas funciones representativas.

Sánchez mantiene su apoyo a Ana Redondo, aunque crece la inquietud en el Gobierno por las deficiencias de las pulseras

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Como escritor, ha publicado varias novelas, cuentos y un libro de viajes. En una de sus obras escribió cuatro relatos sobre el diablo ambientados en Valladolid y en diferentes épocas.

Redondo nunca había buscado protagonismo público más allá de su carrera política regional. Ni redes sociales (se tuvo que hacer cuenta en X hace dos años), ni declaraciones sonoras, su vida había permanecido al margen de los focos hasta que la cartera de Igualdad la situó en el centro del debate nacional.

Poco a poco se la fue conociendo. En el Congreso tuvo una intervención que se convirtió en viral. Realizó un discurso fuera de sí tras estallar contra el "machismo reaccionario del PP".

Saltó a la primera línea de la política autonómica en la etapa en la que Óscar López Águeda, también ministro de Pedro Sánchez, se alzó con la secretaría regional del PSOE de Castilla y León.

La agitada vida política de López Águeda, a caballo entre Madrid y Valladolid, convirtió a Ana Redondo en la cara visible del Grupo Parlamentario Socialista en el día a día de las Cortes de Castilla y León. Ella, con su tono vehemente, “era la encargada de hacer de subalterna y tapar sus carencias”, señalan fuentes cercanas al partido en alusión al segoviano-madrileño.

Uno recuerda aún las hostiles intervenciones parlamentarias de Redondo (luego heredadas por sus sustitutos en la portavocía), tratando de rellenar sin éxito las ausencias parlamentarias de Óscar López y sufriendo en sus carnes los dardos mordaces del entonces presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera (PP).

Aquella etapa concluyó en junio de 2015. Luis Tudanca, el entonces sanchista, resultó elegido secretario regional del PSOE, para conducir por un desierto el partido, y luego acomodarse en el Senado.

Entonces Ana Redondo abandonó las Cortes para formar parte de la corporación municipal de Valladolid, donde se convirtió en la mano derecha de Óscar Puente, hasta que el PSOE perdió la alcaldía en las últimas elecciones municipales tras ser derrotado por Jesús Julio Carnero y Vox.

Es decir, que en la vida de Ana ha estado avalada por dos pesos pesados del PSOE nacional, por los Óscar, Puente Santiago y López Águeda.

Redondo fue la encargada en las Cortes de sacar toda la artillería contra León de la Riva cuando realizó unas declaraciones definiendo a Leire Pajín, ministra de Sanidad y de Igualdad con Rodríguez Zapatero, como ‘la de los morritos’ y el famoso tema del ascensor. Ella fue la encargada de azuzar al PP regional contra él.

En su etapa como concejala del Ayuntamiento vallisoletano es cuando forja su unidad con Óscar Puente. Ocho años de trabajo municipal siendo la responsable de baluartes pucelanos como la Seminci, la gestión cultural entra la que estuvo la concesión de los Goya, o las fiestas. También la Semana Santa, de la que es aficionada y no se pierde una.

Eso sí, plantó cara contra la tauromaquia y eliminó la subvención en 2017, algo de lo que se pavoneaba.

Un debe que siempre ha tenido es el de la puntualidad. Cuando fue nombrada ministra de Igualdad los chascarrillos se hicieron continuos, llegando a decir en tono jocoso que el 8-M día de la mujer, quizás se celebraba el 9 de marzo.

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, con Óscar Puente en Valladolid

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, con Óscar Puente en Valladolid L. Pérez ICAL

Entre sus gustos musicales, cualquier canción de Chavela Vargas. No cocina nada, solo “alguna tortilla francesa, cuando no me queda otra”, afirmó en una entrevista. Entre Broncano y Motos se queda con el primero.

Sus polémicas

Redondo llegó en noviembre de 2023 con fuerzas al ministerio. Al estilo de su colega Óscar Puente y su agencia de colocación, la exconcejala de Cultura del Ayuntamiento de Valladolid, se rodeó de gente de confianza para llevar las riendas de uno de los ministerios que más presupuestos manejan.

Apostó por Carmen Vaquero López, vicerrectora de la Universidad de Valladolid, que se convirtió en jefa de gabinete de la ministra, aunque duró pocos meses.

También incorporó a dedo a Julio del Valle Íscar como director General para la Igualdad Real y Efectiva de las Personas LGTBI+ y a la periodista Clara Saavedra para realizar funciones en el gabinete de comunicación después de estar durante también con ella cuatro años como Jefa de comunicación de la Sociedad Mixta de Turismo en Valladolid.

El episodio más sonado ha sido el “error técnico” en la Ley de Paridad, que dejó desprotegidos en la práctica a trabajadores que pidieran adaptaciones de jornada para cuidados. El fallo, calificado de “grave” por sindicatos y oposición, minó la imagen de solvencia de la ministra, que se apresuró a prometer una enmienda inmediata.

