Los 1.500 animales del zoo de Cádiz que ya no tienen qué comer: sin visitas, necesitan tres toneladas
Un centro de protección animal cerrado por la COVID-19 lanza una petición de ayuda económica. "La pandemia nos está llevando al límite".
17 febrero, 2021 00:57Noticias relacionadas
A finales del pasado otoño, murió un hombre de Algeciras (Cádiz) que guardaba en su casa una colección de 48 serpientes venenosas, un hecho ilegal que el fallecido ocultaba. Tras su muerte, todos esos animales acabaron en el zoo de Castellar de la Frontera, a 22 kilómetros de distancia de su antigua casa.
Los responsables del centro, creado en 1998 para ayudar a los animales que las autoridades fiscales y policiales decomisaban, tuvieron que invertir dinero en la compra de trajes especiales y en crear una zona de alta seguridad dentro del zoo con dobles puertas y cámaras de videovigilancia.
“Lo hacemos por el bien de ellos, pero necesitamos ayuda. La pandemia nos está llevando al límite”, explica Javier Morales, responsable del zoológico, de propiedad privada. Morales lanza un grito de auxilio: o al centro le llegan ingresos a corto plazo o tendrán que reducir la alimentación de los animales.
Desde marzo del año pasado, el zoo de Castellar ha pasado siete meses cerrado. Desde el 31 de diciembre de 2020, cuando la Junta ordenó su cierre a causa de la pandemia, no ha vuelto a abrir. La medida impide que se reciban visitas. Sin ellas, los ingresos no entran.
Tres toneladas
Las cuentas del centro están en una situación comprometida, admite Morales, que realiza un llamamiento para que la gente haga donaciones de dinero o de comida para los animales.
Al mes, los alrededor de 1.500 ejemplares de 84 especies distintas que hay allí consumen entre dos y tres toneladas de comida, desde carne y pescado hasta fruta, verduras y piensos.
“Pedimos que se nos ayude. La situación es insostenible. Tenemos un fondo que va destinado directamente a la alimentación de los animales, pero se está acabando y tememos quedarnos sin nada. Como no sabemos cuándo vamos a poder abrir, se nos puede acabar en unas semanas. Y sin visitantes, el dinero no entra”, explica Javier Morales.
En la actualidad, los 15 empleados del zoo de Castellar, un centro de referencia en la comarca gaditana del Campo de Gibraltar y entre los pueblos malagueños de la Costa del Sol, se encuentran bajo un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Entre ellos, hay biólogos y veterinarios.
El zoológico emprendió su actividad en 1998, pero se inauguró como centro de visitas externas cuatro años más tarde, en 2002. En circunstancias normales, cada día solía recibir excursiones de grupos de colegios y de turistas. Los fines de semana se llenaba de familias.
Entre los 1.500 animales que viven en el centro hay felinos (tigres, leones, leopardos...), primates (macacos, babuinos...) o reptiles (cocodrilos, caimanes, serpientes….), aunque su colección más importante es la de aves.
“En 1998 empezamos a trabajar rescatando animales que intervenía la Policía Nacional, el Seprona, la Guardia Civil y Aduanas de Algeciras y Tarifa”, explica el responsable del centro.
“Nos los dejan en depósito y ya se quedan aquí. Recibimos una minuta anual de la Agencia Tributaria, pero con ella sólo se costea el mantenimiento durante un par de semanas de algunas de nuestras instalaciones. Seguimos haciendo el mismo trabajo desde hace más de dos décadas, pero necesitamos ayuda”.
En la actualidad, un pequeño grupo de voluntarios y una brigada de jóvenes que están realizando sus prácticas en el zoo se encargan del cuidado y limpieza de las instalaciones y de los animales.
La web del zoo ha abierto una pestaña de donaciones en su página web (www.zoodecastellar.es) con el fin de recaudar dinero. La aportación mínima es de un euro. “La supervivencia de estos animales depende de la gente. Granito a granito podemos hacer una montaña”, asegura Javier Morales.
Las entregas de alimentos se pueden realizar directamente en el centro o poniéndose en contacto con el zoo y pidiendo que algún responsable se desplace hasta cualquier punto de la comarca del Campo de Gibraltar para recogerlos.