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Turista irlandés extendió 3 días su estadía en EE.UU. y pasó 3 meses en la cárcel: "No me trataron como a un humano"
El hombre había ido a visitar a su pareja, pero una crisis de salud y un episodio con la policía lo llevaron a una pesadilla migratoria.
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Un ingeniero irlandés que viajó a Estados Unidos para visitar a su novia fue detenido durante casi 100 días tras haber excedido por tres días el plazo de su visa. El caso ocurrió en plena escalada de arrestos migratorios durante el gobierno de Donald Trump.
El caso del turista irlandés que extendió 3 días su estadía en Estados Unidos y fue detenido por ICE
Thomas, un ciudadano irlandés de 35 años y padre de tres hijos, voló a West Virginia como lo había hecho muchas veces antes, con la visa que permite visitas por 90 días.
Sin embargo, una lesión muscular le impidió tomar el vuelo de regreso a tiempo. Su médico le indicó no viajar por riesgo de coágulos. Por ese motivo, Thomas presentó los certificados médicos ante las autoridades, pero no obtuvo respuesta.
Al poco tiempo, el turista irlandés sufrió un episodio de salud mental. Una discusión con su pareja en un hotel de Georgia terminó con la policía en el lugar, y aunque no se radicaron cargos formales y él fue liberado, agentes de inmigración lo arrestaron y trasladaron a un centro de detención en Folkston.
Detención sin explicaciones claras
Thomas firmó un documento aceptando su deportación apenas fue detenido. Pese a eso, ICE no lo liberó ni lo repatrió. Durante semanas, pidió respuestas sin obtenerlas. Su abogado solicitó que le permitieran volver voluntariamente a Irlanda, pero la agencia lo negó.
El irlandés fue trasladado de un centro a otro, y hasta terminó en una cárcel federal para acusados criminales, donde pasó sus peores días. “Nos daban ropa usada, sucia, comida incomible y no podíamos ver médicos”, relató desde Irlanda a The Guardian. “Nos trataban como criminales, aunque solo estábamos ahí por cuestiones migratorias”.
Durante su tiempo en una cárcel del Buró Federal de Prisiones en Atlanta, Thomas describió condiciones insalubres: colchones sucios, plagas, raciones mínimas de papel higiénico y comida en mal estado. Incluso, compartía una celda con restricciones para usar el baño y dormía con una manta delgada en temperaturas frías.
No recibió atención médica oportuna pese a sufrir malestares y ansiedad. “No me trataron como a un humano. Lanzaban mi medicación debajo de la puerta. A veces tenía que buscarla por el suelo”, dijo. El impacto en su salud fue tal que, al regresar a Irlanda, sufrió consecuencias físicas y emocionales.
Thomas regresó a Irlanda y no puede ingresar a Estados Unidos por 10 años
Thomas regresó a su país en marzo y recibió la notificación oficial: no podrá ingresar a Estados Unidos por una década. Su pareja, Malone, decidió mudarse a Irlanda con él. “Ya no quiero estar en este país. Esto nos cambió para siempre”, dijo.
El irlandés asegura que intentó hacer todo de forma correcta y nunca imaginó un castigo tan extremo: “Es algo que jamás voy a olvidar. Pensé que era una película, pero era mi vida”.