Cuando mañana se celebre la final del polémico y nada estimulante Mundial de Qatar, los más jóvenes quizá desconozcan que España fue el país anfitrión del Mundial de 1982, al que el destino llevó que las ciudades de Alicante y Elche fueran seleccionadas entre las subsedes de la competición, y teniendo la fortuna nuestra capital de hacerlo acogiendo una selección especialmente significativa, y además en unas fechas muy importantes para la ciudad.

Así pues, el equipo argentino -que mañana intentará revalidar el liderazgo mundial- disputaría su fase eliminatoria en Alicante, en dos partidos que coincidirían por completo con les Fogueres. Confirmada esta buena nueva, en agosto de 1981 una embajada municipal -en la que se encontraban las máximas representaciones de nuestras fiestas- se desplazó hasta tierras sudamericanas, buscando una promoción turística de Alicante, dado el enorme tirón que dicho país manifestaba -y manifiesta- por su selección.

1982 fue una brillantísima edición para nuestras fiestas. Se plantaron la cifra récord de 62 hogueras, debutando comisiones como las de Explanada -que curiosamente funcionaría a modo de cooperativa junto a las de Gabriel Miró y Rambla- San Blas Bajo o Campoamor-Norte. Entre ellas, fuera de concurso, la Diputación Provincial plantó una monumental obra, realizada por el valenciano Vicente Jiménez, conmemorativa del mundial, caracterizada por sus líneas modernas.

Fueron unas hogueras en las que de manera soterrada se detectaban tensiones entre parte del colectivo festero y la Comisión Gestora del momento, que por último año presidiría el añorado Jacinto Masanet. De todos modos, la incidencia del mundial tuvo sus platos fuertes en la celebración de sendos encuentros de la selección argentina en el Rico Pérez, el 18 de junio -contra Hungría, a la que vencieron por 4 a 1- y la mismísima tarde del 23, contra la de El Salvador, ganando por 2 – 0, y ocasionando un caos de tráfico sin precedentes en la jornada festiva más multitudinaria.

La llegada de la máxima estrella argentina, el desaparecido Diego Armando Maradona, generó una gran expectación e incluso fue recibido y agasajado por la comisión de la foguera San Blas, en unas fiestas donde multitud de hogueras y, sobre todo, hogueras infantiles y barracas, destacaban entre sus efímeros motivos con la presencia casi asfixiante de la popular mascota “Naranjito”.

1982. El futbolista Diego Armando Maradona es agasajado por la foguera de San Blas.

1982. El futbolista Diego Armando Maradona es agasajado por la foguera de San Blas. Archivo JCV

Más molesta aún resultaría la reiterativa interpretación por la mayor parte de las bandas de música presentes estas fiestas de la canción del Mundial, muy popular esas fechas. Y más brillante, sin duda, la inolvidable foguera de Benalúa “Ofrenda”, la gran triunfadora en la categoría especial, con la que Pedro Soriano nos brindó una de las obras más perfectas jamás plantadas en nuestra celebración.

Y en unas hogueras donde en la noche de la plantà se inauguraría de manera multitudinaria el Monumento al Foguerer, hubo un elemento que lastró las posibilidades turísticas de la apuesta de Alicante en Argentina; la disputa de la Guerra de las Malvinas entre la propia Argentina del dictador Videla e Inglaterra. El enfrentamiento bélico mermó esa previsible afluencia turística, que, sin embargo, no dejó de tener exponentes valiosos.

Uno de ellos sería la llegada desde aquel país del joven Hugo Aníbal Rolón, casi de inmediato integrado a la vida alicantina, pronto casado con Inmaculada Peralta, y que desde entonces prolongó su pasión foguerera hasta su muerte, ocurrida hace escasas fechas, como componente de la comisión de Port d’Alacant. Vayan a su memoria estos lejanos recuerdos.