Sin contrato, sin garantías sanitarias ni descansos y cargando con pesos de hasta ochenta kilos. Así encontraron a los seis trabajadores de una fábrica en Crevillent de ropa usada en la que la Policía Nacional ha detenido a su empresario bajo la acusación de varios delitos contra los derechos de los trabajadores.

El empresario, ya en libertad y a la espera de ser citado para comparecer en sede judicial, tenía en su empresa a varias personas en condiciones laborales muy por debajo de las mínimas legalmente garantizadas, según el comunicado de la Policía Nacional.

La investigación señala que supuestamente buscaba perfiles vulnerables para ofrecerles condiciones aún más precarias. Entre sus víctimas se encontraban migrantes que desconocen el español y los derechos laborales que aquí se aplican. La mayoría de estos seis trabajadores no contaban con contrato laboral, seguro de accidentes ni permiso de residencia ni trabajo.

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La investigación la han desarrollado agentes de la Unidad Contra las Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de Alicante, apoyados por Inspección de Trabajo. El punto de partida fue la detección de una empresa ubicada en Crevillent que consideraban sospechosa de emplear a ciudadanos extranjeros sin las mencionadas garantías laborales establecidas.

Los agentes pudieron comprobar durante el registro que las sospechas eran ciertas. En la empresa localizaron a los seis trabajadores citados, de los cuales cinco eran extranjeros en situación irregular. El arrestado, a la sazón propietario de la empresa, obligaba a todos ellos a trabajar por un salario semanal de 200 euros, que no percibían si caían enfermos y no podían acudir al trabajo.

El comunicado de la Policía subraya que los trabajadores afectados eran explotados sin respetar lo más elemental de la normativa en materia de riesgos laborales. Según han apuntado a El Español, este les hacía trabajar nueve horas diarias sin descanso. En ese tiempo su principal labor descargar fardos de ropa usada de los camiones de un peso aproximado de 80 kilos. 

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Las instalaciones eran igual de precarias que los inexistentes derechos laborales de los que está acusado. Como explican, los trabajadores tenían que cargar los pesados fardos a la espalda, sin ningún tipo de ayuda mecánica. Por eso han recogido testimonios de los empleados en que han contado que en numerosas ocasiones se han lesionado espalda y rodillas como consecuencia de la carga de la mercancía y de las numerosas horas trabajadas. Hasta tal punto que se veían obligados a acudir a la empresa medicados por el dolor para que el empresario no les descontara del sueldo el día.

El empresario detenido, de nacionalidad marroquí, de 45 años de edad, ha sido acusado de un delito contra los derechos de los trabajadores. Tras comparecer en las dependencias policiales, ha sido puesto en libertad.