Álvaro Romillo estuvo al frente de una empresa de venta de plumas de lujo, RomilloPens, antes de montar la estafa piramidal que lo ha llevado a prisión preventiva.

Álvaro Romillo estuvo al frente de una empresa de venta de plumas de lujo, RomilloPens, antes de montar la estafa piramidal que lo ha llevado a prisión preventiva.

Reportajes

Álvaro Romillo está en prisión: el vendedor de plumas que financió a Alvise y estafó 260 millones como 'CryptoSpain'

Francisco Jiménez, director del despacho de abogados que representa a los afectados, asegura que sus declaraciones están plagadas de "incoherencias".

Más información: El juez manda a prisión por riesgo de fuga a Álvaro Romillo, el financiador de Alvise investigado por estafa.

David García
Publicada
Actualizada

Jueves, 6 de noviembre. Agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, en el marco de la operación PONEI, detienen a Álvaro Romillo, el mismo hombre que aseguró haber entregado a Alvise Pérez 100.000 € para financiar la campaña de SALF en las elecciones europeas.

El empresario, de 40 años, conocido en sus redes sociales con el sobrenombre de 'Luis' o 'CryptoSpain', es sospechoso de liderar una organización criminal internacional dedicada a la estafa y al blanqueo de capitales.

Su comparecencia ante la Audiencia Nacional estaba fijada para el día siguiente, pero el juez José Luis Calama, a cargo de la instrucción, consideró que existía riesgo de fuga.

El empresario Álvaro Romillo, en una imagen reciente.

El empresario Álvaro Romillo, en una imagen reciente. Europa Press

El motivo de la detención fue el hallazgo de una cuenta asociada a su nombre radicada en Singapur. Por ella pasaron, al menos, 29 millones de euros. La investigación también atribuye al detenido el control de una red de 26 sociedades con presencia en once países, entre ellos Hong Kong, Portugal, República Dominicana, Estonia y Albania.

A través de esta presunta estafa, Romillo se habría hecho con más de 260 millones de euros de los bolsillos de unas 3.000 víctimas, las cuales, hasta el momento, sólo han podido recuperar alrededor del 2% invertido.

Tras testificar ante la Fiscalía, el juez ha enviado a Álvaro Romillo a prisión provisional y sin fianza.

Según Francisco Jiménez, director de Zaballos Abogados, el despacho que representa a parte de los afectados, las declaraciones de Romillo estuvieron plagadas de "contradicciones e incoherencias".

Romillo negaba haber ocultado bienes, pero él mismo ha reconocido cómo usaba familiares para quedarse con esos bienes. Prometía rentabilidades, pero bajo interrogatorio "ha reconocido que ninguna obra dio rentabilidad".​

Su negocio, Madeira Invest Club, MIC, era una máquina de transferencias circulares donde el capital de los nuevos inversores pagaba los dividendos fantasma de los antiguos. No había actividad económica real. Sólo humo, criptomonedas y muchas promesas incumplidas.​

Según Jiménez, Romillo "presentaba una estrategia de marketing agresiva, envolvente, disuasoria, convincente, pero a la hora de la verdad lo suyo no era más que una 'chapuza Ponzi' de toda la vida".

Pero, ¿quién es Álvaro Romillo, cómo acabó investigado y por qué Alvise aparece vinculado a su polémica figura?

Momento de la detención de Álvaro Romillo por parte de agentes de la UCO.

Momento de la detención de Álvaro Romillo por parte de agentes de la UCO. Guardia Civil / Europol

Plumas a 700€ y el chiringuito MIC

La trayectoria empresarial de Romillo comenzó dos décadas atrás, cuando a sus 18 años fundó Anlayout Comunicación S.L., más tarde rebautizada como Pixeline S.L. Una empresa dedicada a la venta de plumas estilográficas, bisutería y diseño gráfico.

