Quique junto a la difunta Ainhoa.

Quique junto a la difunta Ainhoa.

Reportajes

La confesión de Quique tras matar brutalmente a su novia Ainhoa de 19 años en Librilla: "La cogí del cuello y apreté..."

Los familiares de ambos dibujan una relación "tóxica" con muchas "rupturas" y discusiones por "celos". El autor del crimen machista dejó su tratamiento psiquiátrico en junio por los malos tratos que sufrió a manos de su padre.

Más información: Un maltratador se quema a lo bonzo en Cieza y antes llama a su mujer: "Pon el móvil a grabar; no soy una buena persona"

Publicada
Actualizada

Quique estranguló con sus propias manos a Ainhoa: una chica con la que tuvo planes de futuro. Lo hizo mirándola a la cara hasta que la dejó sin aliento, junto al sofá de la vivienda que ambos compartieron durante dos años, en el número 2 de la calle Totana en la localidad de Librilla.

Una fuente judicial ha informado en exclusiva a EL ESPAÑOL sobre el contenido de la confesión que Manuel Enrique G. T. (1998) le realizó a su hermana, Antonia, como autor de un crimen machista, y de las circunstancias que rodearon a lo sucedido aquel trágico sábado 25 de octubre que nadie olvida.

La joven Ainhoa, de 19 años, el martes 21 de octubre puso fin a la relación sentimental y solo cuatro días después, su expareja, Quique, de 27 años, acudió a la vivienda que ambos habían compartido. Así lo desvela esta fuente judicial:

“El día 25 de octubre, con posterioridad a las 17.10 horas, el investigado se personó en el domicilio que había constituido la vivienda en común, situado en el número 2 de la calle Totana en Librilla, donde aún residía Ainhoa. Al entablar una conversación, se inició una discusión que derivó en una agresión entre ambos”.

“Durante el transcurso del altercado, Manuel Enrique G. T., actuando con ánimo de acabar con la vida de Ainhoa C. P., la sujetó por el cuello y ejerció presión hasta provocarle una pérdida de la respiración. Como consecuencia directa de dicha acción, la víctima falleció en el lugar, cayendo al suelo. Acto seguido, el investigado abandonó el domicilio”.

El portal del número 2 de la calle Totana en Librilla se encontró el cadáver de Ainhoa, el pasado domingo 26 de octubre.

El portal del número 2 de la calle Totana en Librilla se encontró el cadáver de Ainhoa, el pasado domingo 26 de octubre. Marcial Guillén / EFE

Una simple “discusión” fue el detonante del brutal ataque de Quique sobre Ainhoa, a la que sacaba ocho años: “La agarró del cuello y la asfixió hasta matarla”. El informe preliminar de la autopsia corrobora el agónico final que sufrió la chica: “Una insuficiencia respiratoria aguda, secundaria a sofocación y estrangulación manual".

"Este dato médico forense es compatible con una acción violenta directa, intencionada y letal, ejercida por el investigado, que además habría huido del lugar de los hechos”.

Una vez conocidas las circunstancias en las que se produjo este crimen machista, la instrucción judicial se centra en analizar el teléfono móvil de la difunta. El objetivo de esta pesquisa es profundizar en su noviazgo, a través del análisis de los mensajes cruzados entre Ainhoa y Quique, así como con su círculo familiar y social, para concretar si la joven sufrió un delito continuado de malos tratos durante la convivencia, que se sumaría al homicidio y que agravaría la condena de Quique.

Todo ello, a la vista de las dos conclusiones de calado a las que llega esta fuente judicial tras escuchar a familiares de ambas partes: el verdugo y la difunta. La primera conclusión: “La relación entre el investigado y la víctima, de carácter afectivo y prolongado en el tiempo, estaba deteriorada, con antecedentes de conflictos reiterados, episodios de violencia verbal y física y una ruptura reciente”.

Y la segunda: “Las declaraciones de testigos cercanos, como familiares o amistades, describen una dinámica de pareja marcada por la toxicidad, el control emocional y la agresividad, en la que se han documentado empujones, amenazas y lesiones justificadas por la víctima, lo que refuerza el contexto de vulnerabilidad”.

