José Miguel Villarroya, periodista y filósofo español.

José Miguel Villarroya, periodista y filósofo español.

Sociedad

Un trabajador habla sin adornos sobre la situación de España: "Si el trabajo es peor que la paguita, la gente se queda con ella"

El periodista José Miguel Villarroya desmonta mitos sobre las 'paguitas' y apunta a la precariedad laboral como el verdadero problema social.

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José Miguel Villarroya, periodista conocido por su orientación política comunista, intervino recientemente en el podcast 'Desde el Jergón', donde abordó un tema que suele generar polémica.

En concreto, se refirió a las llamadas 'paguitas' y a cómo la sociedad percibe las ayudas que concede el Estado.

Con un tono directo, Villarroya desmontó desde su punto de vista algunas ideas extendidas sobre las prestaciones sociales y puso sobre la mesa realidades muchas veces ignoradas en los debates públicos.

El intercambio de ideas comenzó con una pregunta común en tertulias y redes sociales: "¿Vienen los inmigrantes a cobrar las paguitas y hay españoles que prefieren cobrar la paguita que trabajar?"

Ante esto, Villarroya no tardó en responder con claridad: "A mí esto de la paguita me parece que es un insulto".

Y es que, según argumentó, el término 'paguita' simplifica y deslegitima unas ayudas que cumplen funciones específicas dentro del sistema social y laboral español.

Para Villarroya, no todas las prestaciones pueden meterse "en el mismo saco”. Diferenció, por ejemplo, la prestación por desempleo, que definió como un derecho adquirido por el trabajador, no como un regalo estatal.

Lo explicó así: "La prestación de desempleo es un derecho que tiene el trabajador y que además lo pagas mientras estás cotizando".

En otras palabras, no se trata de una ayuda arbitraria, sino de una compensación temporal financiada por las propias cotizaciones del trabajador.

También fue claro al aclarar que esta prestación tiene una duración limitada y unas condiciones concretas.

"No se cobra toda la vida porque antes eran dos años, ahora es un año y dos meses, me parece, en función de los años que lleves trabajando", puntualizó.

A su vez, detalló que para tener derecho a paro hay que haber trabajado al menos cuatro meses, y que por cada cuatro meses cotizados, se tiene derecho a un mes de prestación.

Además, el importe de la ayuda se va reduciendo con el tiempo, evitando así que la gente se aproveche de ella.

En cuanto al argumento de que algunas personas prefieren la ayuda a un empleo, Villarroya apuntó que el problema no está en la ayuda, sino en las condiciones del trabajo ofrecido.

"Si el trabajo es peor que la paguita, la gente se queda con la paguita", comentó sin rodeos.

Para él, si un empleo no ofrece condiciones dignas o un sueldo suficiente, es comprensible que algunos opten por una ayuda que les proporciona una mínima estabilidad.

El discurso de Villarroya no busca justificar la pereza, sino señalar fallos estructurales en el sistema laboral y social.

Paguitas y prejuicios

En su intervención, el periodista critica la demonización de quienes reciben prestaciones y defiende un enfoque más realista y menos prejuicioso.

Según él, el uso del término 'paguita' no solo es inexacto, sino que contribuye a estigmatizar a sectores vulnerables y a desviar la atención del verdadero problema: la precariedad laboral.

En definitiva, como resumió Villarroya, "llamar paguitas es insultar a la gente", y quizá el verdadero debate debería estar centrado no en criminalizar al que cobra una prestación, sino en mejorar las condiciones de vida de quien trabaja.