Sin clase media no hay democracia. Los americanos lo saben muy bien. Sin una amplia clase media que de estabilidad a la sociedad y a la que todos puedan aspirar no hay paz social ni progreso. A partir de aquí todo lo demás. En España parece que se empeñan en destruirla, en que sea la paganini de todo a cambio de nada. Noticias de medidas que parecen sacadas en virtud de la festividad de los santos inocentes no nos aportan nada.

La creación de empleo es lo único que soluciona todos los problemas. Parches como cheques regalo o cartilla de racionamiento 2.0, supuestas bajadas de IVA después de una subida de precios monumental, un disparate tras otro, mentir y mentir para volver a mentir sabiendo que mienten no arregla nada. Vale más una bolsa de rafia del supermercado que una barra de pan.

La inflación hace que muchos españoles no puedan pagar sus medicamentos que no están nada baratos. Quitan la ayuda a los carburantes en lugar de bajar los impuestos.

Estamos jugando a las dos Españas a la que paga y a la que cobra. La primera no puede más y a la segunda no le llega. Mientras parece que cada día hay más hijos de madre de moral distraída que ventanas. La sociedad que nos han impuesto es lo que genera cobardes que no se atreven a emprender el crear una familia y sin ella no hay ningún futuro. Para colmo de males nos dicen que se rebaja la malversación porque a los españoles ya no nos interesa la corrupción, será a los que cobran.

La gente de cierta edad que sabían quién era Quevedo o Lope de Vega está cansada de ver como España se empobrece. La gente sin edad alguna que puede abortar y cambiarse de sexo sin permiso de los padres pero que no pueden votar ni beber alcohol porque no son personas maduras porque no saben quiénes fueron dichos literatos tampoco saben dónde tienen la mano derecha ni la izquierda ni de donde sale el dinero, y parece que tampoco saben que cada semana tienen un lunes por la que empieza la semana laboral. Menos cuentos, más responsabilidad y más trabajo.

El próximo año no pinta nada bien el fiasco de la reforma laboral hace que se estime que el paro subirá hasta el 13,5 por ciento y que la creación de empleo se reducirá en un 92 por ciento. A cierre de este año la producción de la economía española sigue estando un 2 por ciento por debajo de las cotas precovid.

España parece abocada a un escenario de estanflación y de poca información al entrar en un año electoral. Nos queda la esperanza del dicho a la España que se levanta a las 6.00 que más se perdió en Cuba y volvieron cantando. Feliz año.