Una vecina de Zaragoza no se corta y critica el mejor bar de bocadillos de la ciudad

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Una vecina de Zaragoza no se corta y critica el mejor bar de bocadillos de la ciudad: "Nos pareció caro para lo que es"

Es uno de los establecimientos más populares de Zaragoza, con un 4,1 de valoración en Google y más de 7.600 reseñas

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La fama que tiene el bar ‘Calamar Bravo’ en Zaragoza es difícil de cuestionar. Sin marketing y todo mediante el boca a boca, casi cada fin de semana se llena con cientos de personas que intentan coger una de sus mesas para comer un buen bocadillo de calamares. Con su mayonesa y salsa brava, claro está.

Igual que visitar la Plaza de España o dar un paseo por el Parque Grande, El Pilar o la calle Alfonso, probar las tapas del Tubo, salir por el Casco o comerte un bocadillo en el Calamar Bravo, debería ser una experiencia obligada para todos, locales o turistas.

De hecho, ir de vez en cuando es una parada recurrente en muchos mañicos a lo largo del año, aunque no todos salen igual de encantados con la experiencia.

Ya se sabe que las opiniones de una vecina no son ley divina y hay que ‘cogerlas con pinzas’ y más con más de 7.600 reseñas en Google que tiene el local.

Sin embargo, es habitual ver alguna reseña negativa aludiendo al aforo y aglutinamiento del mismo. En esta ocasión, Victoria dejó constancia de su paso exponiendo una problemática común en este tipo de establecimientos.

Aunque reconoció que el sabor del bocadillo estaba bien conseguido y que los camareros, a pesar del ajetreo de un local repleto, se mostraron amables y resolutivos, insistió en un detalle que para ella resultó decisivo: “Me pareció caro para lo que es”.

Además, con el trajín de la clientela y la presión por conservar la mesa, le hicieron sentir que no estaba disfrutando del todo su comida.

“Personalmente me agobié muchísimo con la gente, te acabas de sentar (cuando por fin consigues mesa) y ya te están diciendo que se la guardes”, expuso la clienta.

La fama, un arma de doble filo que en ocasiones como esta y dependiendo del genio del comensal, puede jugar una mala pasada a este tipo de bares. Sino, que se lo pregunten a los bares del Tubo en plenos Pilares o Navidad, donde ‘no cabe ni un alfiler’.

Precios y agobios aparte, otro usuario da la clave para disfrutar sin masificaciones: “Probamos el bocadillo de calamar bravo y sus bravas. Ambos muy buenos, buena calidad y muy buena salsa. Pudimos sentarnos en una de sus mesas altas porque fuimos pronto”, afirma Jaime.

Aun con estas críticas puntuales, la mayoría de los usuarios coincide en que el Calamar Bravo mantiene su reputación de parada indispensable para comer rápido y con “raciones generosas”, según varias reseñas.

Lo que queda claro, es que tras más de sesenta años de servicio, este establecimiento de la calle Cinco de Marzo tiene calamares para rato, sólo hay que saber los días y las horas a los que ir.