La manta al coll está a punto de cumplir 70 años desde que pasara a ser una simple tonada para una rifa a convertirse en un popular himno de las Hogueras de Alicante. La comisión de Campoamor y las rifas que se hacían en los años 50 son el lugar de nacimiento de esta canción que mezcla el castellano y el valenciano en una invitación al hedonismo de las fiestas que crearon el cómico José Arqués Tolo y el músico Manuel García.

Juan Ramírez recupera esta historia, como ya hizo cinco años atrás con el homenaje que se dio desde la Federació de Fogueres a una canción con alcance mundial. Y es que aquella cancioncilla que cantaban las hijas de Arqués por las calles del barrio de Campoamor para vender las papeletas contenía un pegadizo estribillo y melodía que aún hoy se reproduce por Europa o América.

Y una de las formas de saberlo con rapidez, como cuenta Ramírez mientras en las calles suenan conjuntos con la dolçaina i el tabalet interpretando el tema, es gracias a la Sociedad General de Autores. En ella registró en junio de 1953 García el trabajo que habían hecho ambos con el que han pasado a la posterioridad.

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La manta al coll no solo se toca en Alicante, recalca Ramírez, actualmente reporta unos doscientos euros al año que se reparten entre las herederas. Así, según los registros de la SGAE aún genera esos derechos de autor este mismo año en Reino Unido, Alemania o Estados Unidos. ¿Quién le iba a decir a Manuel García Ortiz que llegaría tan lejos? Se pregunta ahora Ramírez. Y como prosigue, aún sigue identificándose con la llamada terreta y ha aparecido en series de televisión como Benidorm, emitida en Antena 3.

La letra picante

A José Arqués, fallecido en 1975, se le conocía en Alicante por su nombre artístico, Tolo. Con él actuaba por la ciudad como lo que se llamaba en la España de los años 40 y 50 en su papel de "caricato moderno". Como humorista, explica Ramírez, se apoyaba en las canciones. Y ahí contaba con el apoyo de Manuel García, su amigo compositor y director de la orquesta GOM, nombre que jugaba con las iniciales de su nombre completo. "Les gustaba componer chascarrillos", apunta sobre esa fructífera relación artística.

Y en esta además, había mucha picardía. Así se ve en una de sus estrofas, como indica su hija Maria José Arqués, que envía una versión completa de su letra. "Una señora en la plaza / una alcachofa robó, / para que no se la vieran / bajo el manto la escondió. / Mas como hacía viento / el manto se le voló / y a la pobre señora / la alcachofa se le vió".

Versos como estos daban pie al que quizás sea el estribillo más famoso de la canción popular valenciana. Y así aparecía reflejado en el 53: "La manta al coll y el cabaset / senan d'anar a prendre el fresc. / La manta al coll y el cabaset / senan d'anar, senan d'anar a prendre el fresc, / al Postiguet. / Arreando, chim, pam, pum".

El registro

Este estribillo que sonaba por las calles de Alicante y que se fue asociando a las Hogueras por la mencionada rifa fue creciendo en popularidad. Manuel García, que tenía más de cien canciones registradas en la SGAE con su orquesta GOM, se animó y registró esta nueva pieza que habían hecho.

A pesar de ese registro y la popularidad de la misma, las hijas de Arqués cuentan que no fue hasta 2008 que descubrieron que estaba así inscrita. "En 2008 un familiar por parte de padre encontró en un mueble en casa de su abuela un recorte del periódico La Verdad que se publicó a la muerte de mi padre", sucedida en 1975 cuando tenía 47 años.

El día que quedaron las hermanas con su madre y el resto de la familia para verlo estaban tomando unas horchatas y disfrutando de la memoria de su padre. "Nos quedamos hablando de lo payaso que era, de su gran ingenio y vis cómica y de La manta al coll. Y por primera vez en toda su vida mi madre dijo: 'El papá cobraba un dinero de la SGAE'".

Durante un tiempo se disputó la titularidad de la canción, recuerda Ramírez. Este explica como se necesitó un acto de conciliación en el que estaba el cantautor Víctor Manuel de mediador para que las hijas de Arqués y la de García Ortiz demostraran cuáles eran los verdaderos autores, presentando los registros. Así asentaron el reconocimiento de ambos amigos como creadores de La manta al coll. Un logro en el que aún se comparte por el mundo la idea de que hay que ir al Postiguet para tomar el fresco.