Montaje de un grupo de obreros junto con el empresario constructor.

Montaje de un grupo de obreros junto con el empresario constructor.

Sociedad

Un empresario constructor no se calla sobre la falta de obreros: "Necesitamos mucha vivienda, pero no tenemos manos"

Un empresario del sector de la construcción señala que la falta de mano de obra es ya un problema estructural que pone en riesgo el desarrollo urbanístico.

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La escasez de mano de obra en el sector de la construcción se ha convertido en un problema estructural que amenaza con frenar el desarrollo urbanístico en muchas regiones.

Así lo denuncia un empresario del sector, entrevistado por 'TalentMatch.es', quien no duda en señalar el gran obstáculo al que se enfrentan hoy las promotoras y constructoras.

"Necesitamos mucha vivienda, pero no tenemos manos para construirla, con lo cual será un pez que se muerde la cola", afirma con rotundidad.

Este empresario conoce de primera mano la dificultad que implica levantar edificios en un contexto donde no hay suficientes trabajadores cualificados para hacerlo.

Al ser preguntado sobre su actividad, respondió sin rodeos: "Yo estoy en el sector de la construcción, en un grupo empresarial que es de Andorra".

Pero no se trata solo de una cuestión puntual ni local. El problema se extiende a todo el sector y tiene causas profundas.

Una de ellas es el envejecimiento de las plantillas: "Tenemos una plantilla que está envejeciendo, es un sector que cada día es menos interesante para los jóvenes".

Esta tendencia, según advierte, pone en riesgo la continuidad de muchas obras y empresas. La construcción, dice, ha dejado de ser atractiva para las nuevas generaciones, que prefieren otras alternativas laborales.

Para adaptarse a esta situación, muchas empresas han optado por la industrialización de procesos, una solución que permite optimizar recursos y mantener el ritmo de producción con menos personal.

"La industrialización es un tema que nos beneficia, es decir, con menos gente podemos hacer lo mismo o más", explica el empresario.

Este cambio de paradigma permite compensar en parte la falta de obreros, pero no resuelve el problema de fondo.

Desde su experiencia, apunta que el sector necesita un cambio de percepción urgente.

Uno de los mayores retos es atraer talento joven, y para ello es imprescindible modificar la imagen que se tiene del trabajo en la construcción.

"Una parte es desestigmatizar el trabajo de la construcción. A día de hoy tenemos la imagen aún de un trabajo muy manual, muy simple, con unas condiciones que son duras", afirma.

Aunque reconoce que el trabajo en obra sigue siendo más exigente que otros empleos, también insiste en que ha habido avances importantes.

"Realmente son condiciones más duras que un trabajo estándar de oficina, pero también ha cambiado bastante en los últimos años", señala.

La modernización de herramientas, las mejoras en seguridad laboral y la aparición de tecnologías aplicadas al sector han transformado muchas de las condiciones de trabajo tradicionales.

La falta de obreros no solo encarece y retrasa los proyectos, sino que también tiene consecuencias sociales más amplias.

Si no se construyen suficientes viviendas, los precios suben y el acceso a una casa digna se vuelve cada vez más difícil para muchas personas.