En la imagen, Juan Villalonga -entonces presidente de Telefónica-, Pedro J. Ramírez ,el ministro Arias Salgado y José María Aznar en un partido en el Club Abasota.

En la imagen, Juan Villalonga -entonces presidente de Telefónica-, Pedro J. Ramírez ,el ministro Arias Salgado y José María Aznar en un partido en el Club Abasota.

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De los partidos con Aznar en el Abasota al boom del pádel en Ciudad de la Raqueta

Se calcula que los jugadores de pádel a nivel nacional están por encima de los 2,5 millones, con pistas repartidas por toda la geografía nacional

6 agosto, 2020 17:13

Alfonso de Hohenlohe fue bautizado en el Palacio de Oriente siendo sus padrinos Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia, motivo por el que Juan Carlos I siempre le comentó su envidia al respecto, pues el hoy Rey Emérito nació y fue bautizado en Roma durante el exilio de la Familia Real. Al príncipe hispano-alemán -fallecido en 2003- se le recuerda como uno de los grandes promotores de Marbella y de la Costa del Sol. De hecho, fue él quien empezó a atraer a la jet set a Marbella, aunque no muchos saben que cambió de forma directa la vida de más de tres millones de españoles.

Propietario de varios hoteles y del conocido Marbella Club, a Alfonso de Hohenloge se le puede considerar el padre español del pádel. Como mínimo suya fue la iniciativa de convertir en deporte la afición casera de un empresario mexicano al que visitó en Acapulco allá por 1974. Cambió la superficie, reconfiguró la normativa y ajustó la red que en su formato original servía para poco más que evitar que las pelotas escaparan lejos de la pista. Y montó una pista en su club marbellí.

La gente guapa de la jet se aficionó y desde Luis Ortiz, marido de Gunila von Bismarck, a Manolo Santana, por aquel entonces doble ganador de Wimbledon, pasaron por aquella pista. Y así hasta el día de principios de los años 90, cuando José María Aznar fue fotografiado jugando en una pista de Oropesa del Mar.

Aquella imagen concreta concedió al pádel una visibilidad inimaginable que, sin embargo, se multiplicó de forma exponencial en la primera mitad de los años 90 en el Club Abasota de la madrileña calle Pradillo.

Aquel complejo deportivo, donde no era extraño encontrar entrenando a Carlos Sainz o a rutilantes figuras de territorios tan cercanos como la música o el cine, se encontraba puerta con puerta con la antigua sede del periódico El Mundo, dirigido, cómo no, por Pedro J. Ramírez, cercano al entonces candidato del Partido Popular y aficionado también al deporte que empezaba a arrasar en toda España.

Los partidos entre el líder de los populares y el director se convirtieron en la comidilla, pues como el propio periodista reconoció en alguna entrevista por aquella pista no sólo pasó Aznar, sino otros políticos, periodistas y líderes empresariales que compartían la pasión por el mismo deporte. Allí jugaron Juan Villalonga, el ministro Arias-Salgado, el periodista Luis Herrero o Juan Carlos Sánchez Lázaro, director de la sección de baloncesto del Real Madrid.

El crecimiento del pádel resultó imparable. Como dato relevante, en 2014 en España se vendieron unas 750.000 palas y se calcula que los jugadores a nivel nacional están por encima de los 2,5 millones, con pistas repartidas por toda la geografía nacional. Sin embargo, una vez cerrado el Club Abasota y recuperado Pedro J. de dos operaciones de cadera, era necesaria una nueva referencia, un nuevo punto de encuentro que mantuviera la iniciativa para propulsar el pádel y lograse darle un impulso extra a la visibilidad que el periodista y el político habían conseguido para su deporte.

Inaugurado en noviembre de 2009, Ciudad de la Raqueta nació con esa vocación y rápidamente se convirtió en el centro deportivo de raqueta abierto más grande de Europa con 39 pistas de tenis y pádel, 20 de ellas cubiertas. Un lugar abierto a todos.

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