Imagen del hospital donde fue examinada la víctima.

Imagen del hospital donde fue examinada la víctima. OSAKIDETZA

Reportajes

Dos niñas de 12 años agredieron sexualmente al menos 3 veces a otra de 6 en una 'ikastola' porque su hermano les caía mal

La Fiscalía ha archivado el caso al ser las menores de 14 años "inimputables". La madre trasladó a su hija al hospital al descubrir heridas en sus partes íntimas.

Más información: La Guardia Civil investiga a una profesora por presuntas agresiones sexuales a menores en un colegio de Zaragoza

A. Gómez
Publicada

Los vecinos de Vitoria están "conmocionados". La mayoría "no dan crédito" al conocer que, en una escuela pública de Educación Infantil y Primaria de su ciudad, dos niñas de apenas 12 años habrían agredido sexualmente hasta en tres ocasiones a otra, de tan sólo seis, por una posible enemistad con un hermano o hermana de la víctima.

Los hechos se habrían producido en el propio centro escolar aprovechando las horas de recreo y la comida, momentos en los que las dos presuntas agresoras trasladarían a la víctima a lugares fuera de la vista de profesores y el resto de alumnado para así llevar a cabo los ataques con impunidad.

De acuerdo a la información recabada desde el Ministerio Público, ambas habrían obligado a la pequeña a entrar con ellas en algún baño o, incluso, en una casita de juegos para someterle a distintas vejaciones.

El caso, adelantado por El Correo, estaba siendo investigado desde finales de septiembre por la Fiscalía de Menores, que finalmente ha archivado el caso por la inimputabilidad de las menores.

"Las presuntas autoras tienen menos de 14 años, y por lo tanto son inimputables, habiéndose acordado por ello el archivo de las actuaciones penales, con remisión de lo actuado a la entidad de protección de este territorio histórico para que adopten las medidas necesarias en dicho ámbito", han confirmado a este diario desde la institución. Ahora, será la administración foral quien asumirá la responsabilidad del caso.

Un gran impacto en la víctima

Tal y como detalló El Correo, estas agresiones tuvieron un efecto inmediato en la víctima. Fue su madre la que comenzó a sospechar de que algo le ocurría a la pequeña, ya que esta, tal y como habría contado su entorno cercano a las autoridades, habría cambiado su carácter de manera radical.

Empezó a mostrarse más retraída y se negaba a acudir al centro escolar. Pero fue ya cuando su madre vio una negativa por parte de la menor a ducharse delante de ella cuando saltaron todas las alarmas. Finalmente, fue su progenitora quien descubrió que la pequeña presentaba múltiples heridas en su zona íntima.

Inmediatamente, en la noche del 4 de octubre, intentaron poner una denuncia en la comisaría de la Ertzaintza de Vitoria, en la calle Portal de Foronda. Sin embargo, no lograron formalizar la denuncia, ya que los agentes les indicaron que, en primer lugar, debían informar del caso al propio colegio.

Ante este panorama, y tras salir de la comisaría, la madre trasladó a la niña a Urgencias del hospital Txagorritxu. Allí, los profesionales sanitarios examinaron a la menor y, al confirmar las lesiones, activaron el protocolo específico para agresiones sexuales y notificaron lo sucedido al Juzgado de Instrucción número 3.

A los pocos días, por orden judicial, especialistas forenses evaluaron a la menor. El primer dictamen reflejó que las lesiones que presentaba la víctima eran efectivamente compatibles con las agresiones sexuales protagonizadas por las otras dos alumnas, que le doblan la edad. Además, según pudo averiguar El Correo, se descartó la implicación de personas adultas en los hechos.

El pasado lunes 6 de octubre, la Fiscalía de Menores asumió el caso al tratarse de sospechosas que no habían alcanzado la mayoría de edad. Las pesquisas iniciales llevadas a cabo en los juzgados indicaban que al menos se produjeron tres incidentes distintos, todos durante el horario lectivo y dentro del recinto escolar, donde la menor habría sido abordada por estas adolescentes en los descansos entre clases.

El principal motivo apunta a que, aparentemente, existe una enemistad entre las agresoras con un hermano o hermana de la víctima y estas, a raíz de este trato conflictivo, habrían tomado a la pequeña como objeto de sus represalias.

Sin embargo, la investigación contemplaba también otras opciones, como que se tratara de la imitación de conductas observadas en sus teléfonos móviles, algo que, según fuentes judiciales, ya ha ocurrido en más de una ocasión en Vitoria, donde se han registrado otros incidentes de agresiones sexuales entre menores.

Inimputables

A pesar de la gravedad de lo ocurrido y de ser un caso que eriza el vello de los vitorianos por la corta edad tanto de las agresoras como de la víctima, el recorrido por vía judicial ha sido corto. El caso se encuentra ya archivado, ya que, para iniciar cualquier causa penal en España, las agresoras deben de tener más de 14 años.

Sin embargo, el Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco, responsable de la Ertzaintza, ha iniciado una investigación interna para esclarecer los hechos de por qué la madre no pudo denunciar en su paso por comisaria.

La investigación se centra en el episodio ocurrido la noche del 4 de octubre, cuando la madre de la víctima acudió alrededor de las 21.30 horas a la comisaría de Portal de Foronda con la intención de formalizar una denuncia por los presuntos abusos sexuales sufridos por su hija.

No obstante, tras personarse en las dependencias policiales, la mujer abandonó el lugar sin registrar ninguna denuncia y, en su lugar, se dirigió al hospital de Txagorritxu. Este desenlace ha causado sorpresa en ámbitos judiciales, donde se recalca que en situaciones de esta naturaleza debe recogerse la denuncia siempre.

Aunque existen diversas versiones y cierta confusión sobre lo sucedido, todo indica que los agentes solicitaron a la madre que informara primero al centro escolar antes de tomarle declaración. La explicación habría estado relacionada con la edad de la víctima y el hecho de que las dos sospechosas fueran penalmente inimputables debido a su minoría de edad, por lo que la actuación policial habría seguido un protocolo interno para estos casos.