Real Madrid-Levante, 2 de marzo de 2016.

Real Madrid-Levante, 2 de marzo de 2016. Heino Kalis Reuters

Fútbol

El Madrid de los suplentes cumple en casa del Levante

Cómoda victoria de los blancos, sin hacer un gran partido, con protagonismo de Lucas Vázquez, Borja Mayoral y Ronaldo. La segunda parte fue de claro dominio visitante.

2 marzo, 2016 23:16

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El colista de la Liga BBVA no fue el ogro de otras temporadas y fue superado en el Ciudad de Valencia por un Madrid difícilmente reconocible, repleto de bajas, en el que los suplentes aprovecharon su oportunidad para dominar un partido complicado por las enormes presiones que rodean al equipo. Lucas Vázquez fue el mejor jugador blanco y volvió a conectar con Cristiano Ronaldo, como en el principio de temporada, en una delantera donde debutó como goleador Borja Mayoral (con ayuda del portero Mariño).

Isco, señalado por la prensa y la afición tras el derbi contra el Atlético, dejó su lugar en la alineación titular a Casemiro: el partido anunciaba brega y sufrimiento, cualquier resultado que no fuese la victoria condenaba al equipo a días de polémica y crítica. Un paradón de Navas nada más comenzar el partido recordó al Madrid que el estadio granota, pese a su tamaño, es un escenario de difícil conquista.

Comenzó el Levante animado, con mucha presión y Rossi muy activo. El Real Madrid era incapaz de generar peligro (más allá de los lejanos disparos de Cristiano, bastante dinámico) y su juego volvía a carecer de profundidad. Lucas Vázquez completaba un magnífico partido, de constante ida y vuelta por la derecha, pero a la media hora el partido de los de Zidane era, de nuevo, decepcionante. En los locales Morales constituía la mayor amenaza.

Penalti de Orban a Lucas

El partido fue desbloqueado por Lucas, que fue objeto de un clarísimo penalti de Orban cuando se internaba en el área y regaló tranquilidad a un banquillo que se mordía las uñas. Cristiano no falló y el equipo sonrió por primera vez. Cuatro minutos después, en el 38, un buen disparo cruzado de Borja Mayoral rebotaba en Mariño (tras otra desatención de Orban) y tocaba las mallas. 0-2, debut goleador del canterano… Los merengues enfilaban un descanso apacible.

Segundos después, sin embargo, el afilado Deyverson aprovechó un rapidísimo ataque para superar a Keylor Navas y volver a meter a su equipo en el partido. En contra de lo esperado, los cinco minutos anteriores al descanso fueron frenéticos.

Dominio merengue

La segunda parte no ofreció dudas en cuanto a la autoridad del partido: sin desplegar un juego rutilante, pero con un claro control del juego, el equipo dominó la situación y contó con una versión algo mejorada de James, que en el 51 realizó un disparo sensacional con su infrautilizada zurda de oro y habilitó varias veces a los delanteros hasta ser sustituido por Isco.

El Madrid sí embotellaba ahora a los locales, con Lucas igual de activo, beneficiándose del incansable despliegue de Danilo por su banda. Nacho se convertía en un interior en los ataques y se animaba incluso a chutar a puerta: no era un gran partido, pero el equipo no se arrastraba.

Un jugadón nacido del guante de James en el minuto 65 terminó con un exquisito remate de primer toque de CR7 al poste (lo que el aficionado del Madrid espera siempre) antes de que los habitualmente suplentes empezasen a mostrar síntomas de cansancio (calambres): primero Casemiro, luego Mayoral, al final del encuentro Kroos.

Los jugadores madridistas celebran el tercer gol.

Los jugadores madridistas celebran el tercer gol. Heino Kalis Reuters

El control del partido era inapelablemente blanco, pese a jugar con lentitud. Había tenido varias ocasiones para sentenciar y golear ante el Levante, un equipo que perdió la fe con el transcurso de los minutos. Una gran internada de Danilo fue rematada violentamente por Ronaldo, en un balón que lamió el poste derecho de Mariño. Los jugadores blancos daban señales de agotamiento, pero el equipo no se descomponía. No obstante, el Levante tuvo su oportunidad: no fue Morales, sino Rubén, quien en el 81 obligó a Navas a hacer una parada de portero de equipo grande que mantenía la serenidad en los visitantes.

Kovacic e Isco habían reemplazado a James y Casemiro, Mayoral y Lucas seguían corriendo sin parar en defensa y reconciliaban probablemente a algún madridista con un equipo que sigue sin ilusionar pero que en la noche del miércoles, diezmado por las bajas, vencía con autoridad en un estadio que fue una trampa para el club blanco en temporadas pasadas.  En el minuto final del partido Isco remató a gol otra buena jugada entre Lucas y Cristiano y certificó la supremacía merengue.

Un buen tanto para terminar un partido que entrañaba mucho riesgo en el contexto de extrema volatilidad que rodea al club. En definitiva, un partido sólido. El Levante terminó entregado y el Madrid con calambres pero volcado, refrescado por la entrada de Jesé al final del duelo. La condición física sigue siendo preocupante, pero contra el Levante sí metieron la pierna, sin reservas, espoleado por la ilusión de los suplentes.