Luis Güemes, enólogo.

Luis Güemes, enólogo.

Sociedad

Un enólogo de 50 años rotundo sobre el vino que marcará una época: “Es un Rioja blanco que lleva a...”

El vino se llama Ostara y en su composición confluyen tres tipos de uva: viura, sauvignon blanc y malvasía.

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Hay vinos que han nacido para crear una época. Así opina Luis Güemes, de 50 años, y enólogo de Bodega 202. Uno de esos vinos es Ostara 2022, “un gran blanco de Rioja que rompe esquemas”. Tanto es así que lleva a otros vinos americanos, concretamente de Chile.

“Es un vino que estuvimos pensando dos años”, recuerda. Y acabó compuesto por un 35% de uva viura, un 33% de malvasía, y un 32% de sauvignon blanc. ¿Resultado? Un vino de autor, con crianza de 12 meses.

“Hemos estado investigando el comportamiento de estas variedades por toda Rioja hasta dar con el coupage perfecto, una mezcla poco común de viura, malvasía y sauvignon blanc”, reconoce Güemes.

Trabajo complejo

La viura de Ostara procede de un viñedo plantado en 1945 en Elvillar mientras que la Malvasía y la Sauvignon Blanc se obtienen en Leza. Parcelas que superan los 600 metros de altitud.

La finalidad no era otra que mantener la identidad de la viura a través de un coupage con otras variedades que aportan aromas primarios y complejidad.

“Comenzamos un proceso de investigación y de cata de vinos monovarietales con el objetivo de comprobar qué resultado habían dado distintas variedades en Rioja Alavesa”, explica el enólogo. Tras dos años, la decisión fue que tenían que ser sauvignon blanc y malvasía.

A partir de ahí, el más difícil todavía: un proceso de ensamblaje que debía ser preciso y cuidadoso. ¿Cómo? Elaboraron la malvasía y la sauvignon blanc de forma independiente en depósitos de acero inoxidable.

Y la crianza se realizó durante 10 meses en huevos de hormigón junto con sus lías, que se movían cada semana para aportar volumen y cremosidad. Por su lado, la viura, tras fermentarse en acero inoxidable, se envejeció en barricas nuevas de roble francés de 500 litros durante 12 meses.

“De esta manera, potenciamos los aromas secundarios y terciarios de la uva, pero manteniendo la identidad de la viura”, remarca Luis Güemes.

Un vino sorprendente

Fruto de todo este trabajo, el resultado fue un vino con una complejidad inusual entre los blancos de Rioja Alavesa a la par que consigue una coherencia y un equilibrio sorprendente entre variedades.

“El vino mantiene la acidez natural de la viura, con la sauvignon blanc aportando toques tropicales, a maracuyá o fruta de la pasión, y la malvasía trayendo recuerdos de flores blancas”, describe el enólogo.

Uno de los primeros en catar Ostara 2022 fue el reputado crítico Tim Atkin, que le otorgó 94 puntos en su Rioja Special Report de 2024. “El vino ha evolucionado mucho desde entonces, ganando influencia la madera, pero no demasiada, y notas minerales y nuez moscada”. Pronto se pondrá a la venta Ostara 2023.