Este sitio fungió como un importante centro de investigación.
El pequeño pueblo de Estados Unidos de solo 10 habitantes que es hogar de un mini planeta sobre su superficie
Aquí se alza Biosphere 2: una réplica funcional del planeta Tierra bajo una cúpula de cristal, construida para probar si la humanidad puede vivir en mundos lejanos.
Más información: El pequeño pueblo de Florida que acoge artistas circenses retirados: Un lugar lleno de magia y nostalgia del circo
En pleno desierto de Arizona, en un pequeño pueblo llamado Oracle, donde viven apenas 10 personas, se encuentra uno de los experimentos científicos más ambiciosos y excéntricos del siglo XX: Biosphere 2. Esta monumental estructura de vidrio, con apariencia futurista, fue concebida como una réplica funcional del planeta Tierra, una biosfera autosustentable creada para simular las condiciones de vida en otros mundos.
Un laboratorio del futuro con solo 10 habitantes
Lejos de las grandes ciudades y del bullicio urbano, este rincón del sudoeste estadounidense fue elegido como el escenario ideal para poner a prueba un sueño que mezclaba ciencia, arte, ecología y exploración espacial. En 1991, ocho personas fueron selladas durante dos años dentro de este "mini planeta", una cápsula ambiental que contenía océanos artificiales, selvas tropicales, desiertos y hasta una granja autosuficiente, todo bajo una cúpula de cristal.
Concebida por el ingeniero y visionario John P. Allen, Biosphere 2 fue diseñada como una experiencia radical para probar si los humanos podrían sobrevivir en un entorno completamente cerrado y autosustentable, como si estuvieran en Marte o en una colonia espacial. La instalación abarca más de 1.2 hectáreas cubiertas por vidrio y contiene cinco ecosistemas distintos, desde un arrecife de coral hasta una selva tropical, todo construido y mantenido por el ser humano.
Durante la primera misión, que comenzó en septiembre de 1991, los "biosferianos" enfrentaron condiciones extremas: escasez de alimentos, caída del nivel de oxígeno, tensiones internas y una presión mediática constante. Aun así, lograron mantenerse dentro durante los 730 días del experimento. Pese a las críticas, muchos científicos consideran hoy esta experiencia como una hazaña pionera en investigación ecológica y espacial.
Un pueblo diminuto con una misión colosal
El contraste es tan llamativo como simbólico: en Oracle apenas hay una decena de habitantes, pero es hogar de una de las construcciones científicas más ambiciosas del planeta. En lugar de grandes centros tecnológicos o universidades prestigiosas, el mini planeta artificial se levanta entre colinas áridas, recordándonos que el conocimiento también puede florecer en lugares inesperados.
Hoy, Biosphere 2 ya no alberga misiones selladas, pero sigue funcionando como un centro de investigación de la Universidad de Arizona, donde científicos estudian desde el cambio climático hasta la agricultura en condiciones extremas. Además, está abierto al público, lo que convierte a este remoto pueblo en un destino turístico y educativo sin igual.
Una lección para la humanidad desde el corazón del desierto
Lejos de ser un fracaso, como algunos medios sugirieron en los años 90, Biosphere 2 dejó una valiosa enseñanza: el ser humano es el elemento más inestable en cualquier sistema cerrado, pero también el más capaz de adaptarse, aprender y evolucionar.
La experiencia fue registrada en el documental "Spaceship Earth", que recupera la historia desde adentro, con imágenes inéditas y testimonios de los protagonistas.
En tiempos donde la crisis ambiental global pone en jaque el futuro de la Tierra, este mini planeta en el desierto de Arizona, levantado por un grupo de idealistas y científicos, cobra un nuevo significado. Oracle, el pueblo de solo 10 habitantes, no solo fue escenario de un experimento audaz: es también un recordatorio de que incluso los sueños más imposibles pueden comenzar en los lugares más pequeños.