Imagen de archivo de dos jardineros durante su jornada laboral.

Imagen de archivo de dos jardineros durante su jornada laboral.

Sucesos

El crimen del jardinero Toribio: mató a su 'amigo' Luis Ventura en el trabajo por una mala broma

Los jardineros se tomaron unas cervezas al salir del trabajo, pero la jornada acabó con un homicidio en la zona de Las Vaguadas, en Badajoz.

31 agosto, 2023 03:19

La barriada de Las Vaguadas, en Badajoz, es conocida como una de las más ricas de la capital pacense. Se respira tranquilidad entre los chalets y urbanizaciones privadas. Pero algo cambió en la tarde del martes. Los trabajadores que se ocupaban de cuidar sus lujosos jardines, acabaron por protagonizar un suceso que nadie esperaba.

Luis Ventura, de 51 años, acostumbraba a trabajar en las urbanizaciones de la zona junto con su compañero David, de 43 años. Pasaban horas arreglando su césped y sus setos. Se ayudaban de otros dos amigos a los que avisaban de vez en cuando: Pedro Toribio, de 61 años y funcionario de la diputación de Badajoz, y otro varón del que se desconoce su identidad. La relación entre ellos era buena y después de jornadas intensas de trabajo, acostumbraban a frecuentar los bares de la zona, donde tomaban unas cervezas entre largas charlas y chascarrillos.

El problema es que la tarde de este martes se precipitó de una manera que nadie esperaba. A eso de las 16:00 horas, los cuatro amigos se sentaron en la terraza del bar Brilongo, en la plaza del centro comercial Las Vaguadas. Las cervezas se rellenaban con el paso de las horas, a la par que las bromas entre ellos subían de nivel. Según relata a EL ESPAÑOL una testigo, los jardineros se gastaban bromas de mal gusto, cada vez más pesadas, pero "se reían". En ningún momento, observó que se produjera ninguna discusión subida de tono, solo expresiones como "venga, tío, no te enfades, que es broma".

Las horas seguían pasando y los jardineros seguían bebiendo cervezas en la terraza del bar. Hasta que, en un momento dado, los cuatro se levantaron -aun con sus bebidas llenas- y se alejaron hacia un descampado a las espaldas de la parroquia del barrio, la de Santa Eulalia. La testigo que ha hablado con este periódico les escuchó retarse: "A que no te atreves a pegarme ahí fuera. ¡Venga, venga, vamos!". Las bromas pesadas habían subido de nivel.

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Dos golpes secos en la cabeza

El descampado tenía restos de poda. Eran, aproximadamente, las 20:00 horas de la tarde. Había gente en el centro comercial y en las terrazas que miraban atentos la escena. Sin haber llegado al descampado siquiera, y algo perjudicado por el alcohol, Pedro habría agarrado un palo de grandes dimensiones con el que supuestamente golpeó a Luis. Le dejó malherido, pero aún seguía consciente. Fue entonces cuando David, su habitual compañero de trabajo, salió en su defensa.

Según relatan los testigos, el hombre cogió otro palo y, supuestamente, arreó al agresor. En respuesta, Pedro golpeó a David, dejándole herido. Luis intentó defenderse, pero no sirvió de nada. En ese momento, Pedro volvió a asestarle un golpe en la cabeza a Luis que resultó ser mortal. Fue entonces cuando David comenzó a amenazar al supuesto asesino, que huyó del lugar de los hechos, pero fue interceptado finalmente por la policía en las inmediaciones.

Entretanto, el cuarto jardinero se mantenía cerca de la escena mientras las personas que se encontraban en los alrededores alertaron a la policía y a los servicios de emergencias. Como cuentan a este periódico, "el hombre cayó boca abajo y no se movía". Fue entonces cuando la testigo corrió hacia el hombre junto con un par de médicos que se encontraban descansando en la terraza del bar donde pasaron la tarde los jardineros.

El descampado donde se desarrollaron los hechos.

El descampado donde se desarrollaron los hechos.

"Le dieron la vuelta e intentaron reanimarle", cuenta, "pero no pudieron hacer nada. Vimos cómo la piel le empezaba a cambiar de color". Poco más tarde, aparecieron los servicios de emergencias, acompañados de los agentes de policía local. Trataron de reanimarle, pero no había nada que hacer. Los dos golpes que recibió Luis en la cabeza no tenían vuelta atrás.

Los presentes en Las Vaguadas en el momento de lo sucedido confiesan que les sorprendió que estas personas llegasen a agredirse. Aunque la víctima y el supuesto agresor eran vecinos de Dehesilla del Calamón y La Granadilla, los dos jardineros eran conocidos en la zona. Los residentes en este barrio pudiente de Badajoz les describen como personas "tranquilas" y nunca habían protagonizado un altercado similar.

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Pedro, el supuesto homicida, a menudo compraba cervezas en la tienda de alimentación de su cuñado en el centro comercial de Las Vaguadas, justo enfrente del bar Brilongo, donde los jardineros pasaron las horas previas al homicidio. "Aquí se le conoce como el cuñado de Tomás, el de la tienda", apunta. Sin embargo, los testigos consultados aseguran que se comportaban "con normalidad".

Tras lo sucedido, la policía esposó a los tres trabajadores implicados. Los agentes se llevaron finalmente a dos de ellos detenidos (al presunto agresor y al que trató de defender a la víctima) y los investigadores recogieron hasta tres palos del suelo para su posterior análisis. Entretanto, el cuerpo de Luis yacía en el suelo del descampado a la espera de que un juez ordenara el levantamiento de cadáver. Poco después de las 21:00 horas, trasladaron el cuerpo del fallecido al instituto de Medicina Legal para su autopsia.

El supuesto autor del homicidio se encuentra en dependencias policiales a la espera de ser interrogado, donde puede permanecer hasta 72 horas como máximo. Por su parte, el tercer jardinero que resultó herido fue trasladado al hospital, donde le tratarán de las lesiones sufridas.