Más recientemente, el Ministerio se ha visto golpeado por esta polémica de las pulseras telemáticas de control a maltratadores. El cambio de empresa adjudicataria ha provocado incidencias en la gestión de datos, lo que desató acusaciones de negligencia y peticiones de dimisión.

Aunque Fiscalía defendió que las víctimas nunca estuvieron en riesgo real, la alarma pública quedó instalada.

La ministra sostiene que las víctimas “estuvieron protegidas en todo momento” y que la incidencia fue mínima, además de que se han tomado medidas para resolver el problema. Como no, se apoya en el famoso bulo.

En julio de 2024, EL ESPAÑOL reveló que la entonces directora del Instituto de las Mujeres hacía negocio con llamados "puntos violeta" de información contra los malos tratos. El cese se demoró siete días después de publicarse la información.

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, en la manifestación por el Día del Orgullo LGTBI en Valladolid

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, en la manifestación por el Día del Orgullo LGTBI en Valladolid PSOECyL

Estas polémicas no han caído en saco roto. Hay que recordar que el presidente del Gobierno la apartó de la Ejecutiva durante el Congreso del PSOE celebrado en diciembre de 2024 en Sevilla, para aupar a Pilar Bernabé como secretaria de Igualdad, en un movimiento que evidenció su descontento con la gestión de la ministra. Y su nombre siempre suena en posibles crisis de Gobierno, que de momento no va a llegar.

Tampoco le ha importado salir en auxilio del fiscal general Álvaro García Ortiz. Fueron compañeros en el grado de Derecho que cursaron en la Universidad de Valladolid.Después de conocerse su procesamiento por el Tribunal Supremo, la ministra de Igualdad, la vallisoletana Ana Redondo, fue una de las que ha mostrado su apoyo incondicional a García Ortiz a puerta cerrada.

Un micrófono abierto de La Sexta captó a la titular del Ministerio expresando su más sincero apoyo al fiscal general del Estado en el acto de entrega del XIX Premio del Observatorio de Violencia Doméstica y de Género.

"Todo lo que necesites, ¿eh?... Lo que sea...te vienes al Ministerio...lo que sea. No te escondas, ¿eh? Y cuenta conmigo... Una cenita, una cena. No estás solo", le dijo Redondo a García Ortiz, mientras ambos esbozaban sonrisas de complicidad.

Ahora, después de la polémica de las pulseras, parece que su relación ya no es tan estrecha.

Como contó EL ESPAÑOL, la propia memoria de la Fiscalía, presentada hace unos días por García Ortiz ante Pedro Sánchez, incluye una advertencia sobre la "gran cantidad de sobreseimientos provisionales y absoluciones" que provocaron los fallos de las pulseras.

La ministra no lo comparte. "Sí que me gustaría conocer lo que la Fiscalía entiende como 'muchos casos', hablaremos con ellos, porque no se puede hablar de 'muchos casos'...", aclara la ministra.

Futuro

¿Y ahora qué? Pues aunque ha sido respaldada por el Gobierno, no queda otra, la imagen de la vallisoletana ha quedado muy en entredicho. Los mentideros ya le situaban como candidata socialista a la Alcaldía de Valladolid, de la mano de Puente, y ahora parece que más. Su nombre estaba en todas las quinielas para salir del Gobierno.

De momento, en las últimas semanas, como es habitual los viernes, Ana Redondo se ha ido dejando caer por la ciudad del Pisuerga. Lo ha hecho en actos que nada tiene que ver con su cartera. Por ejemplo, para hablar de viviendas o para hacerlo de incendios. Ahora el humo lo tiene dentro.

“Es pronto para tomar la decisión”, dijo hace unos meses. Redondo defendió la gestión socialista durante los mandatos de Óscar Puente, afirmando que con él al frente, Valladolid “estaba en primera”, mientras que ahora, “estamos en segunda a todos los niveles”.

El secretario general del PSOE de Castilla y León, Carlos Martínez, ha dicho públicamente que Redondo sería una “magnífica candidata” para la Alcaldía de Valladolid, que la respeta, que siente la ciudad y que sería la antítesis del actual alcalde del PP.

"Conoce bastante bien la ciudad y tiene en la agrupación municipal local una posición de liderazgo, sería buena candidata", indican fuentes del partido a este medio. Además, al ser ministra de Igualdad, "tiene un perfil nacional que puede aumentar su reconocimiento más allá de lo local".

La Comisión General de las Comunidades Autónomas del Senado debatió y aprobó el martes la moción impulsada por la mayoría absoluta del PP que reclama, mediante un añadido de último minuto, la dimisión de la ministra de Igualdad, Ana Redondo, y, en su defecto, su cese por parte del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

La moción salió adelante gracias a la mayoría absoluta que el PP tiene en la Cámara Alta. Ahora mismo la imagen de Redondo está muy dañada. Este miércoles fue reprobada.