Cristina Cristo y Javier Clemente, la pareja que ha comprado una casa en Humada a 4.000 euros.

Cristina Cristo y Javier Clemente, la pareja que ha comprado una casa en Humada a 4.000 euros. Cedida

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Cristina y Javier, la pareja que ha comprado una casa en Humada al arzobispado por 4.000 €: "En invierno somos 6"

La pareja compró una casa en un pueblo de Burgos. El proceso de reforma se puede ver en su canal de Youtube "Casa del cura" y en su blog "Dosnómadas".

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Cristina Cristo (Barcelona, 1971)y Javier Clemente (Barcelona, 1969) se han hecho con una casa por 4.000 euros en Humada, Burgos. Uno de esos pueblos de laEspaña vaciada, término que se refiere a las zonas rurales del país que pasan por un proceso de despoblación y envejecimiento de sus habitantes. 

Ante esta situación, muchas casas de estos pueblos se quedan abandonadas, algunas llegan a estar en ruinas y en situaciones muy deplorables. Pero la realidad es que donde unos ven una complicada situación, otros ven una oportunidad de mercado, pudiendo transformar esa casa en un hogar acogedor. Esta es la historia de una pareja, que a partir de la pandemia quiso dar un giro a sus vidas cuando compraron una casa a bajo coste en Humada (Burgos).

El proceso de reforma de esa casa se puede ver en su blog "Dosnómadas" y en su canal "Casa del cura". Nombre que viene dado porque la casa que compraron pertenecía al arzobispado. En el canal se puede apreciar cómo ambos arriman el hombro para transformar un descampado en un patio o la “guerra” que puede dar un tejado.

La casa antes de la reforma.

La casa antes de la reforma. Cedida

"Hemos estado dando muchas vueltas y no hemos tenido una vida, lo que se entiende hoy en día por estable. Antes de la compra de la casa estuvimos viviendo en una furgoneta, también hemos vivido en Salamanca y en otros pueblos", explica Javier en conversación con EL ESPAÑOL.

"No tenemos un arraigo especial, solamente pues eso, vamos a ver la familia un par de veces al año", comenta Javier. Él se dedica a dar soporte técnico a tiendas y e-commerce, trabajo que le permite ejercer en cualquier parte donde se encuentre. No necesita un punto concreto donde permanecer al ser freelance.

Esto, junto a la situación actual de las hipotecas, les llevó a aventurarse en la compra de una casa de pueblo a tan bajo coste. "Ningún banco en su sano juicio nos iba a dar una hipoteca y tampoco estábamos por la labor, con la edad que tenemos ya, de meternos en una, ni aunque fuera de 20 años, es imposible".

"Es que está sobrevalorado todo eso, es súper injusto pagar tantísimo por una vivienda. Al final pagas tres viviendas con la tontería", expresa Cristina a lo que él añade "te mueres y sigues pagando".

Casa tras la reforma.

Casa tras la reforma. Cedida

"Nos tiramos tres meses dando vueltas, viendo casas. Lo que pasa es que esta nos gustó. El sitio está bien, está dentro del geoparque de Las Loras", explica Javier. Un lugar donde nace el río Odra y donde “ven montañas, tiene mucho verde, hay sembrados…”

Además, Cristina explica por qué les gusta tanto el sitio y es principalmente gracias a esa naturaleza: "Nosotros somos de Barcelona, nos gustan mucho los Pirineos. Entonces dices, bueno, me puedo sentir cómoda, aunque salvando las distancias".

Al ser preguntados por cómo se sienten en el pueblo como nuevos vecinos comentan que la gente de ahí les ha recibido bien y que se sienten bien. Por otro lado, el ayuntamiento colaboró con ellos en todo momento y les ayudó.

Una casa a bajo coste

La casa se llegó a poner en venta en 12.000 euros, se tiró un año así, pero no se vendió, porque estaba en muy mal estado, aunque no se había caído el tejado. Pero nosotros vimos el anuncio, en una plataforma de inmuebles y el precio era de 8.000 euros. Y nosotros fuimos a ver la casa", explica el barcelonés.

"La vimos y pensamos luego lo que había que hacer. Dijimos que nosotros, más de 4.000, no estábamos dispuestos a pagar. Teniendo en cuenta que el propietario de la casa era el arzobispado de Burgos, que no era un señor, no era una persona en particular. Pues contra todo pronóstico, no lo esperábamos y aceptaron la oferta", añade Javier.

Oferta, que respetaron hasta el final. "Nos tuvimos que esperar dos meses porque todo viene en un conducto del arzobispado, que tiene que presentarse a una comisión, una serie de historias que tienen ellos como trámite. Al final con impuestos fueron 5.500 euros, más o menos".

