El sector estalla contra esta práctica tan común.

El sector estalla contra esta práctica tan común.

Sociedad

Los hosteleros cargan contra la 'moda' de dividir la cuenta en bares y restaurantes: "Siempre pierde la casa"

Dividir la cuenta en bares, costumbre común en España, se vuelve un problema y muchos hosteleros ya prohíben los pagos por separado.

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Dividir la cuenta tras una comida o cena es algo habitual en bares y restaurantes de toda España. Al acabar, son muchas las personas que prefieren pagar su parte para evitar líos, a pesar de las complicaciones que esto puede generar.

Ya sea con calculadora o pidiendo al camarero que cobre por separado, los clientes han convertido esta práctica en un gesto casi rutinario.

Pero aunque para los clientes sea cómodo, para muchos hosteleros supone un problema logístico que complica el cierre de la cuenta en la mayoría de ocasiones.

Cada vez son más los establecimientos que están plantando cara a esta práctica y colgando carteles que dicen: "No se divide la cuenta".

La razón de esta nueva política, según explican algunos propietarios, es principalmente operativa y económica.

"Son una mesa de diez personas y pagan cinco pavos cada uno", resume un hostelero, sin ocultar su enfado, en el programa 'La Mirada Crítica', que abordó recientemente esta tendencia.

"Es un poco coñazo", añade otro, visiblemente frustrado por el tiempo que les hace perder este tipo de prácticas.

Y es que cuando una mesa solicita pagar individualmente, los camareros deben dividir el total, aclarar qué ha consumido cada uno, hacer múltiples cobros con tarjeta o en efectivo, y cuadrar todo en caja.

Todo eso mientras otras mesas esperan para ser atendidas. "Aceptamos a veces que nos paguen de uno en uno, pero nos toma mucho tiempo", señala otro trabajador del sector.

Pero no se trata solo de una cuestión de eficacia. También se pierde dinero. Así lo denuncia una camarera en el mismo programa: "Siempre pierde la casa, tres, cuatro o cinco cervezas, siempre".

En el ajetreo de separar pedidos y pagos, hay productos que no se cobran o que directamente nadie asume. Y al final, esa pérdida repercute en el margen del local.

Las comisiones bancarias también tienen su parte de culpa. Cada transacción con tarjeta conlleva un pequeño coste para el negocio.

Si una cuenta de 100 euros se paga en diez cobros individuales de 10, el gasto para el restaurante se multiplica por diez.

Aunque el impacto por operación es bajo, la suma puede ser considerable a lo largo del día. Por ello, muchos hosteleros están optando por evitar estos fraccionamientos.

A pesar del rechazo creciente, la medida no está exenta de polémica. En un país donde la cultura del 'pagar a pachas' está tan arraigada, no todos los clientes comprenden la negativa.

Algunos se sienten incómodos al tener que adelantar el dinero por otros o al tener que hacer transferencias entre sí para saldar las cuentas después.

"Si hay que cobrar así, se cobra, no pasa nada", afirma un hostelero más comprensivo en el reportaje. Porque, al final, lo importante es cobrar, aunque eso implique cierta flexibilidad. 

Para muchos trabajadores del sector, la solución ideal pasaría por un cambio cultural: que los comensales, en lugar de exigir dividir la cuenta en el momento, se pongan de acuerdo entre ellos y realicen un único pago.

Un gesto que, aunque simple, podría aliviar en gran medida la carga de los profesionales de la hostelería.

Mientras tanto, en bares de todo el país, se multiplican los carteles que piden: "Una mesa, una cuenta".

Tras ellos hay una reivindicación clara: el tiempo del personal y la viabilidad del negocio también importan.