Los zascas a Echenique tras su chiste sobre Pablo Casado y Mariano Rajoy

La convención nacional del Partido Popular empezaba este lunes en Santiago de Compostela haciendo una demostración de artillería pesada al juntar en un escenario al líder Pablo Casado con el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy; el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y el vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas. Es este un evento itinerante que recala también en Valladolid, Madrid, Sevilla, Cartagena y Valencia.

El discurso de Rajoy ha dejado varios titulares suculentos, pero quizás el mensaje más potente de la jornada era el que se deslizaba de una imagen tomada por el fotógrafo Emilio Lavandeira Jr. para EFE. El fotoperiodista disparó en el preciso momento en el que Casado y su antecesor al frente del PP subían a la tarima en la que estarían charlando ante dirigentes y militantes populares con el mismo gesto: ambos apoyando su pie derecho para tomar impulso.

Los dos con los brazos estirados a lo largo del cuerpo, Rajoy mirando hacia abajo para anticiparse ante un posible obstáculo y Casado con la vista al frente. A la derecha de la imagen un cartel que reza "Creemos" y en el que se proyecta la sombra el expresidente como si fuese el mismísimo Nosferatu de Murnau. Tan icónica imagen ha conseguido conquistar las portadas de gran parte de los diarios y esa casualidad ha llamado la atención de Pablo Echenique.

"Una maldad en portada"

El portavoz de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados ha querido hacer un chiste en Twitter seleccionando las cabeceras de El Mundo, ABC y El País en las que aparecía la fotografía y añadiendo que "a veces, para hacer una maldad en portada, basta con elegir bien la foto":

No hay que ser un genio para saber que tras la publicación del tuit a Echenique han empezado a caerle los zascas porque su imán para los haters es casi tan potente como el de Gabriel Rufián. Estas son algunas de las réplicas que le han dedicado en la red social:

Una demostración más de que el chiste más inocente, según quien lo haga, puede volverse en su contra.