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Celta-Real Madrid: un partido rodeado por la polémica y que se le resiste a los vigueses

El equipo de Coudet lleva 8 años sin lograr la victoria en un encuentro en el que todavía perdura el discutido arbitraje de González Fuertes la temporada pasada
Casemiro y Iago Aspas durante el Celta-Real Madrid de la temporada 2021-2022 en Balaídos.
Irina R. Hipolito/AFP7/Europa Press
Casemiro y Iago Aspas durante el Celta-Real Madrid de la temporada 2021-2022 en Balaídos.
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La visita del Real Madrid a Balaídos es, a priori, uno de los partidos más esperados cada temporada, como lo es cada encuentro en Balaídos contra uno de los "grandes" de la Liga o ante el máximo rival, el Deportivo, que hoy se encuentra en 1ª RFEF, la antigua Segunda División B.

Siempre suponen una ocasión para reivindicar el "David contra Goliat", cuando el celeste supera en el marcador al blanco, aunque en el partido de este sábado uno de los focos estará en el árbitro, Jesús Gil Manzano, que estará asistido en el videoarbitraje por José Luis González González. La razón, el polémico arbitraje de la temporada pasada.

Todavía está fresco el encuentro del año pasado, arbitrado por González Fuertes, en el que el Real Madrid logró la victoria con tres penaltis a su favor y un gol anulado a Galhardo. Las penas máximas señaladas a Nolito, Murillo y Kevin, dos de ellas bastante dudosas, determinaron el resultado final, a pesar de que Dituro fue capaz de parar a Benzema el segundo penalti; el francés, en cambio, logró transformar los otros dos. A esto, se sumó el gol de Thiago Galhardo, que no subió al marcador tras el análisis en la sala VOR al considerar que Aspas estorbaba a Alaba al querer este despejar el balón.

González Fuertes revisando el VAR en el Celta-Real Madrid de la pasada temporada. Foto: La Liga

El resultado final fue de 1-3 y el de Moaña no dudó en criticar la labor arbitral, unas palabras que estuvieron a punto de suponerle una dura sanción que, finalmente, se quedó en nada. Se repetía el resultado de la primera jornada de la campaña anterior, la 2019-2020, en la que el Real Madrid lograba la victoria a pesar de jugar más de media hora con un jugador menos por expulsión de Modric.

Una racha de 8 años sin ganar

La realidad es que los resultados no acompañan al Celta en estos partidos en Balaídos. A pesar de que la estadística general es favorable a los celestes, con 23 partidos ganados de los 53 disputados en Balaídos en Liga, 22 en los que el Real Madrid salió vencedor y 11 empates, de los últimos 12 partidos, desde el último ascenso del Celta en 2005, los vigueses solo han logrado una victoria y un empate.

En la jornada 37 de la temporada 2013-2014, el Celta logró la victoria por 2-0 con dos goles de Charles. El Real Madrid, tras esta derrota, se despedía de una Liga que terminaba ganando el Atlético de Madrid, aunque esa temporada, entrenados por Ancelotti en su primera etapa, logró la Champions en Lisboa contra los rojiblancos y la Copa del Rey. Los celestes, de la mano de Luis Enrique, terminaron novenos tras una brillante segunda vuelta.

El último resultado positivo del Celta en Balaídos contra el Real Madrid fue el 7 de enero de 2018. Un empate a dos con goles de Wass y Maxi Gómez y doblete de Bale por los blancos y un penalti fallado por Iago Aspas. En el banquillo del Celta estaba Unzúe y de los convocados solo permanecen en el equipo el propio Aspas y Hugo Mallo, ambos titulares.

Entre las victorias más recordadas del Celta se encuentran las dos obtenidas con Víctor Fernández en el banquillo, en 1999 por 5-1 con tres goles de Penev y los de Mostovoi y Mazinho; y en el 2001, con un 3-0 con tantos de Juanfran, Gustavo López y Jesuli; y el 4-0 que le endosó al equipo entrenado por Fabio Capello, que llegó a Balaídos como campeón de Liga, y que supuso la salvación del Celta con un hat trick de Gudelj, al tiempo que el ex presidente Horacio Gómez se deshacía en lágrimas mientras tomaba la mano de su homólogo Lorenzo Sanz.

