Abdellhaq Machichi en las cocinas de la Escuela Restaurante D'ins, en Sant Adrià de Besòs (Barcelona).

Abdellhaq Machichi en las cocinas de la Escuela Restaurante D'ins, en Sant Adrià de Besòs (Barcelona). Cedida

Sociedad

De jugarse la vida en una patera para venir a España a tener un futuro brillante en la cocina

Abdellhaq se apuntó al curso de auxiliar de cocina de la Fundació Formació i Treball, y ahora trabaja en su escuela restaurante en Barcelona.

1 agosto, 2023 02:45

Abdellhaq Machichi nació en Marruecos hace 22 años. Y como otros tantos niños en el mundo, no tuvo la suerte de nacer en el lugar correcto. Con una edad tan tierna como la de los 13 años, se vio obligado a trabajar en el campo, cultivando y recogiendo fruta. Pero la vida le deparaba un nuevo destino. Con 15 años, y una mochila cargada de sueños, abandonó su casa para embarcarse en una patera con destino a España

Andalucía fue la primera parada. Pasó sus primeros días en un centro de menores. A las pocas semanas, viajó a Cataluña, donde sería tutelado por la Dirección General de Atención a la infancia y la adolescencia (DGAIA). No pasó mucho tiempo hasta que tuvo que tomar la decisión vital de qué carrera laboral seguir. La incertidumbre se apoderó de él. Hizo varios cursos, entre ellos de peluquería y de logística. 

Dedicarse en cuerpo y alma a su pasión, la cocina, sin embargo, no era algo que hubiera pasado por su cabeza. “Tenía una amiga catalana y le gustaba la comida que yo hacía, y me aconsejó que hiciera algún curso de cocina”, explica Machichi. “Ya había hecho antes otros cursos, pero nada de cocina y me hacía sentir bien”. 

Al final, se apuntó al programa ‘No te pares: formación en alternancia para jóvenes en riesgo de exclusión’ de la Fundació Formació i Treball en Sant Adrià de Besòs (Barcelona), un curso que se puso en marcha gracias a la convocatoria de anual de ayudas a entidades sociales de la Fundación Mutua Madrileña

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“Este curso está dirigido a jóvenes, como Abdellhaq, que se encuentran bajo medidas de protección, especialmente tutelados y extutelados, gran parte de ellos sin permiso de residencia ni trabajo”, afirma Susana Zayas, responsable del Área de inserción sociolaboral de la fundación. 

Un ambiente de trabajo real 

Al igual que otras escuelas de hostelería, la Fundació Formació i Treball cuenta con la Escuela Restaurante D’ins, donde los alumnos pueden trabajar y aprender en un ambiente laboral real. “Lo que se pretende con esta formación es conseguir la integración sociolaboral de estos jóvenes mediante el despliegue de itinerarios encaminados a alcanzar su autonomía e inserción laboral, con posibilidades de crecer profesionalmente”, señala Zayas. 

El primer paso para Machichi, como todo aquel que quiere acceder al mundo de los fogones, fue aprender todos los tipos de cortes: juliana, brunoise, etc. “Tienes que aprender a hacerlo, ya que es lo más importante”, asegura. Después, los primeros platos que aprendió fueron los mar y montaña (mar i muntanya) tan típicos de Cataluña. 

Adicionalmente a las competencias técnicas básicas dentro de la cocina, uno de los aspectos fundamentales que busca fomentar el programa es el liderazgo, algo que los y las alumnas tuvieron que poner en práctica a través de retos grupales. “Estos retos se basaban en una metodología de aprendizaje por proyectos donde ellos y ellas lideran sus proyectos, aprendiendo a presentar en público, a trabajar en equipo, a tomar decisiones y, lo más importante, a equivocarse y a rectificar”, explica Zayas.

Y es que el restaurante no es una simple escuela, sino un “espacio productivo real competitivo”, donde el cliente es el que valora finalmente el trabajo que realiza el equipo. En este sentido, la organización es clave. Machichi tuvo que aprender a gestionar mejor su tiempo, “a no llegar justo de tiempo”, como él mismo afirma. Por ejemplo, si entra a las 14 horas a trabajar, ahora siempre llega 10 o 15 minutos antes. 

Aunque no solo es un espacio competitivo, sino que también es un espacio protegido y, como tal, los alumnos tienen la oportunidad de “adquirir la experiencia necesaria para crecer profesionalmente”, señala la responsable del Área de inserción sociolaboral.

Por ello, este curso de auxiliar de cocina no piede de vista otros aspectos esenciales de la vida diaria y se combina con la formación en competencias básicas y transversales como la mejora de la lengua, las competencias digitales y las de búsqueda de empleo. 

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Mediante esta formación, afirma Zayas, casi un 65% de los alumnos consiguió encontrar un empleo y “gran parte de ellos pudo regularizar su situación administrativa irregular”, un requisito fundamental para poder soñar con un futuro en nuestro país. De hecho, tal es su éxito que para la fundación ya se ha convertido en “instrumento imprescindible para generar puestos de trabajo a personas en riesgo de exclusión social”. 

En el caso de Machichi, al final del curso, hizo prácticas en un restaurante en el turno de noche. Su buen hacer le valió una oferta para que se quedara. Pero él, fiel a sus ideales, decidió permanecer en el restaurante de la Fundació Formació i Treball, donde también le ofrecieron la permanencia. Ahora, ya lleva un año y cinco meses trabajando ahí. 

Un "futuro prometedor" 

El niño que trabajaba en el campo a los 13 años y que con 15 decidió embarcarse en un peligroso viaje, tiene ahora un futuro brillante por delante, algo que él mismo busca con gran ahínco. “Me gustaría llegar a ser encargado, tener un equipo de trabajo. Gracias a la experiencia que he conseguido estando en cocina, en ocasiones he podido gestionar un equipo y me gusta hacer eso. Es mi objetivo”, asegura. 

Para él, lo más bonito del mundo de la cocina es que nunca nada permanece estático. Siempre hay algo nuevo. Siempre hay algo que aprender. “Tienes que seguir formándote y trabajando, con una actitud positiva”, afirma el joven. 

Su constancia, su tesón y su pasión por la cocina hacen que sus formadores hablen maravillas de él y que se haya convertido en todo un modelo a seguir dentro de la escuela. “Ha demostrado ser una persona con una motivación excelente para mejorar a todos los niveles y actualmente ha conseguido un trabajo estable como cocinero, aprendiendo día a día y mejorando en este sector que le apasiona y donde tiene un futuro prometedor”, dice de él Zayas.