La Asociación Legado Expo Zaragoza 2008 conmemora el 14 de septiembre el 17 aniversario de aquel evento internacional que transformó la ciudad. Celebra los logros alcanzados, a la vez que reivindica una gestión más sólida del legado material e inmaterial.

Legado Expo mantiene la memoria de una ciudad que se preparó para el siglo XXI

La Expo 2008 fue la culminación de una estrategia urbana largamente trabajada, que permitió a Zaragoza atraer recursos, lograr consensos y gestionar con transparencia. Frente a los habituales sobrecostes y conflictos de estos proyectos, la muestra zaragozana se convirtió en modelo de gestión rigurosa.

Bajo el lema Agua y desarrollo sostenible, la Expo fue el mayor acto de diplomacia pública de 2008, con la participación de más de un centenar de países y 3.500 expertos mundiales. Para Zaragoza y Aragón supuso un triunfo colectivo y la oportunidad de situarse en el mapa internacional.

Infraestructuras y transformación urbana

La huella más visible del evento se plasmó en infraestructuras estratégicas: cinturones de circunvalación concluidos, más de veinte puentes y pasarelas, el Palacio de Congresos y la nueva terminal del aeropuerto, entre otros. El recinto de 25 hectáreas del recinto se transformó en el Parque Empresarial, la Ciudad de la Justicia y el frente fluvial.

El Parque del Agua, junto a la regeneración de las riberas del Ebro, del Gállego y del Canal Imperial, mejoró las condiciones ambientales y paisajísticas de doce barrios dentro de la llamada estrategia Verde y Azul. A ello se sumó una renovada oferta hotelera y de equipamientos que consolidaron la proyección turística y de congresos de la ciudad.

Recuerdos de un evento irrepetible

Los visitantes recuerdan la Expo como una experiencia única, con pabellones temáticos innovadores, espectáculos de calidad y la Tribuna del Agua, foro mundial de reflexión sobre el futuro de los recursos hídricos.

El Acuario Fluvial es el único pabellón que se conserva tal como abrió en 2008. Gestionado por el grupo Parque de Atracciones, hoy alberga más especies, más ejemplares y desarrolla programas educativos y de investigación en un centro zoológico ejemplar.

El impacto simbólico de la Expo trascendió lo local: su impulso fue decisivo para que, en 2010, la ONU reconociera el Derecho Humano al agua y al saneamiento, situando a Zaragoza como referencia internacional.

Luces y sombras de la post-expo

La etapa posterior ha sido positiva en lo inmobiliario. El Parque Empresarial Dinamiza y la Ciudad de la Justicia convirtieron los antiguos pabellones en más de 125.000 m² de oficinas y equipamientos, con una ocupación casi total. A ello se suman nuevos proyectos que darán vida a los llamados “cacahuetes”, como la instalación de una universidad y la próxima sede de la Corporación Aragonesa de Radio y Televisión (CARTV).

El Palacio de Congresos funciona bajo gestión de Feria de Zaragoza, mientras que el Pabellón Puente se ha convertido en Museo de la Movilidad gracias a Ibercaja. La Torre del Agua avanza en su reconversión como Faro de la Movilidad, sumándose al conjunto de equipamientos que refuerzan esta zona estratégica.

Sin embargo, el concepto global de la Expo se diluyó tras el cierre del evento. La coordinación institucional se rompió. Zaragoza abandonó su presencia en foros y organismos internacionales. Tampoco se preservó la documentación: pese a ser la Expo mejor registrada hasta entonces, se perdió su web oficial y no se atendió la invitación del Museo Mundial de las Expos de Shanghái para depositar materiales.

Déficits y oportunidades actuales

Algunos elementos del legado muestran síntomas de abandono: el frente fluvial degradado, intervenciones artísticas vandalizadas, jardines botánicos y el filtro verde descuidados y concesiones como el Canal de Aguas Bravas, Las Playas o el centro hípico en retroceso.

El compromiso del Ayuntamiento de Zaragoza de invertir en la recuperación del Parque del Agua se ha desinflado y los recursos comprometidos -hace tan solo tres meses- ya se han destinado a otros proyectos.

A este paso, el Parque del Agua perderá su esencia y los canales y estanques serán un lodazal pútrido y maloliente donde se multiplican los insectos, mientras el parque botánico se convertirá en un zarzal espinoso. Por otra parte, edificios emblemáticos como el Pabellón de Aragón o el de España, olvidados por sus respectivos gobiernos, permanecen desiertos

No obstante, las sinergias entre el Acuario Fluvial, el Palacio de Congresos, el Museo de la Movilidad y la futura Torre del Agua como Faro de la Logística y energía apuntan a la consolidación de un nuevo polo de centralidad urbana en el oeste de Zaragoza, tal como se diseñó en 2004. La incorporación de la universidad y la CARTV refuerza esa diversidad de usos y aporta dinamismo.

Una Zaragoza transformada

Diecisiete años después, Zaragoza no es la misma: dispone de mejores infraestructuras, un paisaje urbano renovado y un relato de modernidad ligado al agua y la sostenibilidad. El desafío pendiente es mantener y proyectar el legado, dar continuidad al capital intelectual acumulado y aprovechar el potencial internacional de la ciudad en torno a la gestión del agua.

La Asociación Legado Expo 2008 recuerda que aquella no fue solo una fiesta de tres meses, sino un proyecto de transformación urbana y cultural de largo alcance. Zaragoza demostró en 2008 que era capaz de lo imposible; diecisiete años después, el reto está en confirmar que la gestión de su futuro también es posible.