Opinión

La acuarela de Dorian Gray

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Es quizás una anécdota que Antonio Maura y Germán Gamazo vuelvan a estar presentes en las páginas de un diario llamado El Español, más de 120 años después de que ellos fundaran una cabecera con ese mismo nombre. Cuando se analizan los paralelismos entre la situación política que vivió nuestro país en la época de Maura con la actual, la anécdota deja de serlo y Una Acuarela en Solórzano, el libro con el que Fernando Maura recoge la situación política y social de la época de su bisabuelo, se convierte en un retrato que permite ver el reflejo de los mismos males que siguen asolando hoy la vida política de nuestro país.

El hilo conductor de la novela es el cruce de caminos entre el presidente Antonio Maura y un anarquista que intentará acabar con su vida. Los recuerdos de ambos personajes que intentaron la revolución en España, este desde abajo y aquél desde arriba, serán el trazo con el que el pincel del autor plasme en el lienzo de este libro los males de fondo de la sociedad y la clase dirigente de la España de principios del siglo XX.

Al igual que en la obra de Wilde, se nos enfrenta al hecho de que las caras que vemos en nuestra realidad pueden parecernos lozanas y frescas, pero los males del siglo pasado siguen configurando el dibujo de nuestra realidad y con más fuerza aún, si cabe: el problema catalán, la corrupción de las élites caciquiles, las deficiencias del sistema electoral, la reforma pendiente de la Administración Local, los ataques a la Corona, el populismo y hasta la “la turbina de la cloaca”.

Si acaso la España de hoy ha sustituido la importancia de la oratoria y el discurso bien construido y articulado, intelectualmente sólido con independencia de la opción ideológica que cada uno estime más conveniente, por un discurso de consumo rápido, de usar y tirar. Serían estos, junto a los tecnológicos, unos cambios que muy posiblemente sorprendieran a alguno de los personajes reflejados en esta acuarela que Maura nos pinta en su novela si pudieran salir de ella y ver los tiempos actuales. También podrían comprobar la evolución del tratamiento a la población reclusa. Donde a lo mejor no verían demasiada evolución, no obstante, es en la vida interna de la política, sus facciones, intereses y disensos.

Dejo al lector la tarea de sacar sus propias conclusiones al respecto en un libro de novela con más componente histórico que novelesco, y pese a ello, con un retrato de la realidad que cuenta el actual El Español que de la que contaba aquel que fundaron los protagonistas de esta novela mayor de lo que nos convendría a todos.

Reseña de Una Acuarela en Solórzano, de Fernando Maura.