Piscina portátil en una vivienda.

Piscina portátil en una vivienda.

Sociedad

¿Es realmente legal tener una piscina en una terraza o en una azotea? Esto es lo que dice la ley

Si vivimos en una comunidad de vecinos, pueden surgir dudas sobre si está permitido o no poner una piscina en la terraza o la azotea. Descubre las recomendaciones para que no sea una catástrofe.

1 agosto, 2023 12:12

Con la llegada del calor, quien más, quien menos, se busca las artimañas para hacer frente a altas temperaturas del verano. Una solución que, en ocasiones, pasa por colocar una piscina de obra o hinchable en su propia vivienda.

¿Se puede tener una piscina en una terraza o en una azotea? ¿Cómo puede afectar a la estructura del edificio? ¿Necesito el permiso de los vecinos? Estas y otras muchas preguntas surgen al respecto. Pero, antes de dar el paso, conviene tener en cuenta una serie de cosas.

La primera de ellas es que antes de comprar y montar una piscina portátil hay que asesorarse. Lo normal, es preguntar al vendedor si la terraza o la azotea aguantará el peso una vez llena. Y la respuesta habitual es que lo desconoce. Además, las piscinas hinchables no suelen traer advertencias sobre la resistencia de la estructura del piso.

El problema de las piscinas portátiles

Raro es no ver, cada verano, alguna imagen en televisión, o a través de medios digitales, vídeos en los que una terraza acaba cediendo por el exceso de peso producido por la instalación de una piscina hinchable.

Y, como cada verano, y para evitar riesgos, el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos da una serie de recomendaciones para evitar derrumbes de forjado por exceso de peso. Así, recuerdan que uno de los factores a tener en cuenta es la antigüedad del edificio.

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Ahora, la capacidad de sobrecarga del forjado de la terraza o de la azotea suele ser de unos 200 kilos por metros cuadrado. Dicho de otra manera, 20 centímetros de altura de agua. Por tanto, recomiendan no llenar una piscina más de esos 20 centímetros si el edificio es de reciente construcción. Si es más antiguo, deberá hacerse en esos 20 centímetros o por debajo.

Si la dimensión de la piscina es inferior a 0,8 por 1,5 metros, entonces la altura del agua se podrá incrementar hasta los 40 centímetros. Pero es que, además, hay que tener en cuenta otros factores, no sólo el agua embalsada. Es el caso del peso de las personas que van a disfrutar de la misma, o los enseres que se colocarán junto a la piscina.

En todo caso, es recomendable consultar con un arquitecto técnico o con un aparejador para que vea, in situ, dónde se quiere colocar y calibrar si es posible o no. También conviene revisar la memoria de estructura de la casa, que debe tener la constructora. En la misma aparece el peso que puede soportar el forjado. En líneas generales, la media de carga soportable suele estar en 350 kilos por metro cuadrado.

¿Es necesario tener el permiso de los vecinos?

La terraza o la azotea es de uno. Pero conviene no olvidar que la vivienda, si forma parte de una comunidad de vecinos, debe tener en cuenta la opinión de los otros moradores del bloque comunitario.

Porque, entre otras razones, el peso puede suponer que haya que poner un refuerzo estructural. Por tanto, molestias para la comunidad. Además, quien decida poner de piscina en su inmueble acabará siendo el responsable de las posibles afectaciones que esta pueda causar al resto de los vecinos.

Es por esto por lo que es aconsejable que, quien decida dar el paso, acuda a la oficina donde tiene contratado el seguro de su vivienda y amplíe la cobertura. Y, sobre todo, no tratar de camuflarlo o mentir a los vecinos. Es recomendable que al tratarlo con ellos, se les diga que se va a utilizar una capa que proteja de las filtraciones de agua al forjado, evitando problemas a las viviendas inferiores.

Con todo, y si la piscina tiene menos de esos 20 centímetros, podrá ponerse sin permiso de los vecinos. Pero es muy recomendable pedir un informe técnico que avale que no habrá daños estructurales y presentarlo a la comunidad.

Piscinas portátiles, ¿legal o ilegal?

Si echamos mano de la ley, vemos que la legislación en España no dice nada específico sobre el uso de piscinas portátiles, ni dónde ni cómo colocarlas en terrazas o balcones. Lo único que si señala es que cada metro cuadrado forjado de una vivienda debe ser capaz de soportar la presión de 200 kilos.

Se trata de una cantidad que debería ser suficiente para soportar el peso de muebles y personas. Por tanto, y con estos cálculos, y en un piso recién construido (como ya ha quedado indicado) se podría colocar en una terraza o en una azotea una piscina portátil que no superase los 20 centímetros de profundidad.