En 2006 dio un salto hacia el lujo con RomilloPens, una marca española de plumas fabricadas artesanalmente cuyos precios oscilaban entre 700 y 1.500 €. Participó incluso en eventos como el Madrid Pen Show en sus ediciones de 2009 y 2011. En esta aventura ya lo acompañaba su padre, Domingo Romillo.

Sin embargo, en 2015, RomilloPens desapareció del mapa. En 2018 la empresa había muerto. Romillo se esfumó. Nadie supo de él. Igual que nadie imaginó que estuviese a punto de volver a los focos reconvertido en un gurú de las criptomonedas y las finanzas alternativas.

En 2021, Álvaro Romillo ya no era Álvaro Romillo, sino Luis. A secas. Se vendía a sí mismo como asesor financiero y hablaba con el rostro cubierto por una mascarilla negra.

Álvaro Romillo cuando aún estaba al frente de la empresa de venta de plumas estilográficas RomilloPens.

Álvaro Romillo cuando aún estaba al frente de la empresa de venta de plumas estilográficas RomilloPens.

Su nueva especialidad era la asesoría fiscal a particulares y empresas, pero con un giro ideológico muy específico: enseñar a sus clientes estrategias de "elusión fiscal", un eufemismo que apenas velaba la intención real. En uno de sus discursos dijo lo siguiente:

"Con menos de la mitad del dinero que se recauda de impuestos podríamos tener un sistema con mejor salud, mejores infraestructuras, mejor educación y mejor seguridad. Pero tu país y el mío nos roba todo lo que puede".

Romillo creó una plataforma online en la que ofrecía cursos por 100 € sobre fiscalidad y criptomonedas. Años después, en 2022, creó CryptoSpain, una plataforma donde se presentaba como experto en criptoinversiones.

Madeira Invest Club: el chiringuito

En 2023, Romillo creó un club privado de inversión al que bautizó como Madeira Invest Club. Quien quisiera acceder debía pagar una membresía de 2.000 €. Con ella, tenía acceso a privilegios, como poder hacer inversiones en obras de arte digital (NFT), relojes de lujo, colecciones de whisky o vehículos deportivos. Siempre con la garantía de que la inversión retornaría un 20% anual de rentabilidad, como mínimo.

Los inversores ponían su dinero y recibían pequeños retornos. Esas migajas generaban confianza, por lo que seguían invirtiendo. Este mecanismo es típico del conocido como 'sistema Ponzi': el dinero de los nuevos inversores financia los dividendos de los antiguos.

Lo que no sabían los inversores es que muchas de esas inversiones no existían. Ni las obras de arte, ni los relojes, ni el whisky. El dinero se fugaba en un pintoresco laberinto de transferencias, criptomonedas y testaferros.

En mayo de 2023, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) advirtió que el MIC era un "chiringuito financiero" no autorizado. Ni estaba registrado ni cumplía con la regulación vigente.

Según las investigaciones de la UCO y la Audiencia Nacional, su entramado se llegó a extender por once países diferentes a través de 26 sociedades pantalla, muchas de las cuales carecían de actividad económica real.

El corazón operativo estaba en Portugal. Dos empresas clave —Maidentok LDA y Sabrosso LDA— funcionaban como epicentro de sus operaciones y estaban controladas por Romillo y su padre.

"Domingo Romillo era una persona que estaba prácticamente al mismo nivel que Álvaro", asegura Francisco Jiménez. "Su padre se fía del hijo y él de su padre; hacen y deshacen juntos. Pero quien ha tenido una larga trayectoria empresarial previamente ha sido Domingo".

"Es él quien se pone residente en Portugal, quien busca triquiñuelas fiscales. Luego están los tíos de Álvaro: Juan Carlos y su esposa, Agustina". Gabriela Llana, pareja de Domingo, prestaba su nombre a varias de las estructuras corporativas. La red familiar tejía una malla de sociedades, residencias fiscales y transferencias.

El empresario Álvaro Romillo, junto a sus abogados, en la Audiencia Nacional.

El empresario Álvaro Romillo, junto a sus abogados, en la Audiencia Nacional. Javier Corbacho

Pero Madeira Invest Club no era su única empresa operativa. Paralela a ella, Romillo tenía otro negocio: Sentinel BQ.