2017: suspensión, polémica y Pedrerol

En lo extradeportivo, la polémica se instaló en el ámbito político en la temporada 2016-2017, tras la suspensión del Celta-Real Madrid. Tras una ciclogénesis, el viento levantó unos 40 metros del techo de la grada de Río, la más próxima a la grada de gol y Abel Caballero tomó la decisión de que no se jugase, y fue refrendada posteriormente por la Liga.

Desde Madrid, entendían que esto suponía un perjuicio grave para el equipo, que se jugaba la Liga, al tiempo que señalaban que el Celta se aprovechaba de la decisión para estar más descansado de cara a la vuelta de las semifinales de Copa ante el Alavés que se disputaba pocos días después.

Desde los medios, el periodista Josep Pedrerol se convirtió en el azote celeste y del alcalde de Vigo, apostando por que se arreglase la cubierta y se disputase el partido, además de señalar que Caballero se aprovechaba del tirón mediático del Real Madrid para ganar visibilidad; también le dedicó un Editorial de Jugones en el que se preguntaba si Balaídos había sido alguna vez seguro.

También en La Sexta, Caballero echaba más leña al fuego, declarando que "el Madrid no manda en España, y desde luego en Vigo menos todavía. Con la seguridad del estadio de Balaídos no se juega", a lo que el club blanco respondió con un comunicado condenando las palabras del regidor olívico.

El partido se pospuso, pero la historia continuó tras la eliminación en Copa del Celta tras salir derrotado en Vitoria; el punto de inflexión fue un nuevo tuit de Pedrerol con el famoso "¡Alcaldeeeeeeeeeeeeee!", que puso de uñas a la afición celeste contra el periodista y que, además, desató la polémica entre Xunta y Concello por un "me gusta" del actual presidente autonómico, vicepresidente en aquella época, Alfonso Rueda, retirado poco después.

Desde el Concello, Carlos López Font salió ante los medios para condenar la acción, a pesar de que Rueda, posteriormente, criticó el mensaje de Pedrerol a través de sus redes, aunque incluyendo un dardo para Caballero que, aseguraba, no había estado "a la altura de la ciudad". El revuelo político continuó con las críticas de la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, y la petición de unas disculpas que nunca llegaron.

El partido se disputó, finalmente, a mediados de mayo, más de tres meses después. El Real Madrid goleó por 1-4 y recuperó el liderato ante un Celta que aún trataba de recuperarse de la ocasión perdida en Manchester para llegar a la final de la Europa League.

Más polémica: Bryan Bugarín

Otro foco de polémica ha tenido un nombre propio, Bryan Bugarín, y varios daños colaterales. La marcha de la joven promesa celeste al equipo blanco de la mano de la agencia de representación Intermedia Sport Player supuso un terremoto en A Sede. Primero, el presidente Carlos Mouriño rompió relaciones con la agencia, después con el Real Madrid, y señaló a los jugadores que estaban vinculados a ella, Iago Aspas y Denis entre ellos.

El de Salceda fue el único perjudicado finalmente, al darle el club un ultimátum para que dejase la empresa, con la que también tiene intereses económicos, o marcharse del club, un problema que, de momento, carece de solución y ha terminado con el jugador apartado. Con el Real Madrid y su presidente, Florentino Pérez, Mouriño corrió un tupido velo y retomó las relaciones institucionales poco después del affaire.

El Celta en construcción y el Madrid con bajas

Este sábado, a partir de las 22:00 horas, de nuevo saltarán al césped ambos equipos; un Celta todavía en fase de construcción y un Real Madrid que mantiene el bloque del año pasado, aunque no podrá contar con Kroos ni Rodrygo y tampoco con Casemiro, que prepara las maletas para irse al Manchester United. El equipo de Ancelotti vestirá de negro, con la tercera equipación que ha tenido que presentar a toda prisa, a pesar de las presiones de Adidas para que fuese el Celta el que estrenase su segunda camiseta en casa.

Un encuentro que determinará si el Celta puede, 8 años después, volver a lograr una victoria que sane el empate a última hora frente al Espanyol y sirva de acicate para una temporada que nace entre las dudas y la expectación.

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