Álvaro Reyes en una imagen de su cuenta de Instagram.

Álvaro Reyes en una imagen de su cuenta de Instagram.

La Jungla / Social VIRAL

Álvaro Reyes, el 'gurú de la seducción' que provoca vergüenza ajena a Twitter con sus tácticas

En La Jungla. Álvaro Reyes 'enseña' a los hombres a ligar con mujeres con tácticas que están siendo muy criticadas en las redes sociales.

23 octubre, 2021 23:57

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Si creías que eso de las escuelas de seducción eran cosa del cine o la literatura es que no conoces a Álvaro Reyes y, por hacerte un favor, te advertimos desde este primer párrafo que en ocasiones como esta casi es mejor seguir viviendo en la ignorancia. Se define a sí mismo como "master coach, speaker, mentor y visionario", presumiendo de enseñar "habilidades sociales para mejorar tus relaciones" y huyendo de cualquier terminología que lo relacione con ligar aunque sea esto lo que difunde entre sus más de 184.000 seguidores en Instagram.

Quizás las múltiples peticiones de cierre de su canal o el escrache feminista que sufrió en el pasado haya hecho que Jeremías Pérez —que así se llama en realidad— se mueva con algo más de cautela. El youtuber ha montado todo un negocio internacional a su alrededor, ofreciendo su "ticket directo al éxito social" para atraer "naturalmente a las mujeres más atractivas" a este y al otro lado del charco. Ofrece sus servicios a hombres heterosexuales para los que seducir es una afición más.

Basta un recorrido por el contenido que publica en sus redes para darse cuenta de que lo que promueve Reyes no son algunas claves para que sus "jugadores" —que así llama a sus seguidores— consigan romper el hielo con la chica que les gusta, sino una especie de competición para ver quién de ellos logra más contactos con mujeres atractivas. Una oda al consumo de cuerpos que canaliza a través de un sistema de "mentoría" donde divulga sus tácticas.

"Podría enamorarme"

Es común, por ejemplo, que muchos de sus vídeos mostrando sus dotes de seductor estén grabados en la calle, sin que las mujeres lo sepan, mientras Reyes las intenta llevar a su terreno con frases que dan auténtica vergüenza ajena y podrían suponer un acoso en toda regla:

Accedemos a la web de Reyes y cubrimos una encuesta para ver si somos aptos para seguir adelante con la mentoría. A la octava pregunta ya nos plantean si queremos "mejorar resultados con las mujeres y entender la psicología femenina", si queremos "multiplicar mis resultados" o si es que buscamos la ayuda del gurú porque "es una persona que ya ha logrado lo que yo deseo". Tres preguntas después llega el "cuánto podrías invertir".

Nos dan a escoger entre menos de 1.000 dólares, entre 1.000 y 5.000, entre 5.000 y 10.000 o más de 10.000 dólares. Sospechamos que la criba de candidatos empieza aquí. Consultan también nuestros ingresos mensuales y otros datos personales para acabar seleccionando una fecha en la que nos llamará su equipo "para una sesión estratégica y ver si eres apto". Decidimos no solicitarla porque una retirada a tiempo es, más que nunca en este caso, una victoria.

El mercadeo de Álvaro

El motivo por el que Álvaro Reyes ha llegado a las páginas de La Jungla es que parte de su contenido ha sido duramente criticado esta semana en Twitter hasta hacerse viral. El primero que ha llamado la atención sobre "los truquis" del gurú ha sido Hematocrítico, el tuitero gallego que cuenta con más de 147.000 seguidores en la red y se ha mostrado muy crítico tanto con el youtuber como con sus seguidores, a los que ha calificado de incels:

El mismo día, la divulgadora Rocío Vidal —que lleva años denunciando las prácticas de Reyes— volvía también a la carga mostrando una clasificación "simplista" de mujeres que había elaborado y difundido a través de sus redes:

Esperemos que algún día los jugadores se den cuenta de que un hombre no es el más indicado para contarles los entresijos de la psicología femenina y dejen de hacer el ridículo aplicando trucos tan nefastos como hablar todo el rato de uno mismo en la primera cita porque a ese tipo de tíos las mujeres siempre los hemos visto como unos plastas.