Sentinel se presentaba como un depósito de seguridad ubicado en el barrio de Salamanca, en Madrid. Su eslogan rezaba lo siguiente: "La seguridad del anonimato a disposición de tu dinero". En teoría, ofrecía alquiler de cajas de seguridad.

La empresa disponía de aproximadamente 5.000 compartimentos. Su clientela accedía para guardar efectivo, metales preciosos y relojes de valor incalculable. No había ningún procedimiento identificativo. Ninguna solicitud de datos personales. Ningún registro que generase trazas documentales.

"Ahí tenemos delitos fiscales", asegura Jiménez, preguntado por las implicaciones legales de Sentinel. "De la declaración de Romillo se han puesto encima de la mesa indicios más que serios y evidentes de delitos fiscales que se deben añadir ahí. Sentinel era una maquinaria de defraudación fiscal tremenda".

Lo más inquietante fue la documentación que faltaba. "¿El contenido de esas cajas? No ha querido responder dónde está. Si había oro, dinero en metálico, joyas, relojes, vete a saber qué... nadie lo sabe, salvo Álvaro Romillo".

Cuando los investigadores confrontaron a Romillo, este admitió que tampoco había recibos. "Cuando le han preguntado precisamente por eso, si tenía documentadas las entradas de dinero, decía que no. Que para qué. ¿Cómo iba a interesarle, si su intención era no devolver nada?".

El robo del 11 de agosto

Una de las incógnitas del caso es el motivo del asalto que sufrió Romillo la madrugada del 11 de agosto de 2024 en su domicilio de San Sebastián de los Reyes. Cinco hombres encapuchados irrumpieron en una casa que había alquilado apenas un mes antes.

Lo que sucedió en esas pocas horas fue presentado como un asalto a mano armada: los intrusos lo maniataron junto a su pareja durante cuatro horas, le obligaron a transferir 1,2 millones de euros en criptomonedas, sustrajeron relojes y joyas valoradas en 500.000 euros y buscaron, según afirmó Romillo, "40 millones en criptomonedas" que supuestamente poseía.

El suceso se convirtió en carnaza mediática: la historia del rico estafador víctima de sus propios estafados. Pero cuando la Fiscalía Anticorrupción comenzó a interrogar a Romillo sobre los detalles del asalto, algo no cuadraba.

"Hay muchas contradicciones encima de la mesa en el interrogatorio, muchas cosas sin sentido", considera Francisco Jiménez. De hecho, la defensa de los afectados sostiene una hipótesis radicalmente distinta a la versión oficial:

"Nosotros sostenemos la hipótesis de que puede tratarse de un robo simulado. Lo que queda claro es que disponía de mucho dinero en metálico, en criptomonedas, joyas, oro. Lo suficiente para pensar que hay un riesgo de fuga y de ocultamiento de bienes", señaló Jiménez.​

Todo esto, según él, refuerza la urgencia de la prisión preventiva.

La relación con Alvise Pérez

La historia de cómo Romillo y Alvise Pérez se conocieron fue explicada por el primero en una entrevista con Ana Pastor en el programa Conspiranoicos de La Sexta. Según él mismo señaló, fue el empresario quien intentó el primer contacto con el agitador en 2023.

Romillo envió un audio a Alvise a través de WhatsApp ofreciéndole asesoría fiscal. Alvise nunca lo escuchó, o así lo aseguró después.

Sin embargo, a inicios de 2024, el fundador de Se Acabó La Fiesta (SALF) contactó a Romillo. Su mensaje fue breve y directo: "No sé por qué nunca escuché tu audio". Lo que siguió fue una conversación telefónica que revelaría las verdaderas necesidades del eurodiputado.

Alvise tenía un problema: había recibido donaciones en forma de criptomonedas de sus seguidores —sus "ardillas"— pero necesitaba efectivo real. Meses después, Romillo organizó un acto masivo en el Hipódromo de la Zarzuela, en Madrid, que tuvo una convocatoria de unas 3.000 personas.