Aquel sábado, el ejecutor del estrangulamiento quiso evadirse de la responsabilidad de sus actos, con un suicidio fallido por sobredosis. Este veinteañero acabó ingresado en el Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia mientras que el cuerpo de la pobre Ainhoa se enfriaba en el número 2 de la calle Totana. Tres hermanas de Quique se presentaron en La Arrixaca y el veinteañero le confesó a su hermana Antonia el motivo por el que se atiborró de pastillas, por segunda vez, ya que también intentó quitarse la vida en el mes de marzo.

Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia donde ingresó Quique tras intentar suicidarse.

Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia donde ingresó Quique tras intentar suicidarse.

“Acudí al hospital junto a mis hermanas, Carmen y Gertrudis, a llevarle ropa y artículos de higiene personal a mi hermano que estaba ingresado en el Hospital Virgen de la Arrixaca", tal y como explica Antonia en sede judicial. "Entré sola a hablar con él y le pregunté porqué había vuelto a hacer esto, refiriéndome a la ingesta de pastillas”.

- Antonia: ¿Otra vez? ¿No habías dejado la relación? ¿Por qué has hecho esto otra vez?

- Quique: Ya es tarde. La he matado. La cogí del cuello, le apreté, la dejé en el suelo y se movía. Se me ha nublado la cabeza, no lo controlo, la he cogido del cuello y he apretado. Ya es tarde, la he matado, la Policía va a venir a por mí.

El veinteañero no se equivocó en el pronóstico que le hizo a su hermana en su confesión espontánea, ya que el domingo 29, marcado por el clásico Real Madrid–FC Barcelona, la Guardia Civil acudió a engrilletarlo en cuanto recibió el alta médica.

"Mi hermano me explicó que había acudido al domicilio tras recibir una llamada de ella. Discutieron y la asfixió cogiéndola del cuello". El relato de Antonia corrobora que Quique no fue capaz de digerir la ruptura y enfatiza en dos cuestiones, para aportar contexto a un crimen machista que no puede justificarse bajo ningún concepto.

En primer lugar, subraya el estado de salud mental de Manuel Enrique que tenía programada una cita con el psiquiatra el lunes 27 de octubre, debido a que en su infancia su padre lo maltrató y en su juventud no era habitual que saliera de casa. “Mi hermano estaba en tratamiento psiquiátrico por depresión, pero lo abandonó en junio”.

Una foto panorámica de Librilla donde se produjo el crimen machista.

Una foto panorámica de Librilla donde se produjo el crimen machista.

“Mi hermano había sido maltratado por mi padre y cuando otras personas le decían que era su viva imagen, se sentía afectado y lo pasaba mal”. Antonia, a pesar de que su cuñada ha sido estrangulada, afirma que Quique le contaba que su novia era “una manipuladora”, incluso pone ejemplos: "Ainhoa utilizaba el hecho de que su padre lo había maltratado para humillarlo”.

En este punto de su declaración en sede judicial, llega el segundo aspecto en el que incide Antonia sobre las causas que han rodeado a este crimen machista: una infidelidad de su cuñada. “En enero, Ainhoa engañó a mi hermano y él no logró superar ese episodio. Ainhoa reconocía en ocasiones la infidelidad, pero en otras la negaba. Cuando mi hermano hablaba de este asunto, apretaba la mandíbula, lo que yo interpretaba como una muestra de rabia contenida”.

“La noche que se enteró de la infidelidad, vino a casa llorando”. “Mi hermano decía que Ainhoa sacaba lo peor de él […]”. “Lo ponía al límite”. Pero lo cierto es que la única persona que llevó al límite la relación fue Quique: nadie merece ser estrangulado por romper la convivencia o por ser infiel. Cualquier persona comete errores en una relación sentimental y el castigo no puede ser la muerte porque no hay vuelta atrás.

Antonia confirma ante la magistrada que la convivencia de la pareja cesó cuatro días antes del crimen machista. “El martes de la semana, pasada, mi hermano se trasladó a casa de mi madre alegando que la convivencia ya no era beneficiosa para ninguno de los dos. El jueves, le acompañé al domicilio de Ainhoa para recoger sus pertenencias. Todo transcurrió con normalidad y al marcharse, ambos se abrazaron”.

