Stéphanie, Djena y Jamel, en la Plaza Calvo Sotelo de Alicante.

Stéphanie, Djena y Jamel, en la Plaza Calvo Sotelo de Alicante.

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Enamorados de Alicante, tres turistas franceses no quieren irse de España: "Nuestro futuro no está en nuestro país"

Stéphanie, Djena y Jamel eligen la capital de la provincia por segundo año consecutivo para pasar sus vacaciones.

Más información: Una familia francesa no se corta sobre lo que opinan de los alicantinos: "Es lo que más me sorprende"

Alicante
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Este agosto, es común pasear por Alicante y escuchar hablar francés en cada esquina de la calle. Al igual que otros países más al norte, Francia se encuentra entre los países cuyos habitantes más eligen la capital provincial para sus vacaciones.

Siguiendo la tendencia de auge de este turismo en los últimos años, Alicante se consolida como un destino predilecto para los turistas franceses.

Prueba de ello es la historia de Stéphanie, Djena y Jamel, quienes no se dejan intimidar por el calor de un día de agosto a las 12 del mediodía y eligen pasear por los alrededores de la plaza Calvo Sotelo.

Originarios de Toulouse, esta familia visita la ciudad por segundo año consecutivo, encantados por una calidad de vida que, según afirman, contrasta drásticamente con la suya en Francia.

"Es nuestra segunda vez, venimos de Toulouse", explica Stéphanie, mientras Jamel asiente con entusiasmo. Su aprecio por Alicante es palpable: "Nos encanta la calidad de vida, la gente es muy simpática", comenta Jamel.

Concretamente, destacan la excelente organización de la ciudad, donde "todo está cerca" y es posible "pasear tranquilamente sin coche".

Precios y actividades

Al comparar Alicante con Toulouse, señalan que, si bien han notado un aumento de precios respecto al año pasado en la capital provincial, la ciudad sigue siendo accesible.

"Hay una gran diferencia con Francia, aunque creo que ha subido un poco este año", dice Stéphanie. Sin embargo, en cuanto a la gastronomía, "los restaurantes ofrecen manjares a buen precio".

En cuanto a las atracciones, no encuentran mucha disparidad con el sur de Francia, mencionando actividades como el jet ski.

La gente

Uno de los puntos más relevantes de su experiencia es la notable diferencia en la personalidad de la gente entre Toulouse y Alicante. "No tiene nada que ver", afirman rotundamente.

En Alicante, las personas son percibidas como "más tranquilas", inmersas en un "ambiente de vacaciones".

Esta atmósfera relajada y la amabilidad local son, sin duda, un factor clave para su recurrente visita.

Un futuro en España

Stéphanie, Djena y Jamel, quienes ya llevan 15 días de vacaciones y partirán este viernes, no solo planean volver, sino que contemplan la idea de adquirir una propiedad. "Por supuesto que volveremos", declara Jamel, añadiendo que incluso podrían "comprar un apartamento". "Nuestro futuro no está en Francia", aseguran, tajantes.

La conversación toma un giro más serio al hablar de su país natal. La familia, que se mudó a Toulouse desde París hace 17 años debido a problemas similares, expresa una profunda insatisfacción con la situación actual en Francia.

"Todo el mundo quiere irse de Francia, ya no se vive bien allí", lamenta Stéphanie. Critican la creciente inseguridad y los cambios sociales, especialmente en lugares como París. Jamel, nacido en Saint-Denis (93), un barrio "conflictivo", confiesa: "Tengo miedo", describiendo a la nueva generación como "criminal y armada".

La situación ha llegado al punto de que lo que antes eran "cachetadas" de su parte, ahora son ellos quienes las reciben.

Más allá de la seguridad, el clima francés es otro factor de rechazo. "No soporto el frío", asegura Stéphanie, un clima que contrasta con las altas temperaturas de Alicante, donde la ola de calor reciente ha registrado 40 grados, un calor que, según asegura la familia, no les ha impedido salir a la calle.

Descubriendo la provincia

Durante su estancia, la familia ha explorado Benidorm. Cuando se les pregunta por Altea, inicialmente dudan debido a "opiniones mitigadas". Sin embargo, no descartan ir para descubrir su casco histórico lleno de calles peatonales con mucho encanto.

A pesar de que no han aprendido mucho español o "un poquito, pero más inglés que español", aseguran entender bien a los españoles y llevarse muy bien con ellos.

En definitiva, la historia de Stéphanie, Djena y Jamel encapsula el sentir de muchos franceses: la búsqueda de un lugar donde la vida sea más sencilla, la gente más amable y el sol brille con más frecuencia. Alicante, con su mezcla de calidad de vida y encanto mediterráneo, parece ser ese lugar para la familia.