Fabien, Maëlle, Delphine y Camille en una calle céntrica de Alicante.

Fabien, Maëlle, Delphine y Camille en una calle céntrica de Alicante. L.M

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Una familia francesa no se corta sobre lo que opinan de los alicantinos: "Es lo que más me sorprende"

Delphine, Maëlle, Camille y Fabien agradecen el buen humor de los españoles tras aterrizar en la capital alicantina desde el Loir y Cher.

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Alicante
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Al llegar las vacaciones, muchos turistas que visitan por primera vez Alicante se sorprenden, ya sea por la belleza de la provincia o por el estilo de vida de los alicantinos.

Es el caso de una familia francesa recién llegada a Alicante desde el Loir y Cher. Para Delphine, Camille, Maëlle y Fabien, esta no es su primera vez en España, pero sí en Alicante.

Mientras pasean por los alrededores de la Concatedral San Nicolás, no dudan en compartir con EL ESPAÑOL sus primeras impresiones sobre la vida y las costumbres locales. Aunque admiten sentirse "un poco perdidos" debido a la barrera del idioma, sus observaciones revelan una visión fresca y directa de la sociedad alicantina.

Al llegar a la capital, la familia francesa confiesa que "no hay nada" que les "choque" de la vida española en general. Sin embargo, sí han notado una diferencia clave con respecto a Francia: la gente en España "está más a gusto" a la hora de "moverse, de discutir, de hablar", y que las personas están en general "más relajadas".

Esta observación se profundiza al señalar que "la gente es quizás más abierta aquí", apunta Fabien, en lo que también coincide su mujer Delphine: "Son mucho más abiertos que reservados".

Fabien sostiene que se sorprendió al ver pocos españoles en la calle entre las 14 y las 17 de la tarde: "Parece que se toman en serio lo de la siesta", asegura.

Una afirmación a la que Delphine añade "creo que aquí la siesta es sagrada". En este sentido, los hijos lo confirman con una anécdota reciente: "ayer quisimos ir a la piscina a las 15 y no abría hasta las 5".

La familia planea quedarse "2 semanas" en Gran Alacant, donde se alojan. Entre sus planes figura: "visitar todo lo que podemos y viajar para conocer la provincia y ver las ciudades de alrededor". A pesar de haber llegado hace poco, ya han notado la presencia de compatriotas: "oímos a algunos franceses hablar, parece que aquí vienen muchos franceses", asegura Delphine.

La familia francesa, aunque aún adaptándose al idioma, celebra la apertura y el estilo de vida relajado de los alicantinos, destacando cómo estas características contrastan con sus propias expectativas, haciendo que la vida española, especialmente la socialización al aire libre y la siesta, sean lo que más les "sorprende" gratamente.