Voy a dedicar mis comentarios de hoy a un tema que ha pasado sin pena ni gloria, como el propio interesado pasó por el ministerio de regentó (?) durante escasamente dos años. Y lo voy a hacer no por el relevo en sí mismo, sino porque ha puesto en evidencia lo que está ocurriendo en el macro gobierno sanchezstein desde su constitución. Veamos:

La propia constitución del gobierno fue una mentira más del presimiente Sánchez que pasó en horas 24 del “no podría dormir con Iglesias en el Gobierno”, al abrazo con el líder podemita, su nombramiento como vicepresidente y otorgarle la capacidad de nombrar a cuatro ministros a su elección.

Es evidente que el ser un gobierno de coalición no justifica la creación de un gobierno asambleario con 22 carteras, pues en Alemania con un gobierno tripartito y una población que casi dobla a la española el gobierno está constituido por 16 ministros. Pero lo que ha quedado en evidencia es que la autoridad del presimiente se limita a los 18 ministros socialistas y a firmar las propuestas que le presenta el líder de la contraparte: así ocurrió con el nombramiento de la sustituta del propio Iglesias, la inefable Ione Belarra y del sustituto del dimisionario Manuel Castell.

Como decía al principio, se fue sin pena ni gloria, pues en sus dos años de mandato tan sólo ha comparecido una sola vez en el Congreso y no fue capaz de sacar su gran proyecto de una “Ley Orgánica del Sistema Universitario”, cuyo sólo borrador irritó a rectores, profesores, estudiantes y personal no docente. Sacó adelante la Ley de Convivencia Universitaria, después de aceptar las mutilaciones impuestas por ERC, y amplió el número de becas.

Llegó al ministerio con una cartera vacía (las competencias en universidades están transferidas a las CCAA y la investigación está ubicada en otro ministerio) y se va con la misma cartera igual de vacía. Este ministro no ha necesitado llenarla con atípicas adjudicaciones al amparo de la pandemia, en la que permaneció “desaparecido”, pues de sobra es conocido que su patrimonio supera de largo a la suma del patrimonio de sus colegas, (al menos cuando entraron al gobierno), y su autoridad como sociólogo es reconocida internacionalmente. Sus doctorados, reconocimientos y libros publicados son de una autoridad incuestionable. Y entonces, ¿Por qué aceptó una cartera ministerial carente de contenido? Pues precisamente por eso, porque a los 78 años no quería trabajar, pero en su brillante currículum le faltaba el título de ministro. Dimitió, dicen, por prescripción médica y se unió a la lista de ministros que salen del gobierno sin sacar adelante los compromisos anunciados en sus tomas de posesión: Carmen Calvo, (Ley de la Memoria Democrática), Juan Carlos Campo, (renovación del CGPJ y reforma del Código Penal ), Pablo Iglesias, (incumpliendo sus obligaciones con las residencias de la tercera edad durante la pandemia), Ábalos, (Ley de la Vivienda y caso Plus Ultra), Rodríguez Uribes, (Ley de Patrimonio y Estatuto del Artista), Pedro Duque, (Ley de la Ciencia). Sólo Isabel Celáa logró aprobar la nefasta Lomloe. Y es una pena.

Y hay otra razón no menos importante: porque era la cuota correspondiente a Ada Colau y ella decidió su nombre como ahora ha decidido también el de su sustituto. Mientras tanto superSánchez, de Falcon en Falcon asistiendo a los congresos regionales del PSOE, inventándose supuestos actos institucionales para justificar el uso y abuso del avión presidencial. Por cierto, ocho viajes a La Palma, el volcán se ha apagado y los isleños siguen sin ver un euro.

Cuando se constituyó el Gobierno, nos dijeron que había un sólo gobierno y una sola voz. Parece que de eso no se enteraron ni Díaz ni Calviño, ni Escrivá, ni las ministras Montero, que cada uno dice lo que le parece, ni Rivera, ni Maroto… y no digamos el inefable Garzón que se ocupa de los muñecos, las recetas de cocina, de denostar a los productores y consumidores de carne, de los roscones de reyes, (si fuera roscón republicano le preocuparía menos), y no de lo que tiene que ocuparse un ministro de Consumo pero claro, si como aplicado comunista sus modelos son Cuba o Venezuela, mejor que no se entere

Claro que lo que hoy se llama pomposamente ministerio de Consumo no había sido hasta la fecha más que una dirección general en el ministerio de Sanidad y Consumo, donde también estaba incluido el de Asuntos Sociales. Algo parecido ocurre con el ministerio de Escrivá, siempre ligado a Trabajo, o el ministerio de Educación que englobaba la investigación y universidades. Ahí sí debemos reconocer la habilidad de superSánchez creando estos miniministerios, al tiempo que hay que reconocer la campaña de promoción de Yoli, incluyendo al Papa Francisco en la misma.

Pero había tantos que colocar, que no había otro remedio. Y si sólo fueran los ministros… pero sumen secretarios de estado, secretarios generales, directores generales, subdirectores generales, asesores, secretarias, conductores, vehículos… en fin: tenemos el gobierno más caro y más ineficaz de toda la democracia.

Para terminar, unas breves palabras sobre el nuevo ministro: Joan Subirats es catedrático, jubilado de Ciencias Políticas. Era la mano izquierda, (es imposible decir derecha cuando hablas de un referente de la izquierda catalana), que dimitió como concejal del Ayuntamiento de Barcelona al cumplir 70 años, donde había entrado como número dos en la lista de Colau. Algunos dicen que más que la mano, era el cerebro de la alcaldesa. Militante de Catalunya en Comú, es declarado izquierdista, republicano y separatista, lo que no le ha impedido prometer el cargo ante el Rey y “cumplir y hacer cumplir la Constitución…”, vamos, que además de todo lo anterior es perjuro.

Pero como “por sus hechos los conoceréis”, démosle un tiempo de confianza para juzgar su trabajo.

Lo último ha sido el decreto de superSánchez, aprovechando la salida de Castell para conceder la Gran Cruz de Carlos III (la condecoración civil de más rango), a una serie de ministros por los servicios prestados a la Corona, y que estaban a la espera. Entre ellos, Máxim Huertas qué salió del ministerio a los siete días de su toma de posesión por irregularidades fiscales) y al mismísimo Pablo Iglesias que si por algo se ha distinguido ha sido por su lealtad a la Corona…

Y ya sí, hasta el año que viene. Feliz 2.022.