Ni lavadora ni jabón: el truco definitivo para quitar las huellas de sudor de tus sandalias en segundos

Con la llegada del buen tiempo y el verano, las sandalias comienzan a salir del zapatero para volver a ser utilizadas en nuestro día a día, ayudándonos así a mantener nuestros pies más frescos y ligeros. Las de ante o gamuza son las más populares, pero son difíciles de limpiar.

Sin embargo, gracias a la experta en limpieza y trucos para el hogar, Lucía Lipperheide (@homes-styles), podemos conocer el truco definitivo para que las sandalias de ante con huellas queden como nuevas, y sin utilizar ni lavadora ni jabón.

El gran inconveniente de este tipo de sandalias es que, de un año para otro, pueden quedar manchadas por el uso, lo que en algunos casos incluso nos lleva a reemplazarlas por unas nuevas, aunque con este truco ya no tendrás que hacerlo.

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El ante es un material muy delicado, por lo que es importante ser conscientes de qué pasos y qué elementos se pueden usar a la hora de limpiarlas. A diferencia de otros calzados, son sandalias que no se pueden meter en la lavadora para que no se estropeen.

Lucía explica que el primer paso a seguir para que queden como nuevas es cepillarlas bien, para seguidamente limpiarlas usando agua micelar. Además, deja claro que es fundamental un paso para deshacerse de las manchas, que es no frotar el ante, sino acariciarlo.

La experta destaca que, cuanto más presión se haga, más se incrustará la suciedad, algo que se debe evitar. Si hay manchas de óxido propias de las hebillas, lo más recomendable será darles con una lija fina para eliminar la suciedad sin que se estropee.

De igual forma, la lija se puede pasar por toda la plantilla para arrancarle la capa negra de uso que habitualmente no queda demasiado estética y así poder recuperar su aspecto inicial y que puedan lucir prácticamente igual que cuando fueron compradas.

Para finalizar, se cepilla para deshacerse de los restos y, una vez que las sandalias de ante están secas, se aplica un spray impermeable para protegerlas y que el color quede más intenso.

Trucos para alargar la vida del calzado

El verano es una temporada que invita a disfrutar del aire libre, el sol y actividades que muchas veces involucran arena, agua y altas temperaturas. Es una época muy querida por muchos ciudadanos, pero también puede resultar dura para el calzado.

Por este motivo, es imprescindible conocer la forma en la que se debe cuidar el calzado para que dure más y en mejor estado.

Limpieza regular

La limpieza regular del calzado es fundamental para poder prolongar la vida del calzado. La suciedad y el polvo pueden provocar daños en los materiales con el paso del tiempo, y en función del tejido habrá que seguir una serie de pasos.

Si el calzado es de cuero, hay que usar un paño suave y húmedo para limpiar la superficie. Para manchas más complicadas, puedes usar un limpiador específico para cuero. Después de la limpieza, hay que aplicar un acondicionador de cuero para mantenerlo flexible y suave.

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El calzado de tela se lava con un jabón suave y agua tibia, utilizando un cepillo de cerdas suaves para eliminar la suciedad, evitando sumergir completamente los zapatos en agua, puesto que es una acción que puede deformarlos.

Por último, las sandalias y chanclas de goma son las más fáciles de limpiar, ya que es suficiente con lavarlos con agua y jabón, y hay que dejar que se sequen al aire libre.

Buen secado

El secado es un punto imprescindible del cuidado del calzado. No debes dejar tus zapatos al sol directo para secarlos, ya que el calor intenso puede hacer que los materiales se deformen o se puedan dañar.

Es por ello por lo que es preferible el secado al aire libre. Tras limpiar el calzado, hay que rellenar los zapatos con papel de periódico para absorber la humedad y mantener la forma. Colocar en un lugar bien ventilado y lejos de la luz solar directa y fuentes de calor.

Hay que evitar el uso de secadoras ni tampoco tratar de acelerar el proceso de secado con secadores de pelo, puesto que puede dañar el calzado permanentemente.

Almacenamiento adecuado

Un almacenamiento adecuado del calzado es clave para mantener la forma y la calidad del calzado de verano. Se debe guardar en un lugar en el que no estén aplastados, donde haya espacio suficiente. Utiliza cajas de zapatos o bolsas de tela para protegerlos.

Evita almacenar el calzado en sitios húmedos, puesto que la humedad puede causar moho y malos olores, optando por áreas frescas y secas. Asimismo, en los calzados hay que usar hormas para zapatos para mantener su forma, especialmente en el calzado de cuero.

Cuidados específicos según el uso

Por otro lado, hay que tener en cuenta una serie de cuidados específicos según el uso para el que estén concebidos. El calzado de playa, como las sandalias o chanclas en la playa, debes asegurarte de enjuagarlas bien para eliminar la arena y la sal, que pueden ser corrosivas.

El calzado deportivo utilizado para actividades al aire libre puede acumular más suciedad y sudor. En este caso se deben lavar las plantillas y dejar que se aireen bien y por completo después de cada uso al aire libre para que se mantengan en el mejor estado posible.