El perfil que dibujan los familiares de Ainhoa sobre la relación que mantenía con Quique, va en la línea de las sospechas que tiene la titular de la plaza 3 del Tribunal de Instancia de Totana: era un noviazgo tóxico y por eso ha pedido el volcado del móvil de la fallecida, para encontrar pruebas que lo documenten -mensajes de WhatsApp, Instagram... -.

La familia de la difunta solicitará la mayor pena de cárcel posible para el veinteañero, ya que fuentes judiciales confirman que han contratado los servicios del afamado penalista Raúl Pardo-Geijo para ejercer una acusación particular.

Los juzgados de Totana se encargan de la instrucción judicial del crimen machista de Ainhoa.

Los juzgados de Totana se encargan de la instrucción judicial del crimen machista de Ainhoa. Totana.com

“Ainhoa y Manuel Enrique habían mantenido una relación sentimental durante cerca de 3 o 4 años. El investigado es una persona celosa y tóxica”, según expone la prima de la fallecida en los juzgados de Totana.

“Cuando Ainhoa se enfadaba con Quique, solía acudir a dormir a mi domicilio donde tenía incluso una habitación asignada. El 10 de febrero, observé un hematoma en uno de los brazos de mi prima y Ainhoa me confesó que se lo había causado Manuel Enrique. Yo le pregunté a él y me respondió: ‘Solo la empujé para salir de su casa, me tenía que salir para salvarla’”.

El relato de la prima de Ainhoa apunta al perfil agresivo del ahora encarcelado y el carácter sumiso de la víctima mortal de esta historia que ha conmocionado a los 6.000 vecinos de Librilla: “Mi prima tendía a justificar las agresiones […]”.

“En otra ocasión, durante las fiestas de Librilla, Ainhoa tenía previsto ponerse un vestido, pero finalmente optó por una camiseta normal debido a los celos de su novio”. “Quique llegó a decir que no podía mirar a la cara a Ainhoa por la infidelidad y que si la veía: ‘La reventaba’”.

El affaire que mantuvo la joven con un compañero de trabajo aparece en las declaraciones de los familiares de Quique y de Ainhoa. “Las discusiones solían originarse por motivos banales, pero se intensificaron a raíz de la infidelidad, derivando en conflictos motivados por los celos”.

Algunos de esos episodios se saldaron con heridas que llamaban la atención de esta joven, bien porque veía a Quique con "los nudillos dañados" o a su prima Ainhoa con "un hematoma pequeño". 

Un agente de la Guardia Civil, este domingo por la noche, tras inspeccionar la vivienda de la calle Totana donde fue hallado el cuerpo sin vida de Ainhoa.

Un agente de la Guardia Civil, este domingo por la noche, tras inspeccionar la vivienda de la calle Totana donde fue hallado el cuerpo sin vida de Ainhoa. EFE / Marcial Guillén

"Rupturas continuas"

Tan “acaloradas” eran las discusiones que mantenían que esta familiar de la fallecida asegura que se veía obligada a "intervenir", para que se "tranquilizaran", ya que se enzarzaban en la peña de las Fiestas de Librilla. “No presencié agresiones físicas, pero Ainhoa sí que me contó que las sufría”. “Una vez, observé una herida en la mano de Quique y él me explicó que se le había hecho al golpear puertas y paredes durante una discusión con mi prima”.

Todas las discusiones entre la pareja estaban motivadas por los celos”. “Era una relación tóxica por parte de ambos, caracterizada por continuas rupturas y reconciliaciones, así como por discusiones frecuentes […]”. De hecho, esta testigo asegura que se alegró cuando supo que su prima había dejado de convivir con Quique.

La ruptura se la comunicó aquel fatídico sábado 25 de octubre, antes de ser estrangulada por su ya expareja. Así lo relata:

“El sábado mantuve una conversación con Ainhoa a las 17.35 horas. Mi prima me comunicó que habían puesto fin a la relación de forma definitiva y que ella se quedaría en el domicilio [de la calle Totana número 2]. Yo le respondí que consideraba que era lo mejor y le ofrecí alojarse en mi casa”. Allí habría estado a salvo de Quique.