La medida busca proteger una de las últimas barreras de la privacidad personal. Omicrono
La insólita ley firmada por Gavin Newsom que busca proteger los datos cerebrales de las personas en California
California reconoce a los datos personales como una forma de información personal sensible.
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California se ha convertido en el primer estado de Estados Unidos en reconocer los datos cerebrales como una forma de información personal sensible. Esta medida, que puede parecer sacada de una novela de ciencia ficción, es ya una realidad legal: el gobernador Gavin Newsom firmó la ley SB 1223, con la intención de anticiparse a los desafíos éticos y tecnológicos que plantea la creciente industria de la neurotecnología.
Una ampliación histórica a la protección de datos
La ley SB 1223 amplía la Ley de Privacidad del Consumidor de California (CCPA) para incluir como datos sensibles la información captada directamente por dispositivos capaces de medir la actividad cerebral. Esto incluye, por ejemplo, señales recogidas por cascos de realidad virtual, bandas para monitorear el sueño o aplicaciones que detectan emociones o niveles de concentración mediante sensores neuronales.
De acuerdo con el análisis de medios como Context News, se trata de un esfuerzo legislativo pionero que coloca a California a la vanguardia en la protección de la privacidad mental.
Gavin Newsom respaldó la iniciativa impulsada por la senadora demócrata Susan Talamantes Eggman, quien señaló la importancia de proteger la “última frontera de la privacidad”: los pensamientos. La idea central es reconocer que la actividad cerebral, al igual que la genética o los datos biométricos, debe estar protegida frente a un uso comercial o gubernamental no autorizado.
¿Qué significa esto para las personas en California?
La entrada en vigor de esta ley otorga a los consumidores mayor control sobre la forma en que empresas tecnológicas recogen y usan información cerebral. Esto es particularmente relevante en un contexto donde cada vez más dispositivos tienen la capacidad de analizar patrones neuronales.
La norma obliga a las empresas a informar con claridad si recopilan ese tipo de datos y a ofrecer mecanismos para que los usuarios puedan acceder a ellos, corregirlos o eliminarlos si así lo desean.
El portal especializado Legal.io destacó que, si bien la norma no aplica a dispositivos médicos regulados por la FDA, sí abarca productos de uso cotidiano, como apps de bienestar que prometen medir la atención, el estrés o las emociones. Esto marca una distinción clara entre fines terapéuticos y usos comerciales de la neurotecnología, una línea que hasta ahora permanecía borrosa.
El futuro de la privacidad mental
Expertos en derechos digitales y organizaciones como la NeuroRights Foundation han advertido que la expansión de tecnologías capaces de leer señales del cerebro podría abrir la puerta a usos invasivos, como la manipulación del comportamiento o la vigilancia encubierta. La ley SB 1223 representa, en este sentido, un paso concreto para evitar abusos y garantizar que el avance científico no atente contra libertades fundamentales.