El enigma de las 5.000 cajas fuertes de Romillo, el socio de Alvise: montó un paraíso fiscal en el centro de Madrid

El enigma de las 5.000 cajas fuertes de Romillo, el socio de Alvise: montó un paraíso fiscal en el centro de Madrid

Alvise se dirigió a la audiencia con un discurso que jugaba exactamente en el terreno ideológico que Romillo quería: el rechazo frontal al Estado y la tributación fiscal.

"En realidad vosotros aquí estáis haciendo un cierto tipo de política, la contrapolítica, a un Estado mafioso y, perdonadme que lo diga, criminal, que os roba más del 70-75% de todo lo que producís cada año. Eso, amigos míos, no sé cómo lo llamaréis vosotros, pero yo lo llamo esclavismo moderno"​

Romillo, con su clásica mascarilla negra ocultándole el rostro, aplaudía. El teatrillo funcionó. Tras ese acto, nuevos inversores entraron al Madeira Invest Club. Para entonces, la CNMV ya había advertido de que el MIC era un "chiringuito".

Alvise, sin embargo, no era simple un orador, sino un presunto cliente que necesitaba líquido. Según los mensajes de WhatsApp aportados por Romillo a la Fiscalía —y que este periódico ha podido verificar a través de fuentes judiciales— Alvise le pidió entre 300.000 y 360.000 euros para financiar su campaña a las elecciones europeas.​

El 27 de mayo de 2024, en las mismas oficinas de Sentinel, uno de los trabajadores de Romillo le entregó 100.000 euros en efectivo a Alvise Pérez. Alvise se comprometió a ejercer presión legislativa en Bruselas a favor del sector de criptomonedas y a hacer de "lobby" en el Parlamento Europeo para beneficiar el negocio de Romillo.

"Tras recibir confirmación por parte de mi empleado de que efectivamente entregó esa cantidad [aseguró el criptoempresario], escribo al señor Pérez para reconfirmar, respondiéndome [Alvise Pérez] que todo ok y que 100.000 gracias".

Las versiones de los hechos divergen de manera radical a partir de ese momento. Romillo sostiene que los 100.000 euros eran financiación directa para la campaña electoral de Alvise. Es lo que afirmó en su denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción el 19 de septiembre de 2024, apenas una semana después de que el Madeira Invest Club colapsara.

Alvise lo niega. En su testimonio ante el Tribunal Supremo, en julio de 2024, afirmó que se trataba de "servicios de asesoría y promoción" realizados de forma privada. Según él, conservó la mitad del dinero e invirtió la otra mitad en "gastos personales y profesionales", sin especificar cuáles.

l eurodiputado y líder de Se Acabó La Fiesta (SALF), Luis 'Alvise' Pérez, a su llegada para declarar en el Supremo.

l eurodiputado y líder de Se Acabó La Fiesta (SALF), Luis 'Alvise' Pérez, a su llegada para declarar en el Supremo. Europa Press

Sin embargo, un informe de la Policía Nacional de septiembre de 2024 al que tuvo acceso EL ESPAÑOL consideró "evidente" que Alvise usó "fondos opacos" de "origen difuso" para sufragar su campaña a las europeas. El dosier señaló que la intención del hoy eurodiputado Luis Pérez (su nombre real) era no ser fiscalizado por el Tribunal de Cuentas.

Lo que complica aún más la situación de Alvise es que el propio juez Calama, en un auto judicial fechado en octubre de 2024, llegó a sugerir que el eurodiputado podría ser considerado "cooperador necesario" en el delito de estafa agravada por su papel activo en la promoción del Madeira Invest Club.

Mientras tanto, Romillo aguarda en prisión preventiva. "El juez, de entrada, ya ha hecho advertencia de que se está enfrentando a 18 años por organización criminal", concluye el abogado. "Esta persona puede enfrentarse a penas de hasta 30 años por estafa súper agravada".