José Moro, en primer término, y al fondo la imagen de la innovadora bodega Cepa 21, en el corazón de la Ribera del Duero

José Moro, en primer término, y al fondo la imagen de la innovadora bodega Cepa 21, en el corazón de la Ribera del Duero

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Cepa 21, con el sello de José Moro, a la vanguardia de la Ribera del Duero

Un proyecto personal que nace en la Milla de Oro y evoluciona desde el respeto al campo y la innovación vinícola.

Más información: Cepa 21 cierra un año histórico bajo el liderazgo de José Moro con un crecimiento del 19,7%

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José Moro ha convertido su origen en el motor de Cepa 21, su proyecto más personal. Una bodega vanguardista que nace del arraigo profundo a la tradición vitivinícola familiar y al respeto por la tierra que le vio crecer, la Ribera del Duero. Natural de Pesquera de Duero, este emblemático bodeguero aprendió desde niño a escuchar el campo de la mano de su abuelo y su padre, entendiendo sus tiempos, sus necesidades y su lenguaje. Una filosofía que hoy se traslada a Cepa 21 con una visión contemporánea, con la intención de responder a las nuevas pautas de consumo sin perder la esencia del origen.

Toda una vida entre viñedos le proporcionó un conocimiento profundo del territorio y así entendió que el valor diferencial del vino comienza en el suelo. “Elaborar vinos con alma es saber interpretar la tierra y dejar que se exprese”, defiende el bodeguero. Bajo esta premisa, Cepa 21 trabaja cada parcela de forma individualizada, aprovechando los recursos naturales de la Ribera del Duero para elaborar vinos auténticos, genuinos y fieles a su procedencia.

Situada en Castrillo de Duero, la bodega cuenta con 50 hectáreas de viñedo propio. El edificio, de arquitectura contemporánea y líneas vanguardistas, se integra en el paisaje como reflejo del equilibrio entre tradición e innovación que define al proyecto. La Tempranillo, variedad emblemática de la zona, es la gran protagonista. “Es una que no destaca por nada pero lo tiene todo”, señala José Moro. Y esta versatilidad se manifiesta en las distintas parcelas, con suelos, altitudes y microclimas que aportan personalidad única a cada vino.

Cada una de las referencias de Cepa 21 es también un homenaje a la memoria y al campo. Hito Rosado, Hito, Cepa 21, Malabrigo y Horcajo conforman una colección que recorre diferentes expresiones de la Tempranillo, desde los vinos más jóvenes hasta aquellos con mayor crianza. Vinos expresivos, reconocibles y con una excelente acogida tanto entre el nuevo consumidor como en mercados internacionales.

Desde los nombres de cada vino hasta sus etiquetas, todo en Cepa 21 remite a la tradición vitícola y a los recuerdos de José Moro en el campo.

Hito Rosado e Hito evocan los antiguos postes de piedra que delimitaban las lindes entre parcelas y representan los vinos más jóvenes de la casa: un rosado que actualiza el clarete de toda la vida y el tinto más fresco de la bodega.

Cepa 21 es el buque insignia del proyecto, el vino que lleva su nombre y el que mejor expresa el carácter ribereño, con personalidad y elegancia. Su etiqueta es un homenaje a quienes trabajan la tierra y hacen posible cada vendimia.

Malabrigo es el vino más emblemático de Cepa 21 y uno de los más especiales para su creador. Un tributo a los recuerdos de José Moro junto a su padre, descansando tras las jornadas de trabajo en el viñedo durante los fríos inviernos castellanos. Un tinto humilde en su origen, pero complejo y profundamente elegante.

Horcajo, por su parte, hace referencia a la convergencia entre dos cerros, un paisaje habitual en el entorno de la bodega y característico de esta zona privilegiada de la Ribera del Duero. Es la referencia más premium de la casa y la expresión más poderosa de la Tempranillo.

El valor emocional de estos vinos es incalculable. Son recuerdos de toda una vida convertidos en vino, reflejo del conocimiento, la sensibilidad y la visión de futuro de José Moro. Una forma de entender la viticultura que el consumidor valora cada vez más y que se refleja en cada brindis.

En su afán por seguir avanzando en calidad y autenticidad, Cepa 21 ha dado un paso más incorporando prácticas regenerativas en sus viñedos. Un sistema de viticultura basado en el estudio detallado de cada suelo para crear ecosistemas vivos que permitan a la vid desarrollarse en equilibrio. “Vamos a darle a cada parcela lo que necesita, tratarla con mimo y conseguir los mejores frutos que se convertirán en vinos auténticos”, explica José Moro.

El inicio del ciclo vegetativo marca el momento clave para aplicar estas prácticas, que contribuyen a mejorar la vitalidad del suelo, reforzar el equilibrio natural del viñedo y asegurar la calidad de la uva a largo plazo. Cepa 21 demuestra una vez más que tradición e innovación no solo no están reñidas, sino que juntas representan el futuro del sector.

La Ribera del Duero ha vivido una transformación profunda en las últimas décadas, y José Moro ha sido una de las figuras clave de este cambio. Su capacidad para reinterpretar el legado vitivinícola desde una mirada innovadora le ha valido el reconocimiento como uno de los 100 empresarios más innovadores según la revista Forbes, siendo además el primer bodeguero en formar parte de esta lista.

Bajo su liderazgo, Cepa 21 continúa creciendo con una filosofía clara: poner el campo en el centro, respetar el origen y elaborar vinos honestos, expresivos y con identidad. Vinos que cuentan historias y que confirman que el futuro del vino pasa por escuchar a la tierra.