El hecho de comprar una casa antigua o casi derruida genera muchas dudas a la hora de hacerlo, sobre todo por las reformas que puede conllevar ese proceso. "Estamos pendientes de fecha de juicio, porque el tejado está mal ejecutado, hay que quitarlo y hay que volver a ponerlo", explica él.

Muro caído antes de la reforma.

Muro caído antes de la reforma. Cedida

"Pero en nuestra cabeza, es que todo en conjunto, al final, no vaya más allá de los 40.000 euros". A lo que Cristina añade que eso se debe a "que lo están haciendo ellos mismos". De manera que ahorran dinero en mano de obra.

De otra manera no les saldría a cuenta porque serían "80.000 o 90.000 euros entre materiales y mano de obra" matiza Javier. De manera que están encargándose de comprar los materiales directamente a las empresas y están aprendiendo mucho por su propia cuenta.

Los desafíos que conlleva

Se trata de una casa de "piedra, barro y madera con muros de 80 centímetros de grosor". Por otro lado, al ser preguntados sobre si hubo alguna inmobiliaria de por medio en el proceso, Javier comentaba lo siguiente: "A nosotros, cuando vinimos aquí a ver la casa, nos la enseñó un vecino del pueblo que tenía las llaves. Aquí no estuvo involucrada ninguna inmobiliaria".

Mucha gente al ver lo que supone el proceso de compra y reforma de una casa de este estilo se echaría para atrás, pero Javier y Cristina, tenían claro que si hacían una oferta y la aceptaban se quedaban con la casa. Además, es una casa con la que Cristina se cruzó por el portal en más de una ocasión, pero pasando de largo.

"El patio se lleva más de un 50% de la faena de la obra", comenta ella, a lo que Javier añade "que era un descampado". Han tenido que levantar muros de piedra y sacar tierra del terraplén. Cristina recientemente, reconstruyó los muros de piedra de "60 centímetros de grosor".

Por otro lado, se han replanteado poner ellos mismos el tejado y quitar el anterior que "no era de los baratos pero estaba mal apoyado". Javier comenta que se han informado mucho en cómo poder hacer ellos toda la obra con hormigones de calidad y que "el precio de un tejado oscila entre 25.000 y 30.000 euros".

Muro levantado tras la reforma.

Muro levantado tras la reforma. Cedida

La pareja escogió un pueblo frío, donde nieva, pero con paisajes verdes y bonitos regados por una lluvia constante. "En invierno somos seis contándonos a nosotros", bromeaba Javier. Ante esta situación, el teletrabajo puede transformarse en un modus vivendi para aquellos que quieren vivir en un lugar lejos de las grandes metrópolis. Pero para ello hay algo indispensable, "que haya buena cobertura de móvil", expresa Javier.

Para él, es fundamental combatir esta situación mediante la mejora de los servicios. "Que los pueblos puedan disfrutar de fibra óptica". Ella añade que en su momento "descartaron muchos sitios que no tenían cobertura". Una situación que se vio solventada gracias a los fondos europeos. "De los nueve pueblos del valle, siete la tienen", añade él.

Al ser un pueblo tan pequeño, no hay ninguna tienda, por lo que la compra semanal y la colada la hacen en Aguilar de Campoo, "pueblo que está a 24 km". Por lo que se depende del coche, pero a ellos, les gusta el silencio, la tranquilidad y el reposo. Aunque Javier hace hincapié en que son de los más jóvenes en el pueblo, aunque recientemente "hay una familia joven que compró una casa y que han tenido un hijo hace nada".

Autosuficiencia y adaptación

"Sabíamos que hacía frío. Lo primero que hicimos cuando llegamos aquí, en pleno mes de julio y agosto, fue comprar una estufa de leña porque sabíamos que ya venía el invierno. Nos hemos adaptado muy bien. Mucha gente pensaba, "Estos son de Barcelona, no van a pasar el primer invierno y ahora ya nos hemos convertido en los más agros de la zona", comenta Javier.

"Tenemos sierras, cortamos árboles, nos cortamos la leña nosotros. No la compramos, aquí tenemos el contacto ya con Medio Ambiente que nos dice los árboles que podemos cortar. Somos autosuficientes. Nosotros no compramos nada ni para calentarnos ni para nada. Nos instalamos enseguida calentador de agua".

Además, aconsejan a quienes se quieran comprar una casa similar "que lo más importante es que la casa tenga una base, que tenga luz y agua para trabajar aunque la casa esté medio caída. Ahora sabemos un montón y mucha gente viene a pedirnos consejos y nosotros les echamos una mano".