La importancia de tener a Lidia San José en ‘Paquita Salas’

La importancia de tener a Lidia San José en ‘Paquita Salas’

Televisión

La importancia de tener a Lidia San José en ‘Paquita Salas’

La actriz regresa a la primera línea mediática con este proyecto después de llevar muchos años desaparecida.

5 julio, 2018 09:03

Esta temporada de Paquita Salas ha sido mucho más sentimental que la anterior. Los Javis han querido dar más profundidad a sus personajes principales, concediéndoles un pasado para entenderles mejor de cara al futuro. Y hay un personaje que ha guiado muy bien la trama de la segunda temporada de la serie de Netflix: Lidia San José.

Durante la primera temporada fueron recurrentes las bromas sobre su desaparición del mundo del espectáculo. Y es que el “hacerse unos Pasapalabra” ya forma parte del gremio de actores desde que la propia Lidia San José hiciera burla de su poca presencia en televisión. Y ahora, gracias a Paquita Salas, vuelve a tener el aplauso del público en sus manos. 

No es algo irrelevante que alguien como Lidia San José haya vuelto por la puerta grande al mundo de la ficción española. Y no es ninguna tontería que Paquita Salas le haya dedicado uno de los episodios de la segunda temporada a ella, a su reciclaje, a su renacer en el mundo de la interpretación y a la crueldad de los focos.

Un fogonazo rápido que en numerosas ocasiones se apaga demasiado pronto

Las series de televisión han creado fenómenos. Igual que los talent shows. Un fogonazo rápido que en numerosas ocasiones se apaga demasiado pronto. Y más si se trata de series en las que participan niños y adolescentes. Actores de Compañeros, de Física o Química, de Los Serrano e incluso de El barco se convirtieron en estrellas y, de pronto, dejó de sonar el teléfono. Como una guillotina que te corta la cabeza cuando ya no interesas. 

Lidia San José tenía 15 años cuando empezó a trabajar en A las once en casa. Aunque ya había hecho otros trabajos como actriz, este fue su primer papel principal en una serie de televisión. Todo el mundo conocía a Lucía, la hija de Antonio Resines y Carmen Maura. Después llegarían otros títulos que revalidarían a la actriz como ¡Ala… Dina! o Diez en Ibiza. Y, tras esto, el apagón. 

Paquita Salas va sobre eso: sobre los peligros del poder, del olvido

Ahora, con Paquita Salas, Lidia San José vuelve a pisar la alfombra con fuerza. Se ha vuelto a poner de moda. ¡Y qué peligrosas son las modas! De hecho, Paquita Salas va sobre eso, sobre los peligros del poder, del olvido. Lo cruel que puede llegar a ser el mundo del espectáculo, donde lo eres todo o no eres nadie. Incluso, de lo cruel que puede llegar a ser una alfombra roja para un actor en ciertos momentos de su carrera, cuando no salta el flash de las cámaras.

“Pasé muchos años yendo a la televisión, sin ir al instituto y con profesores particulares. Ser conocida en la adolescencia no es nada fácil. Ahora se llama bullying, pero antes era que te daban de hostias y parecía normal. Llegó un punto en el que, para poder hacer mi carrera universitaria y hacer prácticas tenía que rechazar varias cosas de televisión. Y es verdad que en ese mundo cuando rechazas algo no te vuelven a llamar”, nos cuenta Lidia San José sobre esa etapa en la que desapareció de la pequeña pantalla.

No entendieron que yo quisiera terminar mi carrera

El tercer episodio de Paquita Salas está centrado en ella. En su carrera y en lo que significa regresar. El miedo a hacer el ridículo. “No entendieron que yo quisiera terminar mi carrera”, declara la actriz. “Mi decisión en la vida es, ante las circunstancias que vives, o sufrirlas o disfrutarlas. Yo he nacido a finales del siglo XX, en el primer mundo y con salud. ¿Para qué preocuparme?”, dice la actriz. 

“Esta profesión es así. Se volverán a olvidar de mí. Yo elegí esta profesión y no quise ser funcionaria”. De hecho, Lidia San José comparte escenas con Virginia Rodríguez en Paquita Salas. Actriz de Compañeros, también sabe lo que es protagonizar portadas de revistas y que después nadie te conozca por la calle. La subida y la bajada de la montaña del éxito. 

Lo que peor he llevado han sido algunos comentarios intencionados de algunas personas. Que con intención te han hecho un comentario para hacerte daño. ¿Por qué la gente tiene esa mala leche? Pero yo he tenido una vida muy feliz”, declara la actriz.

Ahora, los focos se vuelven a encender. Pero ella ya sabe que no se puede fiar de ellos. Sabe que se volverán a apagar y se fía más de las luces de su casa. Se fía mucho más de las fotos que se hace con sus amigos. “Mis amigos son los de siempre. Si ahora alguien me escribe porque vuelvo a estar en los medios no me importa. Yo sigo teniendo los mismos amigos de siempre”, comenta la actriz. 

A su lado escucha atentamente Belén Cuesta, su compañera de reparto en Paquita Salas. Ella conoció el éxito de una manera más tardía. “Yo sí lo he pasado mal en primera persona”, añade Cuesta mientras hablamos con Lidia sobre este mismo tema. “Javier Ambrossi y yo, cuando empezamos a hacer La llamada, trabajábamos en un bar de camareros. No siento que mi carrera sea mejor que otras. He querido currar y no me estaban dando oportunidades. He querido dejarlo todo y pirarme a Málaga”, añade Cuesta. El pasado viernes gritaban su nombre en los Cines Callao de Madrid.