El cartel de prohibido el baño en uno de los puntos del pantano de Crevillent.

El cartel de prohibido el baño en uno de los puntos del pantano de Crevillent.

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Calor, jóvenes y extranjeros: la tragedia se repite en el pantano de Crevillent con el mismo patrón

El embalse, cuyo baño está prohibido, está lleno de peligros; como en 2020, el ahogamiento de este domingo coincide en varios factores.

31 mayo, 2022 03:12
Crevillent

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La tragedia ha vuelto a Crevillent, localidad al sur de Alicante cuyo pantano se ha engullido, de nuevo, a un joven temerario que, impulsado por el fuerte calor, ha fallecido ahogado en sus aguas. Con el último caso del cuerpo sin vida localizado este lunes del chico de 26 años que este domingo competía a hacer unos largos con su amigo, ya van tres en los últimos cinco años; las señales de 'prohibido el baño' no parecen servir mientras que los patrones de comportamiento se repiten en un enclave cuyos peligros son numerosos (y desconocidos). 

"El de 2020 fue igual, intentando cruzar a nado", rememora el concejal de Policía, Josep Candela, "aunque esta vez lo que intentaban recorrer estos dos chicos era la parte pequeña del embalse", a una distancia de punta a punta de 50 metros. En agosto de 2020, un joven inmigrante de 24 años, que había sobrevivido a una travesía en patera hasta España, fallecía, como el del domingo, al quedarse sin fuerzas a mitad de camino. 

En ambos casos no se tiraron al agua solos. El joven de 26 años, natural de Colombia, lo hacía con un amigo mientras su madre y su novia estaban en tierra. El de 2020 lo hizo con cuatro amigos, todos de origen magrebí. "Una de las diferencias es que el de hace dos años saltó desde unas rocas e intentó cruzar una parte bastante ancha del pantano, pero en ambas situaciones estaban jugando a lo mismo", añade el regidor. 

La Guardia Civil, en la búsqueda del joven encontrado este lunes.

La Guardia Civil, en la búsqueda del joven encontrado este lunes.

Independientemente de lo que revele la autopsia, el caso último del colombiano como el anterior del marroquí coincide "en que han sido en días muy calurosos". Pero no en unos días cualquiera, sino en los más calurosos hasta ese momento en sus respectivos años (este domingo se sobrepasaron los 37 grados). 

Con ese calor golpeando todo el día, decidieron meterse en el agua este pasado domingo sobre las 17 horas. ¿Qué paso entonces? Desde la concejalía de Protección Ciudadana barajan como principal hipótesis, si se atiende a la opinión que les han trasladado los expertos de Riegos de Levante sobre los peligros asociados al baño en este pantano, es el "fuerte cambio de temperatura" que se da entre el ambiente y el agua, "muy fría".

"Eso provoca que, pese a que te confías al principio, cuando llevas unos metros de nado se te agarrotan los músculos y, por cansancio, crees que no llegas, te pones nervioso y te acabas hundiendo", agrega Candela.

A las 17.39 horas se dio el primer aviso a los servicios de Emergencias. Hasta la noche estuvieron buscando al joven tanto Bomberos de la Diputación de Alicante como un equipo especializado de buzos (GEAS) de la Guardia Civil. Se interrumpió la búsqueda por falta de visibilidad por la noche, se retomó este lunes y no fue hasta cerca de la una del mediodía cuando se encontró el cuerpo. 

Más peligros asociados

Uno de los principales problemas de bañarse en el pantano es la fuerte corriente que se da en determinados momentos. Eso puede que le pasara al joven de 2020 cuando, al parecer, se estaba bañando muy cerca de la entrada de agua del pantano, procedente del trasvase Tajo-Segura, justo en el instante en que el caudal traía mucha potencia. 

La búsqueda del joven marroquí en agosto de 2020.

La búsqueda del joven marroquí en agosto de 2020.

Otro peligro habitual es el del bañista se quede enganchado con cualquier cosa, desde ramas de árboles que han quedado bajo tierra a edificaciones antiguas, pasando por mucho lodo y tierra. "Como no puedes ver que hay en el fondo, porque hay de todo, vas a ciegas", sostiene el regidor de L'Esquerra de Crevillent.

Estos dos factores no parecen que jugaron en contra en el caso del fallecido el domingo ya que su cadáver se encontró en el fondo del embalse "sin ningún enganche" y sin haber sido arrastrado por las corrientes. 

Extranjeros, no locales

No es casual, insiste Candela, que ninguno de los últimos fallecidos en el embalse sea nacido en Crevillent. "La gente de aquí, en general, está más concienciada de los riegos de bañarse aquí", sostiene. "Además, en verano nos llegan las notificaciones de incidencia de la Policía y la gente que se está bañando no es del pueblo", añade  

El joven que murió a finales de agosto se había jugado la vida en patera un año atrás y llevaba un par de meses empadronado en casa de un primo suyo en Crevillent, localidad conocida por acoger a una de las principales comunidades magrebíes de toda la región. 

El joven que murió el pasado domingo, en cambio, solo llevaba un par de semanas en el municipio donde había ido a visitar a su familia colombiana. Eso es al menos lo que le contaron los allegados de la víctima al Ayuntamiento. 

¿Qué se puede hacer?

El alcalde de Crevillent, José Manuel Penalva, aseguró este lunes que iba a contactar con la Confederación Hidrográfica del Segura, gestora del pantano, "para tomar más medidas que impida que esto vuelva a suceder". 

¿Se puede hacer algo más para evitar que los visitantes acaben incumpliendo la principal norma de no bañarse? "Se podría estudiar la posibilidad de ampliar la cartelería donde se recuerda la prohibición", responde Josep Candela. No solo en los lugares habituales de esparcimiento, donde ya existe, sino colocarlas en las carreteras de acceso, aunque "el problema es que mucha gente aparca en el pueblo y va a pie al embalse", avisa. 

A este respecto, la familia de la víctima de Colombia se quejó de la ausencia de estos carteles, pero el concejal de Seguridad insiste en recordar que, donde se bañaron, "era una zona muy rebuscada". 

Otra opción que ya se ha puesto sobre la mesa sería la de vallar todo su acceso, sus 108 hectáreas con un perímetro de riberas de unos 14 kilómetros. Pero con un desnivel del agua muy variante y teniendo en cuenta que siempre se podrá soltar o cortar la verja, recuerda el regidor, no parece muy práctica. 

Porque al final es el comportamiento del visitante el que determina el peligro. De hecho, cuenta el edil que este lunes, mientras los buzos de la Guardia Civil se afanaban en dar con el cuerpo sin vida del joven ahogado, había un aviso de que otros chicos se estaban bañando en otro punto del pantano