Una de las vistas de la costa de Guéthary, en Francia.

Una de las vistas de la costa de Guéthary, en Francia. iStock

Sociedad

El bonito pueblo del norte que casi nadie en España conoce: tiene las playas perfectas para hacer surf

Este municipio de gran tradición costera cuenta además con una amplia oferta de actividades deportivas y culturales que conjugar sus paisajes. 

24 mayo, 2024 15:11

España es un país muy conocido por la belleza de sus pueblos. Sin embargo, hay que tener amplitud de miras, ya que las maravillas de la tierra no acaban en nuestras fronteras. De hecho, solo unos pasos más allá podemos disfrutar de enclaves desconocidos e igualmente bellos. 

Es lo que sucede con un pequeño pueblo a unos 30 minutos de la frontera y que se encuentra en un territorio muy particular, el País Vasco francés. Se trata de una diminuta ciudad que alberga un encanto único por su particular estilo arquitectónico y por la belleza de sus costas. 

Un pueblo de tradición pesquera y que tiene la playas perfectas para practicar surf. Y es que ya sea en la costa o en los Pirineos, la vecina Francia también tiene rincones paradisiacos que nada tienen que envidiar a los nuestros. El pueblo del que hablamos es Guéthary, también conocido como la Getaria francesa

¿Cómo es Guéthary?

Si España es un país conocido por la belleza de sus pueblos, Francia no se queda atrás. Al menos en lo que refiere a la zona más conectada con España. Uno de los territorios que comparte influencias es el País Vasco, con su vertiente nacional y con su lado francés. Y ahí podemos encontrar uno de los pequeños municipios más bonitos de Europa. 

Se trata de Guéthary, conocido como la Getaria francesa. Este es un pueblo de apenas 1.300 habitantes y que supone la villa más pequeña de la costa de Aquitania. Un municipio pintoresco, de larga tradición pesquera y con una belleza única y particular. Parece salido de una película o de una novela de misterio. 

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Esta pequeña localidad, a pesar de convertirse en un reclamo publicitario, ha conseguido no perder su esencia y su autenticidad. En los últimos años ha atraído a visitantes tanto de España como de Francia. Un lugar idílico para tener una escapada y una experiencia auténtica y relajada. 

El origen de Guéthary se remonta a épocas romanas, pero fue durante el siglo XIX cuando el pueblo comenzó a desarrollar su identidad moderna. Su principal actividad económica era la pesca de atunes y ballenas. Sin embargo, la llegada del ferrocarril lo transformó en un destino turístico para la aristocracia europea.

¿Qué ver en Guéthary?

La zona más bonita de este diminuto pueblo es el casco antiguo, formado por sus calles estrechas y adoquinadas, así como sus casas de estilo inconfundible. Los barrios de mayor tradición se caracterizan por sus fachadas blancas con detalles en rojo y verde, y se complementan con jardines bien cuidados y balcones llenos de flores.

Este pueblo, ideal para una escapada de unos días y para disfrutar de actividades como el sur, cuenta con espacios que no debemos perdernos bajo ningún concepto. Uno de ellos es la iglesia de Saint-Nicolas, que data del siglo XVI. Además, está en el punto más alto del municipio, por lo que hay desde allí unas vistas privilegiadas.

Otra de sus construcciones más representativas es el ayuntamiento de Herriko Etxea, que se sitúa sobre una antigua pista de tenis. Fundado a principios del siglo XX, presenta un estilo neovasco y destaca por su pórtico con columnas y dos arcos de medio punto adornados con cabezas vascas esculpidas. Este conjunto arquitectónico está incluido en la lista de monumentos históricos.

¿Qué actividades podemos realizar en Guéthary?

Para conocer el atractivo de Guéthary solo hay que fijarse en sus playas, ya que algunas son de las más espectaculares de toda Europa. La Plage des Alcyons y la Plage de Parlementia son las más bonitas, pero también, las más visitadas por sus espectaculares olas. Un paraíso para los amantes del surf

Pero también podemos relajarnos y tomar el sol mientras contemplamos unas vistas privilegiadas del Atlántico. Sin embargo, este pueblo también permite hacer actividades fuera del mar, como innumerables rutas de senderismo y ciclismo atravesando su paisaje costero, sus impresionantes acantilados y sus coloridas colinas y valles. 

Una de las rutas más populares es el Camino de la Costa, que forma parte del Camino de Santiago y ofrece una mezcla de desafíos físicos y recompensas visuales. Pero si buscamos actividades culturales, también podemos visitar el museo Saraleguinea, el cual contiene una colección de arte y organiza exposiciones temporales que abordan diversos aspectos de la cultura vasca y la historia local.