El restaurante Venta de Guadalest, junto a Sofía.

El restaurante Venta de Guadalest, junto a Sofía.

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Sofía, cocinera tradicional en un pueblo turístico de Alicante "La gente de fuera debe saber que hay vida más allá de las hamburguesas"

Restaurante Venta de Guadalest ofrece platos tradicionales de la zona, con ingredientes de proximidad y de calidad.

Más información: El restaurante en un pueblo de la sierra alicantina "donde respirar aire puro" que recomienda Carlos Herrera

Alicante
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En los lugares más turísticos de Alicante, es común ver a cientos de turistas llegando en autobuses para pasar el día o la mañana visitando los entornos.

Durante estos viajes organizados, los visitantes suelen disponer de un tiempo limitado para recorrer los alrededores.

Tras tanto trote y gastar muchas calorías visitando lugares, los turistas se paran en los restaurantes de la zona para degustar un plato que se coma con rapidez para seguir el ritmo del grupo.

Entre tantos locales de comida "rápida" instalados en la ya turística Guadalest, un local resiste al paso del tiempo y a la globalización.

Ubicado en pleno centro histórico de la encantadora localidad, Sofía lleva con orgullo y tradición las riendas y los fogones del Restaurante Las Ventas.

Cocinera apasionada por la herencia culinaria de su familia, ha querido recuperar sus orígenes y convertirlo es en un local que ofrece platos de antaño, de "toda la vida".

Una historia de arraigo

La trayectoria de Venta Guadalest es tan fascinante como sus platos. Antes de regresar a esta "venta", término antiguo para los parajes donde comían y dormían los viajeros con sus carros, la familia de Sofía ostentó el reconocido Hotel Casesnoves en el mismo Guadalest.

Este establecimiento no era uno cualquiera: fue el primer hotel que abrió sus puertas en el pueblo hace 18 años, siendo pionero en el alojamiento turístico de la zona. Y no solo eso, sino que llegó a ser "el hotel más romántico a nivel mundial, Europa y España", según Trip Advisor, además de recibir varios premios.

"Tras 18 años de aventura, decidimos venderlo", explica Sofía sobre la decisión de desprenderse del exitoso hotel el año pasado. Fue entonces cuando la familia, tras la jubilación de su hermano, decidió regresar a sus orígenes: el restaurante que había pasado de generación en generación.

"La primera persona que yo conozco que ya regentaba en la venta era mi bisabuela", relata Sofía, orgullosa de una tradición que ha visto pasar a su abuela, madre, tío y hermano antes de que ella y su familia tomaran las riendas.

La casa, antigua, con techos altos y suelos viejos, se ha conservado con esmero para "volver un poco a lo que siempre ha habido", manteniendo el toque original y, sobre todo, la esencia de la comida.

La resistencia de la 'comida de antes'

En un Guadalest donde la mayoría de los negocios se han adaptado al turista con "comida súper rápida", Venta Guadalest se ha propuesto recuperar las "recetas antiguas, las cosas de antes".

Sofía reconoce que es un reto, especialmente con el público internacional. "Nos está costando un poco hacerle entender a un extranjero que viene con tiempo limitado lo que es un mincho, lo que es una pericana, o lo que son los platos tradicionales", confiesa.

El cliente, a menudo acostumbrado a "la hamburguesa con patatas fritas", no siempre comprende la complejidad de estas preparaciones.

Pero la apuesta es firme: "Nosotros apostamos por el producto de cercanía, la verdura de cercanía, la carne de cercanía".

De izquierda a derecha, la madre, la abuela y el abuelo de Sofía, junto a los primeros turistas de Guadalest.s turista

De izquierda a derecha, la madre, la abuela y el abuelo de Sofía, junto a los primeros turistas de Guadalest.s turista

Es una filosofía que Sofía también comparte a través de vídeos en redes sociales, donde enseña trucos de cocina heredados de la familia, basados en el aprovechamiento total de los alimentos, como el ingenioso uso del pan duro o la elaboración de conservas y mermeladas con fruta de temporada.

El feedback es abrumador: Sofía menciona el caso de una holandesa que, con mucha gracia, envió fotos de los minchos que sus hijos habían cocinado siguiendo sus indicaciones. De hecho, muchas de estas ideas provienen del antiguo canal de YouTube del hotel Casesnoves, donde ya compartían recetas y consejos.

Dos menús, dos experiencias: 'Terra' y 'Arrel'

La esencia de Venta Guadalest se materializa en sus dos menús distintivos, "Terra" y "Arrel", ambos nombres en valenciano que encapsulan su propuesta.

• Menú Terra: Disponible a mediodía, es una explosión de color y sabor, reflejando la riqueza de la cocina valenciana. Incluye un rollito de sobrasada local, la ancestral pericana, el emblemático mincho, y un original plato de "moros y cristianos" a base de trigo, que fusiona carne de cerdo y cordero con cuscús, un guiño a la historia multicultural de Guadalest.

El postre es una innovadora sopa de chocolate blanco con bizcocho de algarroba, rememorando los tiempos en que la algarroba era el "chocolate" de quienes no podían costear el cacao.

Los padres de Sofía, en el bar Guadalest, actual restaurante venta.

Los padres de Sofía, en el bar Guadalest, actual restaurante venta.

• Menú Arrel: Ofrecido por la noche, este menú busca "volver un poco a nuestras raíces" con un concepto de compartir. Se sirve íntegramente en madera, ofreciendo bocaditos para comer con las manos, promoviendo la cercanía y la experiencia de antaño donde se compartía del mismo plato.

El plato fuerte es el "jardín relleno" y, como sorpresa final, una "cajita de libro" con repostería típica de la zona. "La gente que viene por la noche no tiene tanta prisa como la gente de mediodía", explica Sofía, lo que permite una experiencia más relajada y sorprendente.

Muchos turistas que se alojan en el pueblo quedan "sorprendidos" y se preguntan cómo han encontrado "una cosa que no tiene nada que ver" con la oferta habitual de "platos combinados y cocas".

Rescate de un patrimonio culinario

Para responder a la demanda de la clientela del restaurante, Sofía cuenta con la ayuda de una mujer italiana que, tras visitar Guadalest, se enamoró del lugar y se quedó a vivir.

Esta colaboración ha dado lugar a una "fusión" en la carta, respetando la tradición de su ayudante. Así, los comensales pueden encontrar en Venta Guadalest un auténtico Tiramisú o algún plato de cocina tradicional italiana, un gesto que la colaboradora, ya cerca de la jubilación, "agradece" y le hace "partícipe" de la carta.

Esta mezcla de sabores es un reflejo de la visión de Sofía: "Tenemos una riqueza culinaria no es solamente en el Valle de Guadalest, sino en toda la provincia de Alicante. Está perdiendo por las modernidades de hoy en día".

Si bien no demoniza la comida "moderna", su misión es clara: ofrecer algo distinto. Un ejemplo perfecto es su tartar de higo con parmesano, rúcula y aceite de almendra, una "mezcla" que combina lo italiano y lo local para crear algo "un poco más raro" pero deliciosamente innovador sin perder la esencia tradicional.

En definitiva, Venta de Guadalest apuesta "por calidad, por producto de proximidad y sobre todo por lo tradicional, que creemos que se está perdiendo y hay que ponerlo en alza."