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El restaurante Aragonia lanza un nuevo menú: "La idea surgió en una de esas conversaciones después del servicio"

La chef Noelia Andía y el maître Javier Jiménez presentan una propuesta que trasciende la cocina para convertirse en un viaje emocional por la identidad aragonesa

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El restaurante Aragonia ha inaugurado su nueva temporada con un menú degustación que reivindica su esencia más profunda: el Territorio. La propuesta representa un paso natural en la evolución del establecimiento, que celebra veinticinco años de diálogo constante con su entorno.

La chef Noelia Andía y el maître Javier Jiménez explican que la idea nació "en una de esas conversaciones que tenemos después del servicio, cuando la sala se queda en silencio y todavía estamos pensando en lo que queremos llegar a ser como restaurante".

Concluido el 25 aniversario, ambos coincidieron en que era el momento de mirar atrás y proyectarse hacia adelante.

Estructura del menú

Territorio surge como una síntesis de la filosofía del restaurante, del valor del producto aragonés y del respeto por una identidad que siempre ha guiado la cocina de Aragonia. La palabra que da nombre al menú no es, aseguran, un simple reclamo."Si te digo la verdad, esto de Territorio, aparte de ser muy Aragonia, es el enfoque de menú que siempre se ha querido trabajar: defender Aragón, sus productos y su paisaje. Es orgullo en cada bocado".

La estructura del menú se articula en capítulos que evocan el alma culinaria aragonesa: Raíces y Origen, Huerta, Historia, Río y Montaña. Cada pase funciona como un ejercicio de memoria sobre el camino recorrido y las metas futuras del restaurante.

Raíces y Origen abre el menú con sabores reconocibles, ligados a la infancia y tratados desde la delicadeza. A continuación, Huerta centra su mirada en la borraja de Zaragoza C’alial, convertida en emblema de identidad y de la austeridad invernal de la cocina local.

En el capítulo Historia, los garbanzos de Osia y los sacramentos de cerdo reivindican las recetas pausadas, las que reunían a la familia alrededor de la mesa. El apartado Río conecta con el Pirineo a través de la trucha aragonesa, producto que resume paisaje y tradición.

Montaña cierra el recorrido salado con la paletilla de ternasco IGP, presentada desde una óptica contemporánea y acompañada del "Té de Aragón", una kombucha elaborada con té de roca fruto de un trabajo autodidacta. El menú concluye con el postre Tradición, una versión ligera de la leche frita, y con Lamines, bocados dulces que cierran el viaje.

La estética de la propuesta mantiene la línea de Aragonia, manteniendo la precisión, pureza y ausencia de artificios. La cocina se muestra serena y centrada en dejar que el producto hable por sí mismo.

Algunos de sus platos

Algunos de sus platos E.E

La importancia de la sala y del maridaje

Javier lo resume así: "Mostramos y hacemos. Disfrutamos y hacemos disfrutar. Y en los maridajes es donde Aragón se muestra con más fuerza: cinco garnachas diferentes, vinos que son pequeños tesoros locales, referencias nuevas que vamos descubriendo cada día…". El maridaje funciona como un relato enológico que acompaña cada capítulo del menú.

Con la llegada de diciembre, Aragonia extiende esta mirada al origen a sus menús de Navidad. Platos como el cardo o la pularda rellena se reinterpretan bajo el mismo criterio que Territorio: sensibilidad, respeto a la tradición y equilibrio entre memoria y sofisticación.

La propuesta invernal del restaurante aspira, una vez más, a reivindicar Aragón a través de la técnica, las texturas y una cocina honesta. Una temporada que invita a detenerse, observar y reconocer los matices de una tierra que Aragonia Palafox ha contribuido a ensalzar desde su posición como referente gastronómico en Zaragoza.