La inseguridad en España en los últimos siete años se ha disparado con creces, reduciéndose únicamente  por la pandemia. Es evidente que el buenismo y la llegada masiva de inmigrantes ilegales han provocado un aumento de la delincuencia histórico en todo el país, aunque con varios focos en los que todavía está peor la criminalidad por habitante, como es el caso de Cataluña, donde también cada dos minutos pasa un delito tipificado.

Las fronteras son otro ejemplo de ello, porque no se protegen, provocando un efecto llamada que permite que se cuelen con gente inocente desde presuntos terroristas, miembros de grupos criminales transnacionales hasta otro tipo de delincuentes reincidentes de otros países. Y no es racismo, es explicar la realidad. En esto hay demasiado dinero en juego.

Recientemente hemos visto el trágico episodio vivido en Melilla, donde los policías no tenían ni la posibilidad de usar material antidisturbios frente a un asalto violento y organizado, tal y como se ha podido observar en las imágenes que eran parecidas a las de un campo de batalla. Toda una invasión.

Ante está grave situación es incuestionable que ahora más que nunca se necesita fortalecer a nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para poder atender como se debe a todos los problemas que existen, es por el bien de la seguridad nacional, ya que está siendo seriamente amenazada.

Por ello, se debe dotar de más efectivos a los cuerpos estatales, además de equipamientos y equiparación salarial a los policías con los cuerpos autonómicos, ya que son medidas que se deben realizar y ya no pueden esperar mucho más tiempo o acabaremos teniendo zonas no go por toda la nación, algo de lo que alertan también los servicios de inteligencia españoles, la Policía Nacional y la Guardia Civil.

También no se puede seguir ocultando la nacionalidad de los delincuentes que actúan en España, porque es información que nos permite destapar la identidad de los criminales.

Y tampoco un sistema muy garantista es la solución a todo lo que estamos presenciando. Además, cabe destacar que se han disparado todo tipo delitos, desde robos y tráfico de drogas a delitos con violencia o violaciones.

Hace falta mano dura para frenar está gran oleada de criminalidad, en la que el Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez al igual que como en otras cuestiones no está a la altura de las circunstancias y no se le ve ni se le espera con una visión diferente para afrontar estas terribles problemáticas que sufren todos los españoles de a pie cada vez más a menudo. Quedan así totalmente desprotegidos, del mismo modo que las fuerzas del orden, que incluso deben comprarse sus propios chalecos antibalas.