No hay duda de que Han es uno de los concursantes más populares de Gran Hermano 16. El chino ha fascinado a la audiencia con su ingenio y su simpatía y está dando una de las tramas más interesantes de esta edición intentando seducir a Aritz.

Pero, como todos, siempre hay un pasado oculto con sus vivencias antes de entrar en la casa de Guadalix de la Sierra. Sálvame habló este miércoles con gente que le conoce bien para indagar en los hechos que le han convertido en lo que es hoy.

Han nació en China pero se fue a vivir a Armilla, Granada, cuando era muy joven. Ya en España, no lo tuvo nada fácil, ya que sufrió bullying de sus compañeros de instituto, que le pedían que cantara la canción de Doraemon.

Él es más de Bob Esponja. De hecho, una de las imágenes que mostró Sálvame de su habitación era de Han con todos sus peluches, entre los que destacaba su preferido: Patricio.

Su nacionalidad impedía que los niños quisieran acercarse a él, pero también que era un chico gordito. Según su madre, le robaban el bolso a menudo. La tomaron con él por simplezas como ésta que ahora, siendo mayor de edad, poco importan. Él decidió acercarse a las chicas, con quien se sentía más a gusto.

Pero esta situación complicada no le distrajo de sus obligaciones como estudiante. Sacaba muy buenas notas e incluso terminó en la universidad estudiando una Ingeniería eléctrica.

De la noche a la mañana, dio un cambio físico que le ayudó a socializar. Un verano, decidió ponerse a dieta y meterse en el gimnasio dando como resultado su actual aspecto.

Sin embargo, sus problemas no quedaron solo ahí. Con su familia ha tenido algunos roces por su homosexualidad, algo que su madre descubrió hace un par de años. Tampoco ha sentado bien entre sus más allegados que haya entrado en Gran Hermano. Su madre no ha querido que su padre se entere y pide que salga cuanto antes de la casa.

Tanto es así que incluso asegura avergonzarse de ver a su hijo en la casa de Guadalix de la Sierra. No le gusta que su hijo diga que es gay en la tele. "Yo discutí con él, quiero que sea como la gente normal", afirmaba la madre a Sergi Ferré. 

Tampoco está orgullosa del juego que se trae con Aritz. "Todo el día diciendo 'mi marido, mi marido'. ¡Qué tonto! Quiero hablar con él para que no sea